《fuego vs Hielo》

Capítulo 6.

Para ser el primer día de clase no fue tan malo como pensé, solo un poco.-muy aburrido-pero es la escuela y siempre será aburrido.

Ya en mi casa, específicamente en mi habitación, lanzo mi mochila a mi silla que está a un costado.-Esa misma silla que todo el mundo tiene para dejar las cosas que dejas regadas en el suelo.-De un salto caigo de espalda a mi cama, estoy agotada física y mentalmente, ya que ver el reino del hielo con la Esmiers no es nada fácil.

Emiers es el poder de ver el reino del hielo e incluso los otros reinos, pero para eso tengo que estar conectada emocionalmente con la realeza. Tom es el heredero del reino de tierra y como es mi amigo y lo quiero mucho por esa razón estoy conectada a él. Jessica es la hereda al trono del reino de aire, la conocí un día que me tocó entrenar con ella, en realidad es muy buena con su elemento y da unos golpes que te puede dejar en el suelo en tan solo un segundo.

Me lanzo a la cama para descansar los ojos un rato. 

Escucho algo moviéndose en mi cuarto, mas no quiero abrir los ojos, tengo mucho sueño, sin embargo el molesto ruido  sigue y tengo que ver que es. Abro los ojos y trato de levantarme de la cama, mas una fuerza no me lo permite. Pequeñas llamas de fuego aparecen en mi campo de visión, trato de levantarme de nuevo pero no puedo. Las llamas van incrementado. Cierro los ojos de nuevo para concentrarse  y utilizar toda mi energía, cuando menos me doy cuenta ya puedo mover las piernas y así hasta poder pararme completa. 

Toda mi habitación se incendia, trato de apagarlo con montones de hielo, para que se derritan y apaguen el fuego, pero nada sale de mis dedos, ni la mas minima de escarcha.

Siento algo extraño dentro de mí, es como si algo me faltara.

  — Tu Don dejará de existir, creerlo, princesa, pues yo me asegurare de eso.

Veo todo borroso. Estoy mareada, busco en que sostenerme pero solo hay fuego a mi alrededor.

Sin mas caigo.
 

Me levanto exaltada con la respiración acelerada por la terrible pesadilla. Me siento al borde de la cama para tratar de regularizar mi respiración.

Veo la hora en mi mesita y pienso que solo han pasado 10 minutos desde que me acosté y cerré los ojos. Me levanto de la cama mas calmada pero sin olvidar el terrible sueño que tuve. 

 Ya un poquito más relajada. Bajo las escaleras lentamente en estado de alerta a buscar a mi hermano para irnos a entrenar.  

—¡Samuel!—Le gritó bajando el último escalón. —Mueve tu feo trasero, ya quiero irme. —Le vuelvo a gritar.

— ¡Bo!—Me sobresaltó por el grito en mi oído.

Sin pensarlo mucho agarro la mano que está en mi hombro, la doblo y con una patada lo estrelló contra la pared, alzó la mano y apuntó hacia la persona que está quejándose en la pared. Abro los ojos.-ya que los tenía cerrado.-para ver quién era mi atacante, pero lo que me sorprende es que era Tom, bueno, ahora un Tom de paleta helada, pues está pegado a la pared de pies a cuello cubierto de hielo.

—Oh por Dios. —Me acerco rápidamente. —Lo siento, lo siento, perdón, pero sabes que no me puedes sorprender así, Tom, menos en mi casa ni Sam lo hace porque sabe que esto pasa.

— ¿Se puede saber porque tanto escándalo?—Pregunta mi hermano a salir de la cocina con Liz atrás de él. Cuando se dan cuenta que nuestro mejor amigo está congelado a la pared se rompen en carcajadas ruidosas.—Leila ¿Pero que mierda paso? —Habla Sam cortadamente debido a la risa.

  — Lo siento, tuve una pesadilla horrible y creo que aun estoy un poquito nerviosa.

 —Oh claro y es por eso que atacas con los ojos cerrados, ya estuvieras muerta en el campo de batallas. Tu loca hermana me congelo el trasero. Ahora se lo agradecería si me sacan de aquí que me está empezando a dar frío.

Mi hermano camina hacia la pared donde se encuentra Tom. Sam mueve su cabeza de un lado a otro, ya que esa, es su forma de pensar. —Bien, manos a la obra.

—Espera Sam—Lo llama Liz. Mi hermano se detiene. —Esto merece una foto. —Liz me tiende el celular para sacarle unas fotografías con Tom que, aun estaba congelado.

Rio nerviosamente. 

—Liz ¿En serio?—Le riñe Tom.

—Si, ahora mi querida amiga la foto.

Le sacó varias fotografías con distintas caras y muecas, ya al terminar le devuelvo su teléfono.—Sin duda alguna, estás loca amiga.

—Hola, si no se han dado cuenta sigo aquí. —Gruñe Tom.

—Lo sabemos. Bien este es el plan. Liz y Leila busquen los secadores de cabello y tráiganlo y Tom. —El mencionado observa a mi hermano. —Tu, solo quédate hay.

—Claro, no es como si tuviera muchas opciones. —Gruñe.

—Amargado. —Sam le saca la lengua.

Resoplo por quinta vez seguida.

—Es por esto que nadie en esta casa sorprende a Leila. — Gruñe mi hermano.

—La próxima lo recordaré. —Asiente Tom.

Sam sigue con los dos secadores de cabello tratando de descongelar a Tom.

Niego la cabeza. Estoy sorprendida

Sam en serio debe ser idiota, ya que no se ha dado cuenta que se puede deshacer del hielo el mismo, pero Liz y yo no decimos nada porque es divertido verlos maldecir porque no lograr mucho.



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En el texto hay: traicion, guerra, hielo

Editado: 03.09.2018

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