Pasamos todo el día haciendo las cosas de la lista. Montar yeguas por detrás, beber cerveza (no tomé ni un sorbo), y hacerle una broma a un policía. Ahora ya es de noche. Carrie está acomodada al lado de Harry, quien la rodea con los brazos de forma cariñosa y protectora. En el momento que monté la yegua por detrás, Carrie salió corriendo para no recibir una patada como los demás, y como estábamos en el monte, no vio una trampa de osos, y su pie quedo atrapado. Harry fue quien la llevo al hospital en brazos y se quedó a su lado todo el tiempo. Es un gran novio. Lástima que esa clase de novios ya no hayan en la actualidad. Carrie ya está mejor, solo tiene unos puntos en el tobillo, y un inmovilizador en el pie, pero por lo demás está bien. Se ve mejor cada vez que se queda junto a Harry.
Hannah está en el asiento del copiloto, al lado de Steven, quien insiste en manejar todo el tiempo, sin tomarse un descanso. Yo estoy sentada con la cabeza apoyada en la ventana, al lado de Carrie y Harry, quienes ponen sus frentes una contra la otra, y se susurran cosas que no alcanzo a escuchar.
Me gusta estar con mis amigos, pero no me gusta su forma de divertirse, en especial que ellos no llegan tan lejos. Me molesta, pero sé que lo hacen porque quieren que tenga más confianza en mí, para liberar a una chica temeraria que está atrapada dentro de mí. Según Carrie, esa chica se dio a conocer cuando enfrente a una maestra, que era una bruja, el día de su examen. Teníamos ocho años, así que no me recuerdo mucho de lo que pasó, solo sé que le dije a la maestra todas sus verdades, y el día siguiente, ya había renunciado. En resumen, solo quieren que tenga más seguridad en mí misma.
Hannah finalmente se voltea hacia mí, con una linterna en la mano. Ha llegado el momento de terminar la celebración de mi cumpleaños número dieciséis con mis amigos, con la actividad más temeraria y fuera de las leyes de toda la lista. Carrie me explico los detalles de la actividad mientras anochecía. La actividad no me agrada para nada, pero es la última actividad que haremos por mi cumpleaños, además de que Steven se irá a Nueva York en unos días, por lo que también es una despedida para él, así que tengo que hacerlo por él…según Hannah, claro.
La actividad consiste en entrar a una cabaña abandonada ubicada en las afueras de Iowa, y romper todo lo que haya dentro de ella. No me parece correcto, pero tampoco es que sea muy grave si está abandonada. Sigue siendo ilegal entrar sin autorización, pero al menos no es una propiedad en uso.
-Bueno, este es el plan.-Dice Hannah, en cuanto su hermano detiene el auto frente a la cabaña.-Nos vamos a dividir en dos grupos. Uno de tres, y otro de dos. Harry y Carrie serán un solo grupo. Steven, Jane, y yo, seremos el otro grupo. Nos dividiremos por la cabaña, y haremos todo el daño posible. Cuando crean que ya es suficiente, regresan al auto, y esperan a los demás. Si viene la policía, y no hemos llegado al auto, se van y nos dejan por nuestra cuenta. ¿Les quedo claro?
Todos asentimos. Sé que algunos de ustedes creerán que yo soy más o menos la líder del grupo, pero en realidad, esa es Hannah, ya que ella fue la que formó al grupo, y nos unió a todos como mejores amigos. De no haber sido por ella, Carrie y Harry no estuvieran juntos. No me gusta la idea de dejar a los demás por su cuenta, pero si quiero mantener mi beca asegurada, necesito estar bien con la escuela, y las leyes.
Salimos del auto, Harry teniendo a Carrie en brazos, mientras ella enreda su cabello castaño con los dedos. Siempre hace eso con el cabello de Harry, pero a él no parece importarle. Más bien le agrada. Ambos se van por su camino, Carrie iluminando con la linterna que le dio Hannah el camino que toman su novio y ella. Hannah, Steven y yo nos vamos por nuestro lado, iluminando nuestro camino con las linternas que tenemos los tres.
La cabaña parece estar abandonada desde hace muchos años. El techo está caído, las paredes están destruidas, y llenas de moho, al igual que lo que queda del techo. También ha crecido la maleza y hay enredaderas enrolladas por toda la cabaña. Aún hay muebles colocados por las habitaciones en ruinas, las de madera llenas de moho y empolvadas, lo que da a entender que los dueños no pensaban irse de aquel lugar eternamente. Hannah agarra una especie de jarrón de porcelana de una estantería que milagrosamente sigue en pie, y lo tira al suelo, quebrando el jarrón con un estruendoso choque. Hannah y Steven se ríen, y continúan rompiendo cosas a su alrededor, mientras yo avanzo por la cabaña. A lo lejos, escucho los estruendos y risas que hacen Harry y Carrie al romper los objetos de la casa. Me siento mal por la gente que vivía aquí. Mis amigos no pensarán como yo, eso es seguro, pero si todavía había una posibilidad de que los dueños de la cabaña regresarán, me siento como una persona horrible por destruir sus cosas. De seguro aquel jarrón que Hannah destruyó, era de gran valor para los dueños. Odio que suceda. En especial porque si me pasara a mí, no me gustaría para nada.
Me alejo de los otros, sin romper nada a mi paso, y dejando que los demás hagan los que quieran con los objetos de la cabaña en ruinas. Subo los escalones de madera, procurando no pisar las partes cubiertas de moho, y llego al segundo piso. Podría haber ido a la terraza, pero la terraza ya no existe. Camino lentamente por el suelo podrido del segundo piso, procurando pisar con suavidad para así no romper el suelo, y hacer que se derrumbe lo que queda de la cabaña.