CAPÍTULO 4: SIN OSIRIS

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El señor Osiris hacía ya un día que se había marchado a realizar la venta de tres de sus nuevas pinturas y la casa al parecer estaba en tranquilidad, pero todo era más que una simple máscara, porque la señora Emilia estaba tramando en secreto algo muy malo, ella no quería que su hijo Milosh creciera al lado de una huérfana inservible, pero esta sólo una excusa barata para poder sacar de la casa lo que quedaba de la señora Mary y ese algo era Grace. Mandó pues a alistar uno de los carruajes al junto de los caballos y salió muy de mañana en dirección a la casa de una señora de un pueblo muy cercano que trabajaba para un orfanato y ocurrió que al llegar encontró a la señora barriendo la entrada de su casa y la señora Emilia y preguntó. 

ㅡ¿Es usted la señora Clotilde? 

ㅡSí yo soy.

ㅡMi nombre es Emilia Adams y he venido a usted, porque he escuchado decir que trabaja  para un orfanato y quiero entregarle a una niña para que sea parte de él, por favor también quiero que en el momento que la vayan a adoptar vea usted que sea una familia de lejanas tierras ㅡterminó de decir la señora Emilia, mientras la señora Clotilde dentro de sus pensamientos se preguntaba si era la misma señora Emilia Adams la esposa del acaudalado pintor Osiris Adams y al ver que la señora había terminado de hablar dijo.                                             

ㅡDisculpe señora, pero ¿Es usted la esposa del pintor Osiris Adams?  ㅡpregunta con curiosidad Clotilde.

ㅡSí soy yo la esposa del hombre más hermoso y rico de toda Umbrella  ㅡdijo con arrogancia levantando su cabeza aún más de lo que ya la tenía en alto.

ㅡEs un placer señora, no se preocupe que yo me encargo de todo, por favor hágame llegar la niña cuanto antes.

ㅡMuy bien es todo, al atardecer se la envío.


Cuando hubo retornado a casa la señora subió a la habitación de Grace, pero ella no estaba y bajó la escalera de la casa y se dirigió a la parte donde Milosh y Grace siempre jugaban, al encontrarlos jugando llamó a Grace y ésta le respondió.

ㅡDígame señora Emilia  ㅡrespondió la niña sin sospechar cuales eran las intenciones de la señora.

ㅡVen conmigo  ㅡdijo la señora y caminó dentro de la casa mientras Grace la seguía.

Cuando ya estaban dentro de la casa se encontraban en la habitación de la pequeña y ahora empezó a hablar la señora.

ㅡ¿Sabes? No puedes quedarte aquí a menos que hagas algo ㅡdijo la señora compaseándose en la habitación.

Grace no entendía a qué se refería la señora, porque ella recordaba muy bien que el señor Osiris la iba a cuidar y él no puso condiciones para protegerla, pero como Grace no podía contener la duda le preguntó.

ㅡ¿A qué se refiere?  

ㅡQuiero que te arrodilles ante mí y me digas que estarás a mis órdenes desde hoy y aún siendo una mujer di que me pertenecerás y no te rehusarás a ninguna encomienda que te haga.     

Grace al escuchar lo que la señora decía entendió todo, pero a sus pensamientos llegaron las promesas que le había hecho a su madre y que no cedería ante ninguna persona, porque si lo hacía una vez vendrían dos, tres y cuatro veces más, así que la niña tomó una posición firme y dijo.   

ㅡNo lo haré, no fue lo que aprendí de mi madre y usted no es quien para darme órdenes  ㅡexpuso con valentía y firmeza Grace.

Cuando la señora escuchó como la niña se rehusaba a aceptar su rostro se transformó en furia y llamó a uno de los empleados de la casa que era más como un mayordomo. 

ㅡ¡Demetrio ven aquí!   ㅡllamó en voz alta la señora y al instante el empleado llegó.

ㅡMande señora Emilia.

ㅡAyuda a Grace a recoger sus pertenencias y llevala a la casa de la señora Clotilde que ella la llevará al orfanato donde Grace se quedará hasta que le consigan una familia.

ㅡPero señora, el señor Osiris la quiere aquí con él     ㅡprotestó Demetrio viendo la gravedad del problema.

ㅡAcaso me estás poniendo peros ¿Quieres ser despedido?  ㅡdice Emilia harta de todos y dice  ㅡYo soy la señora de esta casa y no voy a permitir que se me niegue absolutamente nada ㅡdespués de haber dicho eso la señora se retiró de la habitación.

Grace no quería irse y alejarse de Milosh y del señor Osiris, pero se dijo así misma que no iría tras la señora a rogarle, porque eso implicaría que ella tuviese que ceder y estaría rompiendo la promesa que hizo a su madre. 

