Hanse
Nadie había logrado devolver el brillo a mis ojos, hasta que ella apareció y lo cambió todo. Cuando la vi sostenerme mientras dormía, acariciando mi carita, supe que su partida sería un dolor que me marcaría el alma.
Me enamoré de ella, aceptando de antemano los desafíos que enfrentaríamos. Consciente de que nuestro amor estaría lleno de obstáculos, me entregué a ella por completo, y lo haría una y otra vez si es necesario.