Fuego

Retorno

La noche había caído tan rápido que Zágora sentía que se le escapó entre los dedos, ya casi era media noche y su reporte no estaba completo, los ojos se le cerraban solos y el cansancio amenazaba con dejarla tirada en pleno escritorio, se rindió por fin y se dispuso a descansar. Acomodó los papeles como solía hacerlo y se levantó hacia la ventana, la suave brisa de la noche meció con ternura la falda de su bata. Se posó sobre el marco para admirar el cielo, estaba despejado y oscuro, las estrellitas resplandecían a lo lejos como diamantes y la luna menguante le sonreía junto a ellas. Era precioso. Su concentración fue interrumpida por una bandada de cuervos dragón que aterrizaba en un árbol del jardín, seguramente buscando refugio para descansar, uno particularmente grande se posó en la copa del árbol y miró en su dirección, ese debía ser el alfa. Se llamaban cuervos dragón porque su plumaje, bonito y engañoso, parecía ser suave y brillante a la vista, pero al tocarlo era tan rígido como el metal similar a las escamas de dragón, en los pueblos aledaños solían cazarlos para fabricar armas con ellos, una lástima a su parecer, eran criaturas impresionantes y muy inteligentes. Le echó un último vistazo a la criatura antes de apartarse y cerrar la ventana, el sueño la estaba dominando, cayó en la cama y ni siquiera se arropó.

El decir que los sueños de la pequeña hada eran turbulentos era quedarse corto, las pesadillas eran constantes, violentas y muy vívidas; en medio de una de ellas Zágora dió tantas vueltas que se terminó cayendo de la cama, el golpe la despertó súbitamente, solía pasar, pero se percató rápidamente que algo más estaba pasando. El estruendoso ruido de las alarmas retumbó en sus oídos, espantando cualquier rastro de sueño. Alguien golpeaba incansablemente la puerta y la llamaba desesperado. La chica se levantó de inmediato alterada por la conmoción y corrió directamente a la puerta, ni siquiera se colocó los zapatos.

— !Zágora, Zágora! Abre la puerta, están atacándo el castillo. ¡Despierta.!— Gritaba Ágata con desesperación detrás de la puerta. La rubia abrió rápidamente encontrándose con su amiga y Remi un soldado del turno nocturno, castaño, pálido y de ojos caoba, traía puesta una armadura de combate con el emblema de un colibrí en relieve sobre su pecho y un casco a juego, igual, el uniforme del escuadrón de vuelo, Ágata tenía uno igual. Sus alas eran tan verdes como las hojas de un roble y reposaban en posición vertical a sus espaldas. Estaban muy serios cuando abrió, podía ver detrás de ellos a las otras guardas que también corrían por el pasillo armadas hasta los dientes y con mucha prisa.

—¿Por qué están así?¿Qué está pasando?— preguntó rápidamente la rubia.

—¡No tenemos tiempo Zágora, están atacando la bóbeda real! La reina está atrapada con el intruso y Sir Letto adentro— explicó el muchacho. Zágora palideció y todo el autocontrol que tenía fue sustituido por una sensación de pánico y urgencia voráz. Sus peores miedos se estaban volviendo realidad—¡Ve por tu armadura rápido.!—Apuró el chico antes de dirigirle una mirada de súplica a Ágata, pidiéndole permiso para adelantarse a la acción, Ágata asintió y él se fue volando como un rayo.

— No puede ser, No puede ser...— repetía Zágora con cara de espanto, se llevó las manos a la cabeza y comenzaba a hiperventilar. Estaba teniendo un ataque de pánico. Ágata la miró con compasión pero no era momento para paralizarse. Cuando se percató ya su mano había impactado contra el rostro de Zágora, dejando la zona enrojecida.

— No es momento para lloriquear soldado, la reina y tu general en jefe están en peligro, así que ve por tu armadura de inmediato, hay que ir a apoyar a los demás.— exclamó la jóven con autoridad, no podían darse el lujo de ser débiles en un momento así y menos cuando habían vidas en peligro. La rubia reaccionó al instante, su amiga tenía razón, ¿Qué estaba haciendo? Fue a buscar su armadura y su espada inmediatamente. Salió como un rayo del cuarto con Ágata siguiéndola de cerca.

—Gracias por ayudarme a reaccionar, no sé que me pasó en ese momento, creo que entré en pánico— Dijo saliendo de la habitación terminando de organizar su armadura

—¿Quiénes son esta vez, elfos, brujas...?– inquirió sin bajar el paso.

— No sabemos con exactitud— Zágora detuvo en seco su paso y miró a su amiga— dijeron que parecía un mago, pero se infiltró y todo ocurrió tan rápido que nadie pudo distinguirlo, entró en la bóveda cuando la reina y sir Letto entraron el enemigo selló las puertas por dentro con algún hechizo de protección, ningún hada puede traspasar la puerta.— Su mirada se enserió, con lo difícil que era usar un hechizo de esa magnitúd, ¿Quién podría haberlo hecho?¿Quién sería tan osado o tan estúpido como para enfrentar a la reina de las hadas y su ejército en su propio terreno?

— Ágata ¿De quién se trata, un mago, un elfo? Tuvieron que haberlo visto— la chica dudó un momento en si decirle. Zágora estaba nerviosa, si podía controlar mágia capáz de detener a una decena de soldados debía ser alguien muy peligroso— Ágata responde de una vez, estoy segura de que tienes más información, dime, ¿De quién se trata? Gía y sir Letto están en peligro.

— ¡Parece ser que es Félix!— soltó de golpe. La rubia quedó petrificada por segundos.— Ha vuelto y quiere robar una de las piedras polares que están en la bóveda. Es lo que escuché de unos superiores durante la reunión de emergencia, no querían decírtelo, creen que sería peligroso que te enfrentes a él y me prohibieron decírtelo.— Zágora apretó los puños al escuchar ese nombre. No podía ser, no podía haber vuelto, no tan pronto, tenía tantos sentimientos encontrados que le era difícil controlarse. Félix el mago oscuro, el causante de la primera Guerra Mágica, había vuelto. Zágora salió corriendo aún más rápido que antes, tenía que llegar a esa bóveda. La furia la quemaba por dentro y también se extendía a su alrededor, chispas se desprendían de ella y alcanzaban los ornamentos a su paso, los pequeños incendios eran apagados de inmediato por los poderes de agua de Ágata.



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En el texto hay: romance, aventura, hadas

Editado: 19.06.2025

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