Gabriel Ii: Una nueva batalla comienza. [saga Angels #2]

Las puertas del infierno han sido abiertas.

Capítulo III:

Las puertas del infierno han sido abiertas.

​​​​​

Jace no hace otra cosa que mirarme con pena. ¡Genial! Gracias Gonzalo. ¡Joder! ¿Por qué demonios debías inventar esa gilipollez? Porque podría haber dicho otra cosa, como que se fue de la ciudad. Y si hubiese dicho eso no estaría mintiendo, porque realmente se fue de la ciudad.

Y se fue al Infierno, con el resto de los demonios.

Gracias por recordarlo.

Me concentro en atender las mesas y olvidar por un momento lo que sucedió hace un rato. Pero se me está volviendo imposible lograrlo, la extraño demasiado. Y el saber que no esta conmigo hace que me derrumbe lentamente por dentro.

Dejó las cosas en la cocina y comienzo a prepar una malteada para una chica que se ha sentado en una de mis mesas. Suelto un suspiro cansino.

No soporto su ausencia y sé a la perfección que ha pasado mucho tiempo. Debería haberla olvidado o no sé que demonios debería haber hecho.

—Gabriel —me llama Gonzalo, me giró para verle—, Te buscan afuera —agrega.

Asiento y dejó la malteada a medio preparar. Caminó hacia la entrada y en las mesas puedo verles. ¿Qué hacen aquí? ¿Habrá sucedido algo?

Miguel esta serio. ¿Bueno cuándo no lo esta? Pero esa expresión no me da buena espina y a su lado se encuentra Anabeth Kane. Quien tiene una expresión más relajada y no me sorprende ella siempre va por la vida despreocupada.

¿Os he contado quién es? ¿No? ¿No sabéis quien es Anabeth Kane? Bueno deberé deciros que es una humana con habilidades de un ángel y que también es una cazadora de demonios. Vale, le da caza todo lo sobrenatural que se encuentra en la tierra. Brujas, demonios y todo ese rollo.

Estoy seguro que en el Infierno la quieren muerta, ha mandado a muchos de regreso allí. Es muy buena en su trabajo.

Lo que tengo entendido es que esta pequeña loca fue elegida por mi padre y recibió las habilidades de un ángel. Es como un Jhon Constantine pero versión femenina y sin un cáncer terminal claro esta. Pero os aseguró que es tan ruda como un hombre.

Llegó a su mesa y me siento frente a ellos. Los ojos color miel de Anabeth me observan y luego una sonrisa curva sus labios. Su cabello rubio esta atado en una cola de caballo y viste de negro como de costumbre. Su piel es tan pálida como recuerdo, bueno y ni que hablar de su estatura. No llega al metro sesenta, es una enana.

—¿Cómo has estado? —pregunta y me regala una sonrisa.

Suelto un suspiro —Como puedo —respondo sin entrar en detalle de que mi vida es un asco desde que ella se fue. Estoy seguro que no ha venido a escuchar mis quejas, lo que la trae por aquí va por otro lado. Porque cuando Anabeth Kane aparece nada bueno esta sucediendo y me temo que eso implica a los demonios—, ¿Qué os trae por aquí? —pregunté con suma curiosidad.

—Iré al grano —siempre tan directa—, No he venido por una visita, he venido por algo que te concierne a ti —explica.
 

—Habla de una buena vez Anabeth, odio los misterios —me quejé.

Ella suelta una pequeña risa —Tan impaciente como recordaba Gabriel —sonríe mientras niega con la cabeza.

—Gabriel —me llama Miguel y es la primera vez que habla desde que llegué a la mesa—, Traje a Anabeth porque lo que acaba de suceder es grave y necesitamos toda la ayuda posible —sus ojos demuestran preocupación.
 

Ya sabía yo que no venían por algo bueno y no me estaba equivocando al pensar así. Joder. ¿Qué demonios ha sucedido?
 

—¿Qué sucede? Hablen de una buena vez —pedí.
 

Miguel suspira con pesadez — Esta de vuelta Gabriel — suelta.

—¿Qué? ¿Podrías ser más específico? ¿Quién esta de vuelta? —pregunté sin entender a que se refería con eso.
 

—Estaba en Nueva Zelanda, ya sabes una misión bastante importante. Implicaba a unas brujas un tanto peligrosas, pero eso no es lo importante Gabriel. Lo importantes es que cuando le daba caza a esas hijas de puta, una enorme puerta salió de la nada —me mira con seriedad.

—¿Una puerta? —inquiri mientras intentaba asimilar lo que me estaba diciendo y ceño se fruncia ligeramente.

 

Espero que no sea lo que estoy pensando, porque si es lo que mi mente está imaginando esto se pondrá jodido.
 

—De esa puerta salió él Gabriel, Lucifer está fuera del Infierno. Las puertas del infierno han sido abiertas —termina de contar lo sucedido.
 

Me paró de mi lugar y camino de un lado a otro. Los clientes me observan pero ignoro sus miradas desconcertadas. Esto es peor de lo que imaginaba, esta de vuelta. Demonios.

Él lo prometió. Prometió volver y el cumple lo que promete.
 

—¿Cuándo lo has visto? —pregunté intentando calmar a mis malditos nervios.
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.