El Plan de una venganza
Julia se encontraba en una esquina oscura del lujoso restaurante, observando la escena con ojos llenos de resentimiento y amargura. Desde su posición, podía ver claramente cómo Juan Brown y Mariana compartían risas y conversaciones animadas, mientras disfrutaban de la cena de graduación de Mariana. Cada gesto cariñoso, cada mirada cómplice, alimentaba el fuego de celos y envidia que ardía dentro de Julia.
Recordó con amargura los días en los que ella y Juan compartían una relación amorosa casual, una relación basada en la conveniencia y el deseo mutuo. Sin embargo, todo eso había terminado abruptamente cuando Juan decidió terminar con ella y despedirla de su empresa. Desde entonces, Julia había estado planeando su venganza, esperando el momento perfecto para hacerle pagar a Juan por haberla rechazado.
Observando a Juan y Mariana bailar juntos, Julia sintió una ola de rabia y resentimiento inundar su ser. No podía soportar ver a Juan feliz con otra mujer, especialmente con la prima de Wendy, a quien siempre había considerado una rival.
Con determinación, Julia se alejó de su escondite y se acercó sigilosamente a la mesa donde Juan, Mariana y los demás estaban sentados. Sus ojos brillaban con una intensidad peligrosa, y en su mente, planeaba meticulosamente cada paso de su venganza. Para Julia, no había nada más importante que hacer que destruir la felicidad de Juan Brown y de aquellos que amaba.
…
Julia estaba sentada en un rincón oscuro de un café elegante, su mirada fija en su teléfono mientras recibía un mensaje de su contacto en la empresa de Juan Brown. El mensaje contenía información valiosa sobre los movimientos de Juan y Max Brown, así como detalles sobre la vida personal de Wendy. Para Julia, cada pieza de información era como un arma en su batalla personal contra aquellos que consideraba sus enemigos.
Con manos temblorosas de emoción, Julia comenzó a elaborar un plan para utilizar la información en su contra. Sabía que cada detalle podía ser la clave para destruir la vida de aquellos que consideraba sus rivales, y estaba decidida a aprovechar al máximo cada oportunidad que se le presentara.
Mientras tanto, en su mente, Julia repasaba su relación pasada con Wendy, recordando cómo una vez se había hecho pasar por su amiga para estar cerca de ella y poder observar de cerca su vida llena de lujos y privilegios. Desde entonces, había cultivado una enfermiza obsesión por Wendy y todo lo que representaba: belleza, éxito y felicidad.
Con un brillo perverso en los ojos, Julia se sumergió en su plan, decidida a usar cualquier medio necesario para lograr su objetivo. Para ella, la venganza era dulce, y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para obtenerla.