En marcha el Plan
La semana después del emocionante encuentro en el restaurante, Juan y Mariana se sumergieron de lleno en las tareas asignadas para la boda de Wendy y Max. Trabajaron arduamente, coordinando cada detalle con precisión y dedicación. Sin embargo, también encontraron tiempo para escapar de la oficina y embarcarse en la búsqueda de los elementos clave para el gran día.
Una tarde soleada, Juan y Mariana salieron juntos en busca de las flores perfectas para el ramo de la novia. Caminaron por las calles, deteniéndose en varias floristerías para examinar cuidadosamente cada opción. Mariana compartía sus ideas y opiniones sobre los arreglos florales, mientras Juan asentía con interés, disfrutando de la compañía de Mariana y su perspectiva fresca y creativa.
Juan examinó las flores con atención antes de asentir con aprobación.
Continuaron su búsqueda, compartiendo risas y conversaciones animadas mientras recorrían las calles de la ciudad. A medida que avanzaba la tarde, Juan se sorprendió al darse cuenta de lo mucho que disfrutaba de la compañía de Mariana. Había olvidado cuánto placer podía encontrar fuera de su rutina habitual, y la energía positiva y el entusiasmo de Mariana lo inspiraban a salir de su zona de confort.
Otro día, Juan y Mariana se aventuraron a encontrar el restaurante perfecto para el catering de la boda, que coincidiera con el exquisito menú deseado por los novios. Probaron diferentes platos, discutieron opciones y tomaron notas detalladas mientras exploraban diferentes establecimientos culinarios. A medida que compartían cada bocado y debatían sobre sus preferencias, Juan se sorprendió al darse cuenta de lo fácil que era hablar y conectarse con Mariana.
Juan asintió, impresionado por la elección de Mariana.
A medida que avanzaban con las tareas de la boda, Juan se dio cuenta de lo mucho que había disfrutado de su tiempo con Mariana. Su presencia había traído una nueva luz a su vida, y estaba agradecido por la oportunidad de conocerla mejor fuera del entorno laboral. Con Mariana a su lado, Juan estaba descubriendo un mundo nuevo y emocionante que estaba más allá de su rutina habitual, y no podía esperar a ver a dónde los llevaría su aventura juntos.
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En la tranquila intimidad de su hogar, Wendy y Max celebraban con alegría el éxito de su plan para unir a sus primos Mariana y Juan . Sentados juntos en el sofá, compartían risas y complicidad mientras reflexionaban sobre los últimos acontecimientos.
Max asintió, rodeando los hombros de Wendy con un gesto cariñoso.
Wendy se acercó a Max, sus ojos brillando con emoción.
Impulsado por la emoción del momento, Max tomó suavemente el rostro de Wendy entre sus manos y la besó apasionadamente. Fue un beso lleno de amor y anticipación, un recordatorio del amor profundo que compartían y del compromiso que estaban a punto de sellar.
Al separarse, Wendy miró a Max con ternura. "No puedo creer que en solo unas semanas seremos esposos".
Max sonrió, su corazón rebosante de amor por la mujer que estaba a su lado.
Con los corazones llenos de felicidad y amor, Wendy y Max se abrazaron con fuerza, sabiendo que el futuro les deparaba infinitas posibilidades y que, juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.