Gabriel Ii: Una nueva batalla comienza. [saga Angels #2]

Lilith está de regreso.

Capítulo VI:

 

Lilith está de regreso.

—¿Quién de ustedes le dijo dónde estaba? —pregunté una vez que puse un pie en la pequeña cocina.

Todos los presentes se miraron entre sí e intentando que al menos uno soltara la sopa. Enarque una de mis cejas y les incite a responder.

Mi mejor amigo soltó un bufido —Ha sido Miguel —le acusa y el otro por su parte sonríe nervioso.

—¡No tenía otra opción! —se defiende y levanta las manos a modo de disculpa—, ¡Esa mujer da miedo cuando está molesta! Además ella sospechaba que algo andaba mal, cuando no regresabas —se rasca la nuca—. Tuvimos que mentir por ti y aún así supo que algo malo sucedía. Juro que quisimos detenerle pero nos fue imposible —explica y por mi parte respiro con profundidad. Porque si no lo hago, los mataré.

Joder, ahora me han metido en un lío de no creer. ¡Lilith se ha enfadado conmigo! Tampoco tengo toda la culpa, Gonzalo es el que ha insistido de que saliera con alguien más. Vale, también es un poquitín culpa mía por hacerle caso. ¡Pero no puede enfadarse así! Entiendo que si Emma no hubiera sido Azazel, quizá podría haber pasado algo o quizá no. Pero yo no tengo toda la jodida culpa.

Me desplomó sobre una de las sillas y les miro a todos con molestia.

—Habéis arruinado todo —espete—. Por culpa de vosotros esta enfadada conmigo y no me volverá a hablar en un millón de años —tal vez estoy exagerando, pero esto me supera.

Metatron ríe y por mi parte recibe un gruñido —Dejando tu drama de lado. ¿Cómo logró salir del Infierno? —curiosea mientras no despega su vista de unos papales—. ¿Te ha dicho como lo logró? Muero de curiosidad por saber, porque mientras estuvo aquí esperando por ti no mencionó nada —se sincera.

Suelto un suspiro —Vale, os contaré como logró escapar —accedo para después comenzar a relatar lo sucedido.

Horas antes...

Intento deshacerme de las ataduras que me tienen sujetado a la silla, pero el muy cabron las ha atado muy bien. Demonios. Mientras que Lilith se ha agarrado a golpes con Azazel, genial.

Pero supongo que todo saldrá bien, ya que ella tiene ventaja. Y aquí estoy yo otra vez siendo rescatado y siendo la damisela en peligro. Joder. ¿Es que nada puede salirme bien o como yo quisiera? ¡Por supuesto que no! El destino me odia y lo demuestra a cada momento.

Pero no puedo evitar reír al ver la pelea frente a mí, jamás había visto tan enfadada a Lilith. Pero entiendo que no sea de su agrado haberme encontrado en esta situación y más aún ver quién me tenía a su merced.

Por otro lado me alegra saber que la verdadera Emma no está atrapada en su propio cuerpo y tenga que soportar ser controlada por otro. Suelto un suspiro, todo se ha ido por el caño. ¿Por el caño he dicho? ¡Es peor que eso!

He tranquilo drama queen.

Vale, tal vez tengas razón y como siempre estoy exagerando un poquitín. Bien, estoy exagerando demasiado. Pero esto se me ha ido de las manos. ¿Y porque demonios ha venido sola? ¿Dónde están los inútiles que tengo por hermanos? ¿¡Dónde!? Estoy más que seguro que ni preocupados por mí están, malditos. Ya me tendrán que oír, les haré saber lo idiotas y desconsiderados que son. ¡No me quedaré callado!

Veo como Lilith tira al suelo a Emma, Azazel para ser exactos y como presiona el cuello del mismo con una daga. ¿Enserio? ¡No ha cambiado en nada! ¡Loca!

—Baja esa daga Lilith —advierto y es en ese momento en el que ella posa sus oscuros ojos en mí. No sé si es por el momento o ella me está mirando con ganas de matarme. ¿Será que estoy imaginando cosas?

Pero luego sonríe y eso no me gusta nada, debo admitir. Cuando esa loca sonreía de esa manera, algo malo sucedería. ¿Sería capaz? Mierda.

—¡No lo hagas! ¡Quieta ahí! —vocifere, sabiendo a la perfección la idea que cruzaba en su mente en esos momentos—. Le necesito, es el único que puede ayudarnos contra Lucifer —expliqué, pero pareciese que mis palabras le entrarán por un oído y le saliesen por el otro.

—Lo siento cariño, pero le mandaré de regresó al lugar donde siempre debió estar —dice con demasiada frialdad. ¿Donde quedó la mujer de la que me enamoré?—. Quiero que cuando Lucifer le tenga enfrente, le torture como lo hizo conmigo —sonríe sádica y eso no me gusta.

—¿Pero que dices? ¡No seas idiota! —le espeto—. No tomes venganza ahora cariño, eso no te hace bien a ti —intenté hacerle razonar, pero todo fue en vano.

—¡No! ¡Quiero que sufra y me importa una mierda lo que digas! —advierte y como me temía enterró la daga en el cuello de la que alguna vez fue Emma. Suelto un suspiro cargado de frustración e indignación por lo acontecido hace unos momentos. ¡Esto no debió pasar! ¡Necesitaba a esa basura! ¡Todo se ha ido por el puto caño! ¡Maldición Lilith! Creo que pasar tanto tiempo en el Infierno y las torturas a las que Lucifer le hizo padecer, la han cambiado y no para bien. Joder.




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