Fuera de hielo

❄️CAPÍTULO 9❄️

❄️Katerina❄️

Hay momentos en la vida donde te planteas si lo que estás mirando es un mal sueño. Uno en el que con el simple poder del cerebro vas a poder despertarte y agradecer que todo estaba bien. Que luego de té vas a poder dormir en tranquilidad.

En este preciso instante creí que era eso, una pesadilla, pero por más que me repetía que volviera en mí, eso no sucedió.

Pareció ocurrir en cámara lenta. Vi en el momento exacto que el chico golpeó a Mason. Todo su cuerpo se elevó un metro y medio al menos y cayó dando una vuelta de cabeza, partiendo su casco en dos. El corazón se detuvo en ese momento. Sentí que todo alrededor enmudeció y lo único que podía notar era el accidente que había pasado frente a mí..

Mason.

Oh, mi Dios. Mason.

Iván corrió tras el tipo que lo había golpeado y lo empujó contra el cristal de la arena. Todos los jugadores se volvieron como locos golpeando a los del equipo rival, mientras que los paramédicos se acercaban a Mason que estaba en el hielo inconsciente.

Y mi Dios, había sangre.

Comencé a correr hasta el hielo, pero no me dejaron pasar. Sentía que gritaba, pero no me oía. Era Mason, el chico que siempre había estado durante toda mi vida. ¿Cómo no me podían dejar verlo? Estaba herido, necesitaba a su familia cerca, que le tomaran la mano y no lo dejaran solo.

Todo se había vuelto un desastre y no podía ver nada por causa de las lágrimas que tenía. Nunca en mi vida pensé que podría llorar por Mason, pero estaba aquí desgarrandome del dolor pensando en que podría perderlo para siempre.

—Tienen que ayudarlo —grité, pero nadie escuchaba.

Ivan terminó de golpear al chico que tiró a Mason y los separaron porque estaban seguros que lo iba a despedazar. Él estaba estresado, pero accedió a quedarse tranquilo sentándose al lado de Mason. Le decía algo, pero no lograba entenderlo por la distancia.

Mi pecho dolía, como si me hubiesen arrancado parte de mi. La gente a mi alrededor lloraba viendo que su capitán estaba herido de gravedad. Tan herido qué podría morir.

Alguien que como nosotros estaba en este mundo sabía cuán doloroso era el golpe en el hielo. Era igual de duro qué un muro de concreto. Y que una herida de este tipo en la cabeza podría traer consecuencias graves. Yo tenía ya una contusión y me advirtieron que unas dos más y podría estar fuera para siempre.

¿Y si él moría?

No podía imaginar un mundo sin Mason. Pese a que siempre estaba molestándome, era una constante en mi existencia. Había estado en cada momento de mi vida. En cada caída, en cada fiesta, me dolería el corazón. Tenía toda una vida por delante para cumplir cada uno de sus sueños.

No importaba que nosotros siempre estuviéramos matándonos, él siempre sería parte de mi familia. Mi madre lo adoraba como si fuera propio y mi papá estaba orgulloso de él. Se perdería parte fundamental de nuestra familia.

Por fin lo subieron a una camilla y los paramédicos se lo llevaron. Yo por primera vez desde que todo ocurrió reaccioné. Corrí hacia la salida y pude ver la ambulancia esperándolos. Mi hermano estaba a su lado sosteniendo su mano diciéndole que todo estaría bien.

—Ivan —lo llamé y él giró ante mi grito. Cuando me iba a impedir pasar, le dijo a su entrenador que era su hermana—. ¿Despertó?

—No, eso es lo que a todos nos tiene preocupados. Que no reacciona.

Eso no podía ser nada bueno. Pero él era fuerte y sabía que podría sobrevivir a lo más feo del mundo. Siempre había sido un luchador desde chico.

Lo subieron a la ambulancia e Ivan me miró. —Ven conmigo.

Hice lo que me pidió, no podía estar en ningún lugar que no fuera con ellos dos.

Un paramédico miró los pies de Mason y con una tijera cortó las botas de sus patines y los tiró en una esquina de la ambulancia, él estaba tan quieto que me daba miedo, no parecía ni siquiera respirar pese a que nos decían que estaba estable. Dos vías intravenosas en sus brazos. El miedo de que le pasara algo grave estaba haciendo que mi alma se rompiese..

—¿Qué sucedió? —pregunté temblando.

—Un imbécil qué no mide sus acciones. Pudo haberlo matado —Iván no podía dejar de temblar, estaba descalzo, se notaba que se había quitado los patines y corrió directo a su amigo—. Fue quién lo molestó en el partido pasado con Michigan. Odia a Mason y a cualquiera que sea mejor que él. Espero de verdad que lo saquen. Es una mierda.

—Ahora no nos preocupemos por eso, vamos a pensar solo en Mason, tiene que salir de esto.

Mi hermano, el hombre más duro de todos, estaba al borde de las lágrimas. Aquí cuando lo veía como el chico que lloraba cuando papá lo regañaba. Mi hermano fastidioso que era un niño en la mayoría del tiempo.

—Es mi hermano. Mi compañero de armas, no puedo. Te amo, pero él…—lo corté.

—Soy tu gemela, Vanya y sé que me amas más que a nada. Pero también sé que él es parte de la familia y tu mejor amigo. No te sientas mal por sentir que sea tu hermano. Mase es fuerte.

—No sé cómo decirle a su hermana. Ellos dos son como nosotros. Y le costará viajar aquí con dos niños pequeños.




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