Fuerte & Claro

Tyler

Ya sabía lo que le gustaba a Shamall y eso le emocionaba. —Mamá ¿me podrías hacer un favor?— necesitaba pedirle a su madre que le preparase albóndigas.

En toda la conferencia no paraba de observarle en secreto estaba emocionado, quería que Dan probase las albóndigas que le llevaba hoy. Por fin finalizaba, velozmente se puso de pie y se sentó frente a Dan. —Toma— ofreció el pote a Shamall quién no tenía expresión de emoción en su rostro. —Primera vez que no te emocionas por ver comida ¿No tienes hambre?— parece como si hubiese activado un botón en él.

— ¡Por supuesto, estoy hambriento!— podía ver todo en cámara lenta a Dan abriendo el pote y formando una gran o con sus labios. —Oh, albóndigas— exclamaba emocionado Shamall, Tyler también lo estaba y no veía el momento para que la probase.

—Ayer has dicho que podrías incluso casarte con ellas, así que le pedí a mamá que las preparara nuevamente— nunca en todo su recorrido por la universidad había tenido una sonrisa tan amplia en su rostro cualquiera que lo viese pensaría que es alguien totalmente feliz.

—Está deliciosa, incluso más que la anterior, Gracias— no sabía si debía ocultar su emoción y simplemente dejarla salir.

— ¿En serio?— aún no lo creía, él había oído que estaba más deliciosa que la anterior.

—Sí— no supo de donde, ni cómo, ni reflexionó sobre lo que saldría de sus labios.

— ¡Eso me alegra!— para cuando se fijó el momento era lo suficiente incomodo como para seguir observando su rostro. —Yo... revisaré las notas de hoy— sin duda no debía pensarlo dos veces este chico en realidad le gustaba, él no tomaba las mejores notas pero hacía que su corazón palpitara rápidamente.

Eso causaba Dan Shamall en él.




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