Namjoon
El de oyuelos arrancó el auto sin echar un vistazo de antemano, estaba sin tiempo igual no esperaba que nada malo pasara por no mirar un momento o... eso pensaba. -¡Ayudenlo!- un grupo de personas grito con desespero.
Nam frenó y en cuento pudo salió a zancos de el auto ofreciendo una mano a el pelinegro que yacía en el suelo. -Los siento, dejame llevarte a el hospital- el muchacho al parecer estudiantes se safó y sacudió su uniforme negando.
-No te preocupes, no me queda tiempo- dijo buscando algo por los alrededores hasta encontrarlo... su bicicleta la cual estaba totalmente despedazada. -¡Mierda, mierda, mierda! hoy no es mi día- se quejó mientras golpeaba lo que quedaba de ella.
-¿A donde debes ir?- preguntó mientras observaba su reloj, 20min paras las 8 a.m... aún le quedaba tiempo.
-Debo presentar el Suneung ¿me llevas?- cuando el de oyuelos iba a sentir ya era muy tarde pues el pelinegro del cual desconocía su nombre ya se había subido al copiloto. -Gracias por llevarme, me toca presentar el exámen en el XXX-XXX- Joon asintió observando su espejo retrovisor no quería convertirse en el chofer de otro chico malherido por el. -Por cierto, soy Seok-Jin, tengo 18 años, voy a la Secundaria Dwight School Seoul ¿como te llamas?- Namjoon echó un vistazo por el espejo y luego abrió las ventanas de el auto.
-Soy Kim Namjoon- era por que el conducía algo rapido o aquel chico se iba de lado. -¿Estás bien?- asintió.
-Si, solo... woah... que viaje- mencionó reincorporandose.
El resto del viaje el chico se la pasó en silencio hasta que llegaron. -Oh, te lo agradezco mucho Mayor... espero volverte a ver pronto- y por fin estaba libre, echó un vistazo nuevamente a su reloj, mierda ya solo le quedaban 8 min, iba a arrancar pero una punzada de preocupación le obligó a salir de el auto. -¡Oye!- gritó a el pelinegro que estaba por entrar y este giró, no sabía el por qué de la preocupación pero le estaba matando. -¡¿Enserio estás bien?!-
-¡Si, no te preocupes!- finalmente le dió la espalda y... se desplomó.