Gabriel Ii: Una nueva batalla comienza. [saga Angels #2]

Años de suma paz

Capítulo I:

 

Años de suma paz.


En algún lugar de la ciudad...

¿No se han olvidado de mí? ¿De su salvador? ¿Saben quién soy? Si su respuesta a cada pregunta ha sido sí, entonces no necesito presentación.

Se que tomé una decisión muy importante al quedarme aquí en la tierra y no haber regresado al cielo. ¿Pero recordáis que mi padre sabía que lo haría?

Sabe el amor que le tengo a sus hijos y que daría mi vida por salvarles. Eso quedó claro hace unos años atrás cuando les rescaté de ser esclavizados por Lucifer.

Tal vez al principio me comporte como un verdadero cobarde, idiota. Pero todos cometemos errores y yo no estoy a salvo de cometerlos.

¿Qué ha sido de mi vida en estos años? Estoy en mi tercer año de universidad, estoy estudiando periódismo.

Junto a Gonzalo, trabajamos en una pequeña cafetería. Soy mesero, la paga no es la mejor, pero me ayuda con mis gastos.

¿Miguel y Meratrón? Están bien, de vez en cuando me visitan, están con misiones importantes. Sé que las puertas del infierno han sido cerradas y que no hay peligros. Pero ellos tienen encargos importantes, después de todo son los arcángeles más importantes y poderosos.

¿Rafael? Sigue encarcelado en el cielo, se niega a dar su brazo a torcer. ¿Esperabáis que cambiaría? Lamento decepcionarles, jamás lo hará.

Aún así mi padre se niega a exiliarle, mantiene la esperanza de que Rafael se retracté y vuelva a ser el de antes.

—Tu novia te espera —bromea Gonzalo y me hace regresar a la realidad.

—No es mi novia —gruñí.

—Pues díselo a ella, le gustas —me guiña un ojo y yo ruedo los ojos al cielo.

¡Padre dame fuerzas para no matarle!

—¿Te he dicho lo mucho que te odio? —pregunté en un tono molesto pero a la vez juguetón.

—Me amas, que es diferente —sonríe con orgullo—, Además, ya es hora de que te olvides de Lilith —me mira acusador.

Suelto un suspiro cansino, eso es más que imposible. Niego con la cabeza y me concentro en atender la mesa.

Debo deciros que no tengo ninguna novia, la chica a la que se refiere Gonzalo, es alguien que viene todos los días a la cafetería y da la casualidad que siempre elige las mesas que me tocan a mí atender. ¿Demasiada casualidad, no? Debo admitir que es una chica muy guapa, su cabello es rubio con rulos. Sus ojos mieles son muy hermosos, es alta, demasiado alta. Delgada, de cuerpo normal. No esperéis la típica modelo de revista.

Llegó hasta la mesa —Hola Emma —le saludo con una gran sonrisa en mi rostro—, ¿Te sirvo lo de siempre? —consulte.

—Hola, Gabriel —saluda con suma alegría en su tono de voz—, Si lo de siempre, pero esta vez quiero una malteada de chocolate, en vez de una gaseosa —dijo mientras miraba su móvil.

—Te la traeré enseguida —me dirigí a la cocina.

Una vez allí le pido a Jackson —el cocinero— el pedido.

Gonzalo me mira atentamente mientras preparó la malteada —Dilo de una buena vez —mascullo sin mirarle.

Le escucho resoplar —¿Cuándo le darás la oportunidad que se merece y saldrás con ella? —le miro por el rabillo del ojo y lo veo cruzarse de brazos.

—¿Acaso escuchas lo que dices? ¿Crees que acepté salir con un ángel? ¿Y que tal ángel debe enfrentarse a Lucifer en cualquier momento? —le pregunté con suma ironía.

—¡Estás usando una estúpida excusa! —se queja.

—¿Crees que aceptaría él que soy un ángel? Además es imposible que pueda tener una relación normal con una chica —me di la vuelta y le miré seriamente.

—No tiene que saberlo —empieza a decir.

Le regalo la peor de mis miradas y al instante se queda callado. ¡Así me gusta! ¡Callado se ve más bonito!

Sonrío y me voy de la cocina llevando conmigo la malteada.

La dejo en la mesa de Emma y vuelvo a la cocina por el pedido.

—Buenos días —escuchó a Jace decir.

—Hola, Jace —saludé a mi amigo.

Jace es compañero nuestro de trabajo, le conozco hace dos años. Nos llevamos excelente, aunque el desconoce el que yo sea un ángel. Claro está.

—Veo que la sexy Emma está aquí —comenta divertido.

Niego con la cabeza y no respondo, sigo en lo mío.

¿Es que acaso no se cansan de molestarme? Sé que tal vez no vuelva a ver a Lilith, pero no puedo olvidarla. No es tan fácil olvidar a la persona que quieres y que esa persona te haya sido arrebatada.

¿Y quién me asegura que siga con vida? ¿Quién me asegura de que me siga amando? ¿Quién me asegura de que la volveré a ver?

¡Joder! Ya no sé que pensar, odio todo esto. Odio no poder hacer nada, odio no poder traerla devuelta conmigo. Pero tampoco puedo pensar en una relación normal, eso es imposible para un ángel. Hubiera sido más fácil en el tiempo que creía que era humano y desconocía la verdad. Pero ahora todo era distinto, yo lo era.




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