🍂🍃🍂
Había pasado un mes desde la muerte de la señora Mary, aún ningunas de las personas que le amaban habían sobrepasado aquel terrible dolor que embargaba sus almas, la pequeña Grace no salía de su habitación atribulada por la cruz que ahora llevaba en sus hombros, Grace recordaba cada noche con lágrimas en los ojos la muerte de su madre, en cambio Milosh cada día trataba de brindarle apoyo haciendo lo posible por sacarle sonrisas en esos días grises. El señor Osiris se sentía al borde del abismo sin el amor de su vida, éste hacía el esfuerzo de mantenerse fuerte por Grace y por él mismo.
La señora Emilia estaba más alegre que nunca y esto a Osiris y al personal que trabajaba para la familia le molestoba sobremanera, la señora al ver que había pasado un mes y aún Grace seguía en la casa fue hacia donde su esposo para hablar sobre la pequeña. Al encontrarlo sentado en lo que era su aposento dedicado a elaborar las pinturas que creaba hizo un sonido con la boca, pues su esposo se encontraba sumido en sus pensamientos mientras observaba lo que parecía ser una pintura, cuando el señor Osiris escuchó aquel sonido de inmediato tapó aquella pintura y habló.
ㅡ¿Ahora qué quieres Emilia? ㅡpreguntó el señor sabiendo que su esposa estaba muy desubicada últimamente.
ㅡ¿No crees que ya es tiempo de enviar a la mocosa para un orfanato lo más lejos posible?
ㅡpreguntó la señora Emilia con asco.
El señor Osiris se encontraba sentado y al escuchar como la mujer que era su esposa se expresaba la miró detenidamente de pies a cabeza y se puso de pie para enfrentar a la serpiente venenosa que tenía por esposa.
ㅡNo puedo creer que me digas semejante necedad Emilia, tú una mujer que en la iglesia siempre está abogando por querer ayudar a las viudas y a los huérfanos ¡Pero que doble moral es ésta! ㅡhabla con enfado el señor Osiris y sigue diciendo ㅡ¿O es que acaso se te olvidó que dice en Santiago 1:26-27? Si es que se te ha olvidado pues déjame decírtelo: Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
ㅡNo puedes imponerme que quiera en MÍ casa a una chiquilla que se le ve a puras leguas que será una insolente libertina ㅡdice la señora Emilia con total enfado al ver que su esposo apoya a la hija de aquella mujer que ella tanto despreciaba.
ㅡÉsta también es MÍ casa, casa que compré con MÍ dinero, así que no me digas a quien puedo tener en ella o a quien puedo sacar de ella ㅡal señor le dolía hablarle de mala manera a cualquier persona, pero Emilia desde el principio necesitaba que la detuvieran, el señor Osiris añadió ㅡYo prometí que voy a protegerla y tú no me lo vas a impedir ㅡy con eso dió por concluida la conversación.
Así iniciaron lo que parecían ser unas pequeñas réplicas de los problemas que se avecinaban para la familia Adams.
El señor Osiris entendía que no podía perder tiempo en cuanto a entregarle la carta a la pequeña Grace se refería, así que caminó a la habitación de ella y se quedó parado un momento en el umbral de la puerta y se deleitó al ver a su hijo Milosh y a Grace hablar como dos personas adultas.
ㅡ¿Sabes que la señora Mary siempre te amó? ㅡpregunta Milosh con una tierna. Grace asoma una sonrisa y le responde.
ㅡSiempre lo supe al igual que yo a ella ㅡdice Grace y al escuchar esto el señor Osiris intervino.
ㅡMilosh por favor regalame un momento a solas con Grace ㅡel niño salió obedientemente ante el pedido de su padre, entonces Grace se echó a un lado de su cama para darle un espacio al señor Osiris y éste tomó asiento y habló.
ㅡHola pequeña ¿Cómo estás? ㅡhabla el señor con voz dulce y agradable para los oídos.
ㅡEstoy triste, porque me hace falta mi madre, pero también me siento bien porque todavía me quedan ustedes ㅡresponde Grace con un deje de nostalgia.
ㅡEres una niña muy hermosa y llena de sabiduría, admiro la forma en la que estás llevando este dolor, eres muy valiente, tu madre desde arriba debe sentirse muy orgullosa de ti al igual que yo ㅡdice el señor con pura sinceridad y sacó la carta de entre la chaqueta del traje que llevaba puesto y se la extendió, ella con sumo cuidado tomó la carta en sus manos y preguntó.
ㅡ¿Para mí? ㅡPregunta con asombro, pues era la primera carta que recibía.
ㅡSí para ti, tu madre la escribió y quería que te la diera cuando ella ya no estuviera ㅡdice lo último con un nudo en la garganta y se retira de la habitación de Grace.
Grace con pura curiosidad abrió aquella carta que le había dejado el primer amor de su corta vida y procedió a leerla.
Mi Grace, mi amada Grace, si estás leyendo estas palabras, es porque ya no estoy a tu lado, lamento con todo mi corazón no verte ser la gran mujer que serás, lamento no ser la madre eterna que he anhelado ser, lamento no estar para ti cuando más me necesites, lamento no poder escuchar el delicado sonido de tu voz susurrando un te amo en mis oídos, lamento no verte ser feliz con el amor que el destino traerá a tu vida.
Mi hermosa Grace, como tu nombre lo dice "Gracia" que esa gracia te acompañe todos los días de tu larga vida, que el amor te persiga y que no sufras por ello, que seas una mujer valiente, humilde, amable, bondadosa, firme en los ideales que has aprendido, no te apartes de ellos ni a derecha ni a izquierda, vive, ama, sé feliz, sé esa chica aventurera que pregonas cada día que quieres ser, sigue amando la lectura, pues ésta te dará todos los conocimientos que un día no muy lejano pondrás en práctica.
Nunca dejes que nadie te menosprecie y juzgue tus sueños o la personalidad que tienes, siempre se auténtica, siempre nada en contra de la corriente, no vivas de apariencia, vive de lo que realmente eres, eres Grace Alder De Amores, eres joya hermosa de gran precio, que nadie te menosprecie.
Siempre serás mi pequeña Grace, aunque no esté presente físicamente, siempre estaré presente en tu magnífico corazón.
Con amor eterno la luz de tus ojos, Mamá.
Mary Alder De Amores
Al terminar de leer aquellas palabras Grace lloraba y se prometió a si misma que no le faltaría a su madre, que siempre haría que estuviera orgullosa de ella, que pondría su nombre en alto, que ella seguiría su ejemplo, que sería igual de extraordinaria que ella.
El Señor Osiris tenía que partir a otro pueblo un poco lejano y se tardaría una semana en regresar, éste iba a vender tres de sus nuevas pinturas y dejó a su personal a cargo de Milosh y de la pequeña Grace, porque si fuera por la señora Emilia encontraría hasta a su propio hijo en un internado para varones.