Gabriel [saga Angels 1]

¿Un ángel?

Capítulo 1:

 

¿Qué pensarían si les contará mi historia? ¿Me creerían? ¿O tal vez pensarían que estoy loco? Mi nombre es Gabriel y soy un ángel. Lo sé, suena a locura. Yo tampoco le creería a alguien si me dijera algo así, de seguro le diría que necesita ir a un psiquiátrico con urgencia.

Miguel — quién es el arcángel más poderoso — fue quien me contó la verdad sobre mí. 
Cuando me lo contó estaba estupefacto frente a tal revelación sobre lo que era.

Esto es una tomada de pelo colega.


Ni que lo digas. 


—¿No me estarás haciendo una broma de mal gusto, verdad? — le pregunté enarcando una ceja y en un tono sarcástico.

—Es enserio Gabriel, eres un ángel, fuiste enviado aquí con la misión de salvar a la humanidad. Dios confía en ti y por eso te ha enviado a la tierra — respondió tranquilamente, como si fuese normal que le dijeran a alguien que es un ser celestial.

—Creo que te confudiste de persona, yo no puedo ser un ángel y menos aún puedo salvar a la humanidad — respondí con desdén —, Además soy sólo un adolescente que apenas puede con su vida — no podía disimular el miedo en mi tono de voz.


¡Tengo diecisiete jodidos años! ¡No puedo ser un ángel!


—Gabriel confía en mí, Dios te mostrará el camino y para que puedas encontrarlo me ha enviado a mí — me miró con seriedad.


—¡Yo no soy un jodido ángel! — grité irritado y perdiendo la paciencia —, ¿No te das cuenta de que lo que dices suena a locura? Nadie en su sano juicio te creería. ¿Porqué debería ser la excepción? — espete con ironía.

—Ahora no recuerdas nada de tu vida como ángel, ese fue el trato que hiciste con el Supremo — contestó sereno.


—¡Ya te dije que no soy un jodido ángel! — dije refunfuñando —, Dile a tu Supremo, Dios o como mierda se llamé que se busqué a otro — respondí irritado.


¡Y decide de una puta vez que es! Si es Dios, supremo o todas las mierdas que se te ocurran 

 

—Está bien Gabriel. Te dejaré ir a descansar, necesitas asimilar muchas cosas — acepto con voz suave —, Pero debes saber que nuestro padre confía en ti y que se avecina una batalla entre el cielo y el infierno. Y tú eres el único que puede ganarla — explicó con mucha seriedad en sus palabras.

¿Esto es en serio? ¿Soy el único que puede ganar ésta "guerra"? ¡Patrañas! Este tío ha perdido la cabeza. ¿Yo un guerrero? ¡Muy gracioso! Estuve a punto de creerle.

—¡Entonces dile a tu padre que se equivocó de Gabriel! — masculle con ironía —, Adiós Miguel y espero que encuentres a alguien que te ayudé — le miré por un momento, para luego girar sobre mis talones y alejarme.


Caminando hacia mi casa no podía dejar de repetir todas esas palabras que había dicho Miguel. ¿Acaso le creí? Esto es una locura. ¿Yo un ángel? No pude evitar reír de lo ridículo que sonaba eso.

Este tipo se habrá escapado de un psiquiátrico, porque no podía estar cuerdo al decir tanta locura junta.

Pero debería contarles todo desde el comienzo, ¿no?
Todo esto ocurrió a raíz desde que vi aquella misteriosa figura en el Instituto esta mañana...

(...)




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