Fuera de control

Prólogo

PRÓLOGO

2009

*Liam

Me sentía muy débil, mi cuerpo dolía, ni siquiera podía ver bien. Últimamente era casi imposible moverme sin ayuda, sin que vomitara donde la mayoría fuera sangre. Todo mi cuerpo era frágil y esquelético, sabia que ya no quedaba oportunidades para mí, iba a morir. 

 

Ya no me importaba mi sufrimiento, ni que ninguna de mis metas se cumplieran, era muy joven cuando lo detectaron, diez años para ser especifico. Desde entonces han pasado cinco años en los que en contra de mi voluntad mi padre ha sufrido conmigo. Él siempre estuvo allí para mí, cuidandome; en los exámenes, las quimioterapia, en todo momento. Bien sabía lo difícil que era está situación para él, pues él había visto a mi madre morir por la misma enfermedad, yo era muy pequeño en ese momento, pero estaba consiente de que él nunca fue el mismo después de esa tragedia.

 

Como ya no podía mover mis piernas por mi debilidad, Maggi me llevaba en una silla de ruedas, ella era prácticamente mi enfermera personal, se encarga de darJulia medicinas, bañarme, darme de comer y todo eso. 

 

Entramos en el ascensor para ir al sótano donde mi padre tenía su taller. Mis manos temblaban, mi respiración era dificultosa y mi corazón latía muy lento. Ella acomodó el paral donde colgaba la bolsa clínica que contenía vitamina, porque ya nada me ayudaba y eso era lo único que me "mantenía" para que no me debilitara. Obviamente no estaba funcionando. Me acarició el brazo y me dedicó una sonrisa tratando de tranquilizarme, notó lo nervioso que estaba. 

 

Escuché un débil sonido, como el tono de una alarma, con mucho esfuerzo levante la cabeza para ver que era y me di cuenta de que era la puerta computarizada indicando que ya habíamos llegado. 

 

- ¿Éstas listo? - me dijo maggi, sus ojos eran inexpresivos, sus manos estaban frias, como siempre. Sin embargo, verla me tranquilizaba, me hacia creer que todo iba a estar bien, que yo iba a estar bien, cuando ese no era el caso.

 

Con un leve asentimiento ella me introdujo en la habitación.

 

 Era muy grande y aunque las lamparas que colgaban en el techo estaban encendidas, el lugar estaba opaco, dándole un ambiente sombrío y tenebroso. 

 

En el medio del taller estaba una gran camilla, ya la habían preparado con anterioridad. La rodeaban muchas maquinas que hacían sonidos extraños y tenían muchos cables. Mi padre estaba concentrado arreglando unas herramientas y limpiándolas. Lo que me llamó la atención fue ese gran tubo que estaba diagonal a la camilla, era realmente ancho, y muy alto. Tenias muchos cables que conectaban con las maquinas que rodeaban la camilla.

 

Yo estaba consciente de lo que iba a pasar, sabía que mi padre haría hasta lo imposible por mantenerme con vida. Yo acepté por él, para que cuando yo muriera él tuviera su conciencia tranquila, sabiendo que lo intentó todo por salvarme.


-Hijo! Ya todo está preparado, las cosas van a salir bien, lo prometo- Sus ojos estaban brillosos, se notaba que estaba nervioso, pero yo estaba mucho más. Habia muchas preguntas que rondaban en mi cabeza. ¿Seria rápido? ¿Me dolerá? ¿Seguire siendo yo mismo?. Sólo quiero que mi padre no sufra más, no quiero ni imaginar la decepción que se llevará cuando falle con esto.

 

No es que no crea en él, de echo es el mejor en su trabajo, aunque muchos no estén de acuerdo. Es solo que no es lo mismo y él lo tiene que aceptar.

 

-Está bien- Maggi me ayudo a subirme a la  camilla y quitarme la ropa, me tomó la temperatura y la tensión. Cuando se percató de que que ya estaba todo listo, le hizo una seña a mi padre y se alejo. Él acerco las herramientas y se puso los guantes. 

 

Yo solo trataba de enfocarme en lo duro que estaba la camilla y el frío intenso de la habitación. Me estaba congelando! Pero era mejor sentir eso a él dolor tan fuerte que vendría a continuación. Seria sin anestesia, yo tenia que ser fuerte, aguantar todo lo que pudiera, lo tenia que hacer, por mi padre.

 

Unas maquinas se movieron, ahora las tenia practicamente encima de mi, parecían tentáculos y habían muchos, en la punta tenia agujas muy gruesas. Escuché el sonido de un motor encendiéndose, y luego el de algo que está hirviendo, voltee la cabeza y vi como un extraño liquido que había en el gran tubo ya mencionado antes, se introducía en los tentáculos de la maquina. Con horror vi como estas grandes agujas se movían hasta quedar a centímetros de mi piel. Estaban por todo mi cuerpo, esto me iba a doler muchísimo, más de lo que imaginaba, solo esperaba que fuera rápido. Busqué con la mirada a mi padre, pero éste ya estaba en la habitación de control, desde allí manejaba las máquinas, y yo quería despedirme, sabia que no iba a poder soportar tanto sufrimiento, mi cuerpo no me lo permitía. 



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En el texto hay: amor prohibido, robots, guerras mundiales

Editado: 17.08.2018

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