Fuera de rutina

Sentimientos a flor de piel

Sentimientos a flor de piel

 

Después de la declaración a medias de Juan, Mariana regresó a su casa con una mezcla de emociones que la dejaban en un estado de confusión. Sus pensamientos estaban revueltos, y su corazón latía con fuerza mientras intentaba comprender lo que acababa de suceder. Se sentía ilusa por haber permitido que sus sentimientos florecieran tan rápido, nerviosa por lo que eso significaba para su relación laboral con Juan, pero sobre todo, emocionada por la posibilidad de que sus sentimientos fueran correspondidos.

Aquella noche, Mariana se encontraba en su habitación, recostada en la cama, con la mente llena de preguntas y dudas. Repasaba una y otra vez las palabras de Juan, intentando descifrar su verdadero significado. Cada vez que recordaba su expresión y la chispa en sus ojos, un escalofrío recorría su cuerpo y su corazón latía con fuerza.

Al día siguiente, con sus sentimientos de amor a flor de piel, Mariana decidió confiar en su prima Wendy y compartirle lo que había sucedido. Necesitaba desesperadamente desahogarse y buscar consejo en alguien en quien confiaba plenamente.

  • "Wendy, necesito hablar contigo sobre algo importante", dijo Mariana, buscando la mirada de su prima con una expresión de nerviosismo y emoción en su rostro.

Wendy, notando la seriedad en la voz de Mariana, se sentó a su lado y le ofreció su atención completa.

  • Wendy:  "¿Qué sucede, Mariana? Cuéntame".

Mariana inhaló profundamente, reuniendo el coraje necesario para compartir sus sentimientos más íntimos. "Anoche, después del trabajo, Juan me dijo algo... algo que me tomó por sorpresa. Me confesó... algo que me hizo sentir ilusa, nerviosa y emocionada al mismo tiempo".

Wendy la miró con curiosidad, esperando a que Mariana continuara. 

  • Wendy: "¿Qué te dijo, Mariana? ¿De qué se trata?".

Mariana sonrió tímidamente, con las mejillas sonrojadas por la emoción. 

  • Mariana: "Me dijo que... que me aprecia mucho. Y que... que cada momento que pasamos juntos lo hace sentir vivo de una manera que nunca había experimentado".

Los ojos de Wendy se iluminaron con comprensión y alegría.

  • Wendy:  "¡Mariana, eso es maravilloso! Suena como si Juan estuviera empezando a sentir algo más por ti".

Mariana asintió, sintiendo un cálido hormigueo de esperanza en su pecho. 

  • Mariana: "Eso espero, Wendy. Pero... no estoy segura de qué hacer ahora. ¿Qué crees que debería hacer?".

Wendy le ofreció una sonrisa tranquilizadora. 

  • Wendy: "Sigue tu corazón, Mariana. Si sientes algo por Juan, entonces no tengas miedo de explorar esos sentimientos. El amor es una experiencia hermosa, y mereces ser feliz".

 

Mariana se encontraba decidida a hablar con Juan sobre sus sentimientos. Después de una noche de reflexión y con el apoyo de Wendy, había reunido el coraje necesario para enfrentar la situación. Decidió que la hora del almuerzo sería el momento perfecto, ya que últimamente era habitual que ella y Juan compartieran ese momento juntos.

Con el corazón latiendo con fuerza, Mariana se dirigió hacia el lugar donde solían almorzar. Mientras caminaba por los pasillos de la empresa, se topó con Marcelo, quien había venido de visita.

  • "¡Mariana, qué sorpresa verte!", exclamó Marcelo con una sonrisa encantadora. "¿A dónde te diriges tan apurada?".

Mariana sonrió, tratando de ocultar su nerviosismo.

  • Mariana:  "Hola, Marcelo. Estoy yendo a almorzar con Juan".

Marcelo asintió con complicidad.

  • Marcelo:  "Entiendo. Bueno, no quiero retenerte. Ve y disfruta de tu almuerzo. Nos vemos más tarde".

Después de despedirse de Marcelo, Mariana continuó su camino hacia el lugar del almuerzo, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo en el estómago. Sabía que tenía que hablar con Juan, pero la idea de abrir su corazón y revelarle sus sentimientos la llenaba de temor.

Finalmente, llegó al lugar del almuerzo y encontró a Juan sentado en una mesa, revisando algunos documentos. Con una respiración profunda para tranquilizarse, se acercó a él.

  • "¡Hola, Juan!", saludó Mariana con una sonrisa nerviosa.

Juan levantó la mirada y devolvió la sonrisa. 

  • Juan: "Hola, Mariana. Qué bueno verte. ¿Listos para almorzar?".

Mariana asintió, tomando asiento frente a él. Mientras compartían el almuerzo, Mariana luchaba por encontrar las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos. Finalmente, reuniendo todo su valor, decidió hablar.

  • "Juan, hay algo que necesito decirte", comenzó Mariana, su voz temblorosa pero decidida. "He estado pensando mucho últimamente, y... bueno, creo que es importante que sepas cómo me siento".

Juan la miró con curiosidad, sus ojos fijos en los de ella. 

  • Juan: "¿De qué se trata, Mariana?".

Mariana tomó una respiración profunda, reuniendo todo su coraje.

  • Mariana:  "Juan, me gusta mucho... me gustas mucho. No puedo evitar sentir algo más que una simple amistad hacia ti".




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