Jimin.
—Que engreído, solo se aprovecha de su sordera para ignorar a los demás...—
—¡Tu maldito imbécil!— odiaba eso que hablasen de los demás sin tener una escusa buena como base, no tenían derecho a hablar así de él, su brazo no dejaba de moverse para destruir su rostro, finalmente alguien le haló fuerte para separarlo, si no lo hacían seguro que lo mataría.
Corrió a aquél manzano encontrándolo ahí de pie. —Que desperdició no pudimos comer— se quejó recostándose sobre la valla de metal.
—¿Por qué golpeaste a esos chicos?— el tomaba todo con simpleza, no le daba importancia y eso lo desesperaba.
—Estaba diciendo cosas que no debía...—
—No es tu problema, no le des importancia no los puedo oír en todo caso...—
—¡El hecho de que no los puedas oír bien no les da el derecho de hablar así de ti!— el rubio elevo su tono de voz si cuando hablaba parecía que gritase imaginadlo ahora. —¿Por qué debes ser tu el que se acomode a ellos? Ellos también pueden hacerlo, si no escuchas algo bien pregúntalo tantas veces puedas yo lo repetiré las veces que lo preguntes, ¿Comprendes?— ya no tenía una expresión de sorpresa en su rostro, Jeon, Jeon-Jungkook estaba ahí de pie con sus ojos rojos llorando.
¿La había regado de nuevo? ¿Había dicho algo mal? ¿No sabía que había hecho? Pero le alegraba que el se desahogase y se relajase un poco de todas esas cosas que le estresaban por segundo.
Jeon-Jungkook lloraba por primera vez en frente de el, no sabía que decir o que hacer el simplemente estaba de pie en frente de el con sus lágrimas saliendo sin parar. —¿Jeon porque lloras?—