Capítulo 4: Gran Noticia

Dos años después...

—Camila, ¿tienes idea de lo que harás después de la universidad? — pregunta Lisa a mi lado comiendo de su almuerzo

Trago mi comida y niego lentamente por respuesta.

—Oh vamos, no te quedarás viviendo con tus padres para siempre, ¿oh si? — pregunta Claudia a mi lado con una sonrisa de lado

—Obviamente que no, pero me refiero a que todavía no estoy segura de lo que quiero hacer. Originalmente planeaba en irme a Los Angeles, California y conseguir un trabajo haya pero no tengo dinero para el viaje y según he escuchado la vida allá es muy cara — me encojo de hombros

Ambas me miran y niegan.

—Puedes irte a trabajar con mi padre en su agencia de modelos en Miami, sabes que siempre te lo he dicho — dice Lisa con una amable sonrisa

—Muchas gracias pero sabes que Miami es algo imposible para mi — digo bajando la cabeza 

—Bueno, quisiera ayudarte pero ya sabes — comenta Claudia soltando un suspiro

El novio de Lisa, Evan se acerca a la mesa dejando un beso la mejilla de su novia y toma asiento para después saludarnos.

—Buen provecho a todas — nos dice educadamente

—Gracias — ambas Claudia y yo contestamos.

***

Estaba en la última clase, cuando el timbre suena. Todos nos ponemos de pie para tomar nuestras pertenencias y salir. Algunos con educación le dicen adiós a la profesora y cosas como “buenas tardes”. Siendo la chica tímida que era, no le decía nada y seguía mi rumbo.

Caminaba hacia el estacionamiento buscando por mi auto hasta que choco contra alguien sin querer.

—Disculpa — digo de inmediato

Había chocado contra un chico de pelo color marrón oscuro y ojos verdes.

—Oh no, tranquila también fue mi culpa por haberme puesto en el camino — comenta con una pequeña sonrisa

Le sonrío de vuelta y me dispongo a seguir mi camino.

—Oye, espera. ¿Tomas la clase de fotografía con la profesora Reed? — pregunta antes de que me pueda mover

—Si, ¿por qué? — contesto mirándolo a los ojos

—Mmm... — comienza a radicarse la nuca —No entendí que hay que hacer exactamente en el proyecto que mandó hacer para el fin del curso y me preguntaba si me podías ayudar — termina por decir 

—Oh, claro. ¿Deseas darme tu numero de teléfono o yo el mío? — digo amablemente

—Toma — me entrega su teléfono con un nuevo contacto y escribo mi nombre junto con mi número de teléfono para llamarme y sentir mi teléfono vibrar

—Listo — le extiendo su teléfono 

—Gracias por esto, que tengas una bonita tarde —acepta su teléfono

—Igual — sonrío y sigo mi camino hacia mi auto.

Mi vida no había cambiado tanto. Todavía seguía trabajando en el club y estaba apunto de terminar mis estudios en la universidad. Estudiaba fotografía, si, no era una carrera que la escuchara y dijeras “wow, tu si que tienes futuro”, pero mis padres me apoyaron y decidieron dejarme hacer lo que yo quisiera después de que me gustara y no fuera malo. 

Dentro de una semana sería mi graduación y estaba muy feliz y orgullosa de mi por eso.

Abro la puerta y me monto en el auto. El hombre que había visto aquella noche jamás lo volví a ver. No era que lo extrañaba o me había enamorado. Solo que, sería bueno si al menos lo hubiese visto de nuevo.

Ahora él solo vive en mi memoria y en mis sueños placenteros, perversos, sueños. 

Comienzo a manejar hacia la casa. El chico que había conocido hace minutos atrás era muy lindo y sexy pero nadie se compara con el extraño que había conocido hace tiempo atrás en el bar. Pongo la radio y la música entretiene mis oídos por el resto del camino hasta llegar a la casa.

Bajo del auto solo para ver un desconocido auto enfrente de la casa. Por alguna rara razón, el auto se me hacia conocido pero no recordaba de donde. Supongo que tendría que entrar a la casa y averiguar que era lo que estaba sucediendo.

Toco el timbre de la puerta dos veces y mi hermana me abre con una gran sonrisa y dándome un abrazo.  

—Alguien está como que muy feliz hoy — comento en broma al alejarnos y entro a la casa cuando ella se aparta

—Bueno, me acaba de suceder una de las mejores cosas en la vida de una mujer — dice con una gran sonrisa de oreja a oreja  —Ven, eres la única que falta por enterarse — pone su mano en mi espalda baja y me dirige hacia la cocina en donde se encuentran mis padres y... ¡¿acaso ese es el hombre con quien me acosté al rededor de dos años atrás?!