Decidiendo el destino
Durante la hora del almuerzo, Mariana y Juan se sumergieron en la tarea de organizar la luna de miel perfecta para Max y Wendy. Hojeaban detalladamente folletos de hoteles todo incluido, buscando aquellos que ofrecieran una experiencia inolvidable para la pareja recién casada.
Mariana asintió con entusiasmo, examinando las fotos con atención.
A medida que exploraban más opciones, la hora del almuerzo pasó volando y aún no habían terminado de decidir.
Mariana asintió con una sonrisa, intrigada por la sugerencia de Juan.
Juan se levantó de la mesa con un gesto elegante.
Mariana aceptó encantada, sintiendo una emoción creciente ante la perspectiva de pasar más tiempo con Juan fuera del entorno laboral. Subieron al lujoso carro de Juan y se dirigieron hacia su casa.
Al llegar, Mariana quedó impresionada por la elegancia de la casa de Juan, especialmente por la piscina reluciente que se encontraba en el patio trasero. Se dirigieron al despacho, donde se sumergieron nuevamente en la tarea de elegir el destino perfecto para la luna de miel de Max y Wendy.
Después de mucha deliberación, finalmente encontraron el lugar ideal: un resort de lujo en una isla tropical y paradisíaca. Juan decidió que la estancia sería un regalo de su parte para la feliz pareja.
Después de decidir el destino para la luna de miel de Max y Wendy, Juan y Mariana brindaron con copas de vino, celebrando el éxito de su búsqueda. El ambiente en el despacho de Juan estaba lleno de alegría y emoción, y la conexión entre ellos parecía crecer con cada momento compartido.
Mariana sonrió, levantando también su copa.
Después de beber, Juan y Mariana se recostaron en sus sillas, relajados y felices. La conversación fluyó fácilmente entre ellos, y pronto comenzaron a compartir detalles personales sobre sus vidas.
Mariana asintió, escuchando con atención.
La complicidad entre ellos era evidente, y compartieron risas y sueños de futuras aventuras. Por un momento, el mundo exterior parecía desvanecerse, dejando solo a Juan y Mariana inmersos en su propia burbuja de complicidad y amistad.
Al final de la conversación, Juan se dio cuenta de lo mucho que disfrutaba de la compañía de Mariana y de cómo cada momento compartido con ella le llenaba de alegría y emoción. Sin duda, este día marcaría el inicio de una nueva etapa en su relación, una etapa llena de posibilidades y sueños compartidos.
…
Después de compartir risas y sueños de futuras aventuras juntos, Juan se encontraba sumido en sus pensamientos. La conversación con Mariana había despertado en él una serie de emociones que no podía ignorar. Se dio cuenta de lo mucho que disfrutaba de su compañía y de cómo cada momento compartido le llenaba de alegría y emoción.
Mariana, por su parte, miraba a Juan con una sonrisa cálida, ajena a los torbellinos de pensamientos que pasaban por la mente de su jefe. Sin embargo, algo en la mirada de Juan denotaba una intensidad inusual, un brillo en sus ojos que no había notado antes.
Después de un momento de silencio, Juan tomó una respiración profunda y decidió dar un paso hacia adelante, a pesar de los nervios que sentía.
Mariana lo miró con curiosidad, esperando a escuchar lo que Juan tenía que decir.