¿fuiste tú?

PROLOGO

 

Prologo

 

¡Era una estúpida! Claro que lo era, la angustia que empezaba apoderarse de mí lo confirmaba, llevaba más de quince minutos tratando de conseguir un taxi; pero ha sido literal, imposible, por lo cual no me quedó más opción que caminar y esperar que suceda un milagro y un taxi aparezca.

De miedo nunca he sufrido, pero hoy era distinto, presentía que algo no estaba bien, que no debía de estar en medio de la calle, sola y de madrugada. Todo era culpa de mis padres, de mis ausentes y descuidados padres. Que eran el detonante a cada una de las estupideces que hago a mi corta edad.  Ellos habían sido la única motivación de salir de casa, la casa que ellos fielmente me pagaban y donde. El querer llamar su atención me empujaron a ir a una estúpida fiesta que en realidad no quería ir, una fiesta de muchas personas que no conocía, una compañera del bachillerato me había jurado que sería divertido, que eran universitarios, para mi gusto los que se encontraban ahí eran mucho mayores.

Lo que me da más rabia es que a mí no me gusta mucho la gente en realidad, pero de todos modos fui y lo único que gane es estar en medio de la madrugada en algún lugar que nunca había estado.

Miraba a todos lados para poder detectar cualquier tipo de peligro, algo que siempre he odiado en mi vida es tener que admitir que me había equivocado y hoy mis padres habían ganado, una vez más. Al ir avanzando por las calles mis nervios aumentaron de tal manera que había pasado de caminar, a trotar y posteriormente a correr muy rápido.

Y como si mi alma supiera el momento exacto, unos pasos distintos a los míos se escuchaban, sabía que tenía que huir de ahí, desesperada por sentirme segura, aumente el ritmo de mis pasos, pero automáticamente los pasos que me seguían también lo hicieron por primera vez hace mucho tiempo tenía ganas de llorar y gritar por ayuda.

No sabía bien a dónde me dirigía casi por instinto, gire mi cabeza para comprobar si me siguen y así era como un hombre venía atrás mío, una silueta alta y oscura me seguía los pasos ¿Qué hago? Saco mi celular, no sé cómo soy capaz de marcar, no sé cuántos tonos pasan pero hablo inmediatamente.

— ¡Nina, ayúdame, me siguen, no sé qué hacer! Dile a Bill que venga por mí.

Mi aliento cada vez es menos, me estoy ahogando, el miedo se apodera de mí al ver que cada vez la calle es más oscura.

— ¡Ay! — me quejo cuando caigo al suelo, desesperada busco mi celular, sé que es lo único que me puede salvar, cuando logró tenerlo nuevamente en mis manos e intento ponerme de pie, unas manos bruscas me agarran del pelo y me arrastran por el pavimento de la carretera — ¡Suéltenme! ¡Ayuda! ¡Suéltenme! — lo único que sentía que podía hacer era gritar y así lo hice.

Siento que soy tirada contra una pared, abro mis ojos aturdida, un hombre al cual no reconozco está frente mío — Déjame — le suplico a esta altura, estaba llorando — ¡No me hagas daño, te lo ruego!

La respuesta que recibo es una cachetada tan fuerte que siento como si me fueran puestos un hierro caliente en mi cara, muchas veces antes había escuchado que un valiente nunca se rinde, y yo era valiente.

Con todas las fuerzas que mi cuerpo tiene, empiezo a responderle los golpes, tiro patadas, muevo mis brazos con fuerza y grito, grito hasta sentir que mi garganta arde.

— ¡Solo tenías que tomarte el trago que mande a tu mesa! — su puño cerrado aterriza en mi ojo con una fuerza dolorosa — ¡Perra!

El golpe en ojo me ha aturdido tanto que pierdo el equilibrio y caigo el piso y al mismo tiempo siento un golpe fuerte en mi cabeza, me siento entrando en trance, dejo de ser consiente lo que sucede.

— ¿Qué estás haciendo? — se escucha de fondo. Una nueva voz, pero no puedo asegurar de que sea real.

— Mira el regalo que me encontré y estoy dispuesto a compartirlo contigo.

— ¿Qué?

El tipo asqueroso que tengo encima se quita de mí y otro hombre aparece, no tengo aliento, sé que mi ropa está totalmente desgarrada, no tengo lágrimas.

El hombre que tenía encima de mí me lanza una patada en la cabeza tan fuerte que siento un horrible zumbido hace que cierre los ojos.

Antes de quedar en la absoluta inconsciencia, escucho algo — ¡Te voy a matar! —.

 

 



#1336 en Novela romántica
#482 en Chick lit

En el texto hay: pasado, romance, amor

Editado: 19.09.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.