Fuera de época

9

Alex se despierta una hora después que yo, y llega justo cuando me estoy sirviendo una taza de café. Trato de no mirarlo demasiado, mientras este se pasea en pantaloneta y sin camisa por toda la casa. Me concentro en mi café y solo en mi café…si tan solo pudiera vestirse…

-Buenos días.-me saluda, sonriendo amablemente. Asiento.- ¿Qué aprenderemos hoy, señorita?

 Miro su rostro con los ojos entrecerrados. No mires hacia abajo, no mires hacia abajo…

-No me digas señorita. -le digo. -Aunque en teoría tienes unos 36 años de edad, te ves, y prácticamente eres, un muchacho de mi edad, así que deja las formalidades ¿quieres? -rodeo la mesa, y camino hacia la mesa. -A mí no me gusta la historia, y estoy segura que a ti tampoco, así que te voy a ahorrar los nombres y discursos aburridos y solo te diré lo más importante. ¿Entiendes?

Alex asiente, y queda viéndome a mí, a mi ombligo, y piernas destapadas. Desde pequeña, solo había hombres en la casa, por lo que mamá y yo nos acostumbramos a vestirnos y arreglarnos en nuestra habitación, al igual que salir de ellas vestidas desde que nos levantamos. En cuanto me desperté, me visto con una blusa de manga corta corintia, ajustada a mi figura, y un poco corta, con unos pantalones cortos hasta los muslos y negros debajo.

Disfruto otro segundo de la vista de su abdomen, y me aclaro la garganta, despertándolo de su ensueño con mis piernas. Me mira a la cara.

-Ve a vestirte.-le digo.-Te espero aquí.

 

 

Pasamos toda la mañana hablando de los juegos olímpicos, trágicos ataques terroristas, nombramiento de presidentes, y mundiales desde 1999, hasta 2016.

-Espera, ¿O sea que esos tipos pusieron una bomba en un estadio de Francia?-me pregunta, cuando llegamos al tema del ataque terrorista en Francia.-No lo creo, ¿Cuántos murieron?

-Un millón de personas.-respondo, y Alex resopla sorprendido.-Fue un fuerte golpe para toda la humanidad, en especial para los franceses. Luego de eso, en el Empire State de Nueva York fue renovado, y le colocaron luces con colores representativos de la bandera de Francia.

Alex asiente, bastante concentrado. Me siento junto a él, inclino la cabeza hacia atrás, y suspiro, con los ojos cerrados.

-Espera, ¿Eso es todo?-me pregunta.- ¿No hay nada más?

-Mmmhmm.-le digo.-Ya llegamos al 2016, la actualidad. No tengo que enseñarte nada más de historia.

-¿Y qué hay de la tecnología de ahora?-insiste.-Yo no sé cómo hacer funcionar una de estas cosas.-dice, señalando mi teléfono.-Y tampoco sé cómo funciona un auto de ahora, mucho menos los aparatos que se usan día a día ahora…

-Lo sé, Alex.-le corto, abriendo los ojos, y viéndole harta.-Pero incluso hasta los profesores necesitan un respiro. Déjame tranquila un momento, y luego te enseño lo que quieras.

Él no responde, y yo vuelvo a cerrar los ojos. No tardo en volver a abrirlos cuando mi celular comienza a sonar con el nombre de Harry en la pantalla.

-Hola Harry ¿qué pasa?

-No soy Harry, Jane.-me responde Carrie.-Harry está con su padre en la sala para visitas. Se le veía fatal, pero no quiso que lo acompañara.

Suelto un bufido.

-Orgullo de hombres ¿Qué esperabas?-le respondo.-Harry puede ser el mejor novio del mundo, pero sigue siendo hombre con su enorme ego y orgullo.

-Sí, supongo.-me responde.- ¿Cómo vas con Alex en su actualización?

-Bien, Alex es un buen estudiante.-le respondo, haciendo énfasis en las palabras “buen estudiante”, mirando a Alex.-Por ahora ya sabe lo que sucedió desde 1999 hasta la actualidad, solo le falta lo más difícil que sería aprender a manejar nuestra tecnología.

-Eso es un gran avance.-me comenta. De repente, suena un estruendo del otro lado de la línea, y los gritos de Harry envuelto en furia.-Maldición. Debo colgar...

-¿Qué…?-Pero se corta la llamada antes de que pueda terminar. Dejo el celular en la mesa y suspiro.-Bien, Estudiante. Sigamos.

 

 

Conduzco hasta la parada de policía donde Carrie me pidió que viniera. Apenas salgo, y Carrie se lanza sobre mí, aliviada de verme allí.

-Llegaste justo a tiempo, Hannah.-me dice, soltándome, y sujetándome la mano con firmeza.-Vamos.

Tira de mí dentro de la agencia de policía y nos paramos frente al escritorio.

-Hola señor.-saluda Carrie al oficial.-Necesito saber dónde se encuentran a los prisioneros de fianza.

-Piérdete, niña.-le dice, con una sonrisa burlona.-No necesito más problemas.

Somato la mesa dando una fuerte palmada sobre la mesa. Toda la recepción se nos queda viendo.

-Escúcheme, señor de la era de piedra.-comienzo, mirándolo con furia.-Harry Oxford, esta arrestado de forma temporal y venimos a pagar su fianza.¡¡¡Ahora haga su maldito trabajo, y díganos a donde coño hay que ir para liberar a nuestro amigo de esta pocilga!!!

El oficial me mira sin inmutarse de mi agresividad, como si eso fuera su dia a dia, luego sube un dedo al aire, y señala hacia la izquierda, por las escaleras.



#3735 en Ciencia ficción

En el texto hay: ficcion

Editado: 27.01.2020

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