¿fuiste tú?

Capitulo 12

Capítulo 12

 

— ¿Qué vamos a hacer con ella?

Daría todo lo que tengo para saber cómo actuar y procedes con ella, mis manos todavía temblaban y aún no recordaba como seguir respirando.

— No sé — Me levanto de la silla y camino lentamente al balcón, evitando ver su cuerpo dormido sobre la cama — Ahora mismo solo pude sedarla, dormirá seguido por un par de horas más.

— Espero que dormir la ayude… 

— Yo también… — desde hoy le tengo miedo al mar — Yo también Christian… Mi especialidad no es la psiquiatría, pero está claro que tiene un trastorno de ansiedad, su salud mental es muy frágil.

Cualquier persona desde afuera podrá decir a boca llena que lo tenía todo, dinero, era médico y mi mujer es una hermosa modelo. La verdad no puede estar más lejos.

Mi profesión da para creer que podría sortear fácilmente los problemas médicos de Lilian, pero no soy psiquiatra ¿Qué más puedo hacer que darle un sedante mientras consigo un especialista? Nada, nada más.

El dinero, nunca me ha hecho falta, como para que vivan unas cuantas generaciones, pero no me sirve para comprar la felicidad y tranquilidad que ella necesita. Y con ella no sé qué hacer.

Me estoy cuestionando que tan favorable fue perseguirla, aparecerme y atormentarla con mi presencia cuando claramente lo que menos necesita es a mí.

Aun así, no soy capaz de moverme, tengo que cuidarla, que vuelva a intentar la estupidez de hoy me aterra, sin ella me muero.

— ¿Octavio? — la voz de mi amigo me saca de mis pensamientos — Atentar contra ella misma me preocupa mucho, desde que la conocí supe que en su vida habría sufrido, pero esto es demasiado —. No contesto, es algo tan obvio que solo necesita soluciones. — Irnos no será la mejor opción.

En mi mente llega su imagen frente a una cámara, siempre concentrada y dispuesta para su trabajo. En ese momento, cuando todas las luces están sobre encima de ella, ella revive, resplandece, desaparece cualquier angustia.

— No, sería peor, ama lo que hace, se está aferrando a ello para no dejarse caer.

A pesar de no estar mirándolo puedo sentir su aprobación, cuando una persona siente que no tiene control en ella, que sus emociones la sobrepasan y no tiene idea de como seguir adelante se debe aferrar a algo.

Tomarse de ahí, como ese salvavida que te mantiene a flote y no te deja hundirte, en el mar de dolor.

— Necesito ayuda — vuelvo a entrar a la habitación — No puede estar sola, pero no se debe dar cuenta que la estamos vigilando, hacerle sentir que tenemos miedo de ella misma, la descolocará aún más. 

— Listo… Buscaré la manera de tener gente siempre con ella, claro esta que nadie se puede enterar de nada, la presión tampoco nos ayudara en nada.

Eso era un gran punto, siempre hay personas que hablan de más, y un titular de prensa amarilla en todos los periódicos, revistas y redes sociales es lo que menos necesitamos.

La modelo depresiva es un pésimo titular. — Digo el comentario si pensar, menos mal que está dormida.

No soporto más lo asfixiante que es el lugar, salgo de la habitación sin voltear a mirarla, no tengo un lugar donde ir.

Así que camino un par de pasos y me detengo ¿Qué hago? Dejarla ahora no es una buena idea, no quiero estar adentro por si llega a despertar, pero no me quiero alejar de ella. 

Resignándome entro nuevamente a la habitación, pego mi cuerpo a la puerta que acabo de cerrar y me deslizo en ella hasta el suelo.

Es en ese momento donde la realidad cayó en mí, casi la pierdo, por poco la oscuridad del fondo del mar se la lleva hoy.

 

 



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En el texto hay: pasado, romance, amor

Editado: 19.09.2022

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