Gabriel [saga Angels 1]

Se descubre el paradero de Dios.

Capítulo 18:

Se descubre el paradero de Dios.


Estos momentos en la fábrica abandonada...

[Lucifer]


—¡Realmente estoy rodeado de inútiles! ¡¿Acaso no pueden hacer algo bien?! ¡Les han dejado escapar! —grité cabreado.

—P-pero mi Lord... —tartamudeó Astaroth.

—¡¿Pero qué?! —espete—. ¡No hay nada que justifiqué su incompetencia! —le apunté con mi dedo indíce, estaba a punto de perder la poca paciencia que aún me quedaba.

—Al menos tienes la espada —escuché la voz de Rafael.

—¡TÚ ERES EL MENOS INDICADO PARA HABLAR! ¡ERES IGUAL O MÁS INCOMPETENTE QUE ELLOS! —solté con demasiado veneno.

Se encogió de hombros.

—Yo hago muy bien mi trabajo —dice tajante.

Le regalé la peor de mis miradas. ¡Maldito engreído! El día en el que no le necesite más, seré muy feliz de terminar con su pátetica existencia. 

—Regresemos a casa —ordené y me volteé para irme.

[Gabriel]

Hemos tenido menuda suerte, podríamos haber muerto o algo peor. ¿Aunque que cosa es peor que la muerte? ¡Ser esclavos en el infierno! O algo como eso, no deseaba averiguarlo.

Metatrón ha estacionado el auto —robado debo mencionar— frente a la Iglesia, todos bajamos del mismo.

Me he fijado de que Gonzalo esté en perfecto estado, al menos no le han herido. Todo salió de acuerdo al plan, Lilith sigue aquí, sana y salva.

¿Sólo ella te importa? ¡La espada también está sana y salva!

Ignoro a mi dulce consciencia y me limito a entrar al lugar que ahora llamo hogar. Acompañó a mi amigo a su habitación, deseaba preguntarle como le habían atrapado.

(...)

Luego de escuchar con lujo de detalle como le habían atrapado, sentía a la rabia adueñarse de mí. Le han agarrado desprevenido, cuando Gonzalo salía con demasiada tranquilidad del supermercado