Ángel a Eva: Cariño. Es solo una revisión de rutina, vas a ver que el médico dice que todo está bien, sigo sano, superamos el cáncer mi cielo. Esa fue la primera vez que me dijo mi cielo.
Mis ojos se llenaron de lágrimas; trate de contenerlas, me emocione mucho con ese apelativo cariñoso de Ángel.
La cita era dentro de 10 días...
Estuve muy nerviosa, pero debía ser fuerte por él, no mostrarle que me cagaba de miedo, mostrarme fuerte y segura.
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Fuimos a la sabana, un parque enorme de la capital, estuvimos solos un par de horas. Disfrutamos de nosotros mismos. Nos mirábamos, sonreímos, corrimos como niños, nos tiramos al césped, nos hicimos cosquillas, jugamos en los toboganes, nos montamos en las hamacas.
Nos miramos imaginándonos que la hamaca era un avión y viajaríamos a París, dijo él, a la ciudad del amor.
Viajamos a París, disfrutamos en la torre Eiffel, subimos el millón de gradas que nos llevaron a lo más alto. A admirar las vistas más espectaculares de París.
Fuimos a Barcelona, al parque Güell, ahí Ángel me propuso que fuera su esposa; por supuesto que si mi Ángel, le dije.
Y nuestro viaje se interrumpió...
Llegaron nuestros amigos y las locuras fueron peor, saltamos, gritamos, celebramos la vida, la amistad, nuestros momentos...
Él siempre con una enorme sonrisa en su rostro...