Fuego Cruzado

CAPÍTULO 5: ACUERDO PELIGROSO

Hailey intentaba controlar su respiración mientras se apoyaba contra la pared húmeda del callejón. Su corazón latía con fuerza, no solo por la adrenalina de la persecución, sino por la presencia innegable de Logan a su lado. Él se movía con la misma seguridad de siempre, sus ojos escaneando el entorno con la precisión de un hombre que había pasado años en el infierno.

—¿Se fueron? —susurró ella.

Logan asintió, guardando su arma en el cinturón.

—Por ahora. Pero no tardarán en volver a buscarnos.

Hailey cerró los ojos un instante, tratando de encontrar claridad en medio del caos. Sabía que no podía quedarse quieta, pero la presión de la situación y la cercanía de Logan hacían que su mente se nublara.

—Tenemos que hablar —dijo finalmente.

Logan la miró con seriedad, su mandíbula tensándose.

—No es el momento ni el lugar.

Hailey no se dejó intimidar.

—¿Cuándo lo será? Llevamos demasiado tiempo evitando esta conversación.

Logan pasó una mano por su cabello, frustrado. Finalmente, suspiró.

—Bien. Hablemos rápido. ¿Qué quieres saber?

Hailey lo miró fijamente.

—¿Por qué aceptaste ayudarme? Después de todos estos años, después de lo que pasó entre nosotros… ¿por qué ahora?

Logan apartó la mirada un instante antes de responder.

—Porque no podía dejarte sola en esto. Y porque, por mucho que lo intente, nunca he podido alejarme de ti del todo.

El aire se volvió denso entre ellos. Hailey sintió su corazón acelerarse ante la confesión de Logan. No esperaba que él lo admitiera tan fácilmente, pero eso solo añadía más confusión a sus emociones.

—Necesitamos un plan —dijo ella, tratando de mantenerse enfocada—. Sabemos que El Cuervo no confiará en nosotros de inmediato, necesitamos algo para ganarnos su confianza.

Logan asintió, pero su mirada seguía fija en ella, como si intentara grabarse cada detalle de su rostro.

—Tengo un contacto. Un hombre que puede facilitarnos una entrada a la reunión de El Cuervo. Pero nos costará algo a cambio.

Hailey frunció el ceño.

—¿Qué tipo de costo?

Logan apretó los labios, como si no quisiera decirlo en voz alta.

—Información. Quiere acceso a ciertos datos del gobierno que tú podrías conseguir.

Hailey sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Sabía que jugar con información clasificada era peligroso, pero también era su única oportunidad de acercarse a su objetivo.

—Eso es traición, Logan —susurró.

Él la miró fijamente.

—Y si no lo hacemos, moriremos antes de siquiera llegar a la puerta de El Cuervo.

Hailey tragó saliva. Sabía que tenía razón, pero aceptar ese trato significaba cruzar una línea de la que no habría retorno.

—Déjame pensarlo —dijo finalmente.

Logan negó con la cabeza.

—No tenemos tiempo para pensar. Tenemos que decidir ahora.

Hailey cerró los ojos por un segundo antes de abrirlos con determinación.

—Lo haré. Pero bajo mis condiciones. No entregaremos más información de la necesaria, y si en algún momento veo que esto se sale de control, abortamos la misión.

Logan la estudió por un instante antes de asentir.

—Está bien. Pero ten en cuenta que una vez que entremos en este mundo, no hay vuelta atrás.

Hailey lo sabía. Y a pesar del miedo, a pesar de la tensión, también sentía una extraña emoción recorriéndole el cuerpo. Estaba entrando en un juego peligroso, pero ya no era una niña asustada. Era una soldado, una mujer que sabía lo que quería.

—Vamos a encontrarnos con tu contacto —dijo con firmeza.

Logan sonrió levemente, como si viera en ella algo que lo impresionaba.

—Sigues siendo la misma chica valiente que conocí.

Hailey sostuvo su mirada.

—No. Ya no soy esa chica, Logan. Y más te vale recordarlo.

Sin más palabras, ambos comenzaron a caminar, adentrándose en la oscuridad de la ciudad. La batalla apenas comenzaba.




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