Cuando Grace iba bajando la escalera con su pequeño equipaje en manos iba entrando Milosh y éste se fijó en lo que Grace llevaba en sus manos y se acercó rápidamente a ella y le preguntó.

ㅡ¿Qué haces Grace? ¿Para dónde vas? ㅡpregunta intrigado Milosh.

ㅡLa bruja de tu madre no me quiere aquí y me mandó a un orfanato  ㅡdice Grace lo más calmada posible.

ㅡ¿Pero por qué?  ㅡpregunta Milosh apretando sus puños. 

ㅡElla quiere que sea su esclava blanca  ㅡresponde Grace. Y aunque tal vez se escuche como que es una persona adulta la que está hablando por Grace, no lo es, sólo es la misma Grace, esa niña de nueve años que aprendió a una edad temprana a leer y que ha ido cultivando su vocabulario en el día a día a través de la lectura.   

Milosh abrazó a Grace fuertemente y ésta le correspondió el abrazo, él no la quería dejar sola, él tenía que impedir que esto sucediera, él no se cuestionó el hecho de que su madre haya hecho tal cosa, porque no tenía dudas respecto a ello, él sabía que su madre tendía a ser una mujer carente de afecto, pues a él mismo se lo había dado a conocer, aquella mujer ni siquiera un corto abrazo le daba a su hijo. A la mente de Milosh llegó una idea y fue la de huir, huir con Grace hasta que su padre regresara y no perdió tiempo en llevar aquella idea a cabo, pero cuando iban a salir de la casa se apareció Demetrio y pudo ver la intención de ambos niños y éste en vez de tomar a Grace y llevarla a la señora Clotilde los ayudó a esconderse de la señora Emilia.     

Demetrio los llevó a casa de su familia y le pidió que los cuidaran hasta el resto de la semana que era cuando llegaba el señor Osiris a casa, luego comenzó a oscurecer y ambos niños se encontraban conversando muy animadamente con una hermana y una hija de Demetrio, estos reían a carcajada por lo que habían logrado en el día.

La señora Emilia estaba tan sumida en su mundo que en ningún momento se llegó a enterar sobre el paradero de su hijo, pero sí se encontraba feliz, porque se había desecho de la pequeña Grace. Pasada ya la semana llegó el señor Osiris a la casa y entró llamando a su hijo y a Grace, pero estos no se encontraban, entonces llamó a Demetrio, porque se había preocupado por los niños y le pidió que por favor le dijera dónde ellos se encontraban y éste le contó sin esconder nada lo que había ocurrido en toda la semana, entonces el señor Osiris fue hacia donde estaba su esposa.

ㅡEmilia ¿Dónde está Milosh y Grace?   ㅡpregunta Osiris sabiendo la respuesta, en ese momento Emilia chocó con la realidad de que no había visto en la semana a su hijo.

ㅡÉl está en su habitación, lo acabo de ver  ㅡresponde la señora con tranquilidad.

Al escuchar con normalidad que Emilia mentía para esconder que no sabía sobre el paradero de Milosh el señor Osiris se enojó aún más y le dijo. 

ㅡA la verdad que eres un ser despreciable Emilia, no sé como pude siquiera casarme contigo, quiero el divorcio, eres el peor error que he cometido, hoy mismo recoges tus cosas y te vas, pero no te llevarás a Milosh, te irás con las manos vacías, nunca entendiste que vinimos al mundo sin nada y sin nada nos iremos de él, sólo estás pendiente de los lujos y vanidad de la vida y no cuidas ni a tu propio hijo, Milosh tiene una semana fuera de aquí y tú no te preocupaste, no mereces perdón.                
Cuando Emilia escuchó todo aquello que el señor Osiris había dicho no le dió ni la más mínima importancia, pues ella creía que él nunca se alejaría de ella y dijo.

ㅡNo creo que te divorcies de mí, por lo que dirá toda Umbrella, así que ahorremonos éste numerito.

ㅡ¿De mí? de mí Umbrella no dirá nada que no tenga que decir, pero de ti, de ti sabrán lo mala madre y persona que eres, sin escrúpulos ㅡdijo Osiris más calmado y añadió  ㅡEl que dirán me detuvo muchas veces, pero está vez no será así   ㅡdijo decidido.

Al abandonar la habitación el señor Osiris le encomendó a sus empleados que ayudaran a empacar la ropa de la señora Emilia y encargó a Demetrio que trajera devuelta a los niños.

Cuando los niños habían llegado se encontraba la señora Emilia con sus pertenencias fuera de la casa y Milosh la miró con dolor al ver que el ser que tenía que ser compasivo y amoroso era todo lo contrario, Milosh sabía que hay muchos niños que estarían mejor sin el padre malo que daña todo, él a su corta edad entendía que esto le haría bien. Grace miró con odio a la señora y entró a la casa. La señora sólo miró a su hijo y se marchó sin más.