¿fuiste tú?

Capitulo 3

Capítulo 3



 

El pánico se apodera de mí al ver como su frágil cuerpo se desvanecía delante de mis ojos, no soy consciente del momento en que la atrapo entre mis brazos. Al sentir su olor mi corazón se detiene; a última semana ha sido una de las peores de mi vida. 

No logro entender por qué había desaparecido de repente sin ningún tipo de explicación, cuando se suponía que estábamos en una relación. La angustia que sentí al llegar a su apartamento y no encontrarla es inexplicable, cuando entré sentí un frío calar en mis huesos, supe que algo no andaba bien, y lo confirme cuando vi que su habitación estaba patas para arriba. 

Al llamarla no contestaba, se iba a buzón, desesperado fui a la agencia donde me informaron que no estaría en la ciudad por muchas semanas.

— ¿Amor? — veo su cara sin color, con ella en brazos empiezo a caminar — Ve delante de mí abriéndome el paso — le digo al hombre que la acompañaba — llama a Christian y dile que voy para a su habitación, guíame.

— ¿No deberíamos llamar a una ambulancia o llevarla a un hospital?

— No… has lo que te digo ¡Ya! — solo puedo estar tranquilo si soy yo quien la revisa, no hay nadie que la conozca más que yo, hago todo el camino hacia la habitación de mi amigo con la guía y ayuda de este hombrecito.

Cada ataque de pánico de Lilian es peor, su salud mental está tan débil y fracturada, cosa que me atormenta cada maldita noche de mi vida.

— ¿Octavio? ¿Qué haces aquí? ¿Lilian? ¿Qué le paso? — Habla tan rápido que no soy capaz de entenderle.

— ¡Otro ataque de pánico! — digo pasando por la puerta, voy directo a la cama y la acomodo. — Pero esta vez se desmayó — los ataques de pánico no tienen mucho que hacer, hay que esperar que se calme y al estar ella inconsciente tenemos que procurar que esté relajada — Necesito alcohol y agua.

— Si, enseguida — se apresura mi amigo — toma — al traer lo que le pido, su mirada en mí es dura — Tenemos que hablar, largo y tendido — No le contesto, de alguna manera tengo la certeza de que me está echando la culpa de esto y cualquier cosa que pase con ella.

— ¿Quién es este tipo? ¿Tiene idea de lo que hace? — se me había olvidado la presencia de esta persona — Dijo que Lilian es su mujer ¿Es verdad? ¿Tienen una relación?

— Por favor que el señor nos deje solos — le digo a Christian, ya he tenido mucho de este tipo por hoy.

— ¿Por qué te da órdenes? — lo ignoro, tomó la mano de Lilian y contempló su rostro por unos segundos, algo muy grande y feo pasa en ella, y me temo que es contra mí, no sé que es lo que hice mal, yo únicamente he tratado de cuidarla y protegerla; de curar su alma. — Es un fulano que apareció de la nada diciendo que ella es su mujer — muerdo el interior de mis cachetes tratando de controlarme.

— Edward, cálmate, me temo que él no es un fulano, él está pagando tu sueldo, es uno de mis mejores amigos y si sabe lo que hace es médico. Y por último es o era la pareja de Lilian.

— Soy — afirmo.

— Imposible… El dueño de la campaña es un tal Derek Michaelson — tuerzo los ojos — no tiene pinta de médico, parece un loco. Y Lilian no menciono ningún tipo de relación.

— ¿De dónde has sacado a este tipo? ¿Qué hace en la agencia? — pregunto mirando a Christian - Explícame…

— Es uno de nuestros fotógrafos — me dice — Edward, lo mejor es que te retires — el tipo no tiene la más mínima intención de hacerle caso.

— ¿Fotógrafo? — sacudo la cabeza. — No puedo creer que haya autorizado a mi hermano para contratarlo. — me pongo de pie y lo miro. — Nunca he juzgado el criterio de Derek, pero esta vez me temo que tengo que revisar donde termina mi dinero —. 

La intimidación siempre me ha parecido un recurso bajo, y utilizar mi posición con un fin personal tampoco me parece justo, pero por primera vez tengo ganas de traicionar mis principios.

— Por favor que se retire — al final decido ser amable, como la mayoría de las veces.

No le vuelvo a dar una mirada al tal Edward; sin embargo, no puedo evitar sonreír cuando escucho la puerta cerrarse.

— ¡Ahora sí! — el tono de voz de Christian no es amigable, más bien se asemeja al tono que emplearía alguien al quererme partir un hueso.

— La vida amorosa es persona, normalmente me aseguro de no entrometerme — continúa con fijada calma. — Pero en esta ocasión se me es imposible Octavio, primero porque estás tú involucrado, eres casi mi hermano y segundo esta Lilian, que aparte de ser mi modelo, le he tomado un cariño inmenso, solo lo quiero respuestas llenas de verdad Octavio. ¿Qué demonios le has hecho a esta niña?

Sus palabras me confirman que hay algo que no sé, a Lilian le están pasando cosas donde yo soy claramente el culpable — ¿De qué hablas?

— ¿De qué hablo? Me estás hablando en serio — ríe, y su risa es más de incredulidad — esta niña hace una semana llego a mi oficina sintiéndose morir, por algo que solamente ustedes saben que fue, quería huir de ti. Ella no come, no duerme y llora todo el maldito día.

No tengo respuestas para darle — Christian… Sonaré como un canalla, pero es que no sé qué demonios está sucediendo.



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En el texto hay: pasado, romance, amor

Editado: 19.09.2022

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