Sue había estado frente a mi casa una hora después de su llamada, tan puntual y yo fanática a llegar tarde a todos lados, era mi pequeño defecto.
—Te di una hora Mara y todavía no estás lista, eres un caso perdido —dijo mi querida amiga mirando mi aspecto.
—Lo siento, no lo hago a propósito —di una vuelta y dije— ¿Qué te parece mi aspecto? Estoy aceptable para el sitio al que piensas llevarme.
—Con que te pongas unos zapatos ya estarás bien —fue en ese momento en el que me di cuenta de que no los llevaba, así que salí corriendo a mi cuarto por ellos— y a todo esto ¿Desde cuándo te importa la opinión de algo respecto a tu aspecto?
—No me importa lo que opinen los demás, solo era por sacar conversación —dije bajando las escaleras— ahora sí nos podemos ir.
Estuvimos media hora de recorrido hasta llegar a un barrio raro pero raro y mira que he estado en lugares deprimentes, pero este lo superaba todos. Sue estaciono el coche en una calle que estaba repleta de motos y autos de todos modelos y colores. Se veía a lo lejos gente entrar y salir de una casa, dónde supuse que era al lugar que me traía mi amiga.
—En serio Sue —dije mirándola—, este es el lugar que me iba a encantar, sabes a cuantas fiestas hemos ido como para que esto me sorprenda, por estar en un barrio bajo.
—Cuando dejarás de juzgar por lo primero que captas —me reprendió—. Esto solamente es el principio, en esa casa hay una fiesta, es el cumpleaños de un tío que no conozco, pero a la cual otro chico me invit...
—Lo sabía es que lo sabía —no me importo haberla interrumpido—. Me trajiste aquí para que te haga la media, pero para que me mientes diciendo que esto me iba a encantar.
—Si fueras tan amable de no interrumpir yo podría terminar de explicarte —cuando vio que la iba a dejar hablar continúo—. Como te decía me invitó un chico yo te invite a ti en parte por no venir sola y porque sé que lo que van a hacer estos chicos nos va a encantar porque resulta que a las 12 se van a un descampado que está un poco lejos de aquí y harán una exhibición de motos.
Los ojos me brillaban al escuchar eso último, me encantaban las motos y eso está tía, lo sabía bien. Para nadie era un secreto que no sabía ni manejar, pero es que me gustaban y no había aprendido porque nadie se dignaba a enseñarme y mi madre estaba en contra de que tuviera una.
Había asistido a exhibiciones de motos antes con amigos, incluso el abuelo había sido el primero en llevarme a ver una. Había estado en carreras incluso, pero todas legales y profesionales. Pero esto tenía pinta de ser muy ilegal, solamente había que ver dónde estábamos y dónde nos íbamos a meter después.
Bajamos del auto y caminamos hasta la casa para entrar. Estaba llena de gente, la música alta y alcohol de sobra, que empiece la fiesta.
—Mara —gritó Sue por encima de la música—, aquel de allá es el chico que me invitó.
Me tomo de la mano y me arrastro hasta donde estaba.
—Hola Josuan —dijo mi amiga nerviosa.
—Hola Sue, ¿esta es tu amiga? —preguntó posando su mirada en mí.
—Mara, mucho gusto —saludé
—Josuan, pero eso ya debes saberlo—dijo mirando a Sue.
Estuvimos un rato charlando y la verdad es que era bastante agradable. Un milagro dado que los chicos que solían rodear a mi amiga eran unos gilipollas de primera. Sin embargo, Josuan era un muchacho alto, pelo negro y ojos oscuros, un año mayor que nosotras, estaba terminando su primer año de universidad.
Nos explicó mejor lo que era todo esto. Dado que sí era una fiesta como había dicho Sue, y que luego iríamos a una carretera que estaba a media hora de aquí, donde se haría una exhibición de moto y una pequeña carrera. Nos había dicho también que no era nada peligroso siempre que nos mantuviéramos a rayas del asunto, solo mirar. Así que nos adentramos dónde estaba la gente bailando, pero antes tome un vaso con alguna mezcla de alcohol.
Bailamos, saltamos, cantamos, amaba esto, las fiestas eran mi vida.
Seguí bailando al compás de la música, moviendo mis caderas y bebiendo de mi vaso, las personas te rozaban de lo lleno que estaba, espante a todo el que intento acercarse, hasta que vi una pequeña mesa y fui a ella me subí y seguí bailando, moviendo mi cuerpo al compás de la música y siendo el centro de atención.
Horas después Josuan nos dijo que podíamos ir saliendo a la dirección que Sue tenía porque él iba en moto, que cualquiera que intentará hacerse el listo dijéramos que éramos amigos de él y que, si eso no funcionaba, que dijéramos que andábamos con un tal Hanse, al escuchar ese nombre un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Luego de decirle a Sue más de 5 veces que mantuviera el carro derecho y en una sola senda llegamos a la ruta 55, era una carretera que en el día era bastante transitada, pero a esta hora estaba prácticamente vacía a no ser por las motos y carros que ya estaban ahí e iban llegando.
Antes de salir de aquella casa había cogido una botella de vodka conmigo. Pensaba seguir pasándola en grande y disfrutar de esta exhibición.
Caminamos por el lugar, vimos a Josuan de lejos y nos saludó con la mano, no podía prestarnos mucha atención porque él estaba encargado de organizar la pequeña carrera, ahora que lo pensaba toda esta gente estaba en la fiesta, por ende, estaban borrachas.
Enseguida empezó a sonar música desde la parte trasera de un auto, menudo equipo de sonido tenía esa máquina. Obligue a mi amiga a bailar conmigo y en menos de nada teníamos gente al alrededor bailando también mientras yo me tomaba el contenido de la botella que estaba en mi mano derecha.
Sabes cuándo sientes que te están observando esa sensación rara, pues era lo que estaba sintiendo, así que me di la vuelta y mis ojos se toparon con un chico que estaba sentado encima de una moto, no le pude ver la cara llevaba su casco puesto, pero su cabeza apuntaba a mi dirección, así que decidí ir a su encuentro talvez por el calor del momento o por simple hecho de que se veía súper sexy en esa moto y misterioso, pero cuando di el primer paso un sonido me lo impidió o más bien Josuan.