Sentía que no era yo. Era el collar que me estaba controlando, era cierto lo que decían las antiguas leyendas. El corazón de cristal está lleno de maldad y si lo posees esa maldad recaerá en ti convirtiéndote en una persona mala, frívola y desquiciada.
Justo frente mi, tenía a una de las personas que confié, lo tenía en una montaña de hielo duro, difícil de romper. Mis emociones me traicionaban La ira el dolor y la tristeza era lo que en este momento me definía.
Confié en él y me traiciono de la peor forma posible. Trataba de razonar conmigo, pero lo único que mi cabeza maquinaba era la traición a enterarme que él era El sujeto de quien las reinas pasadas me habían advertido y yo como una estúpida caí en su trampa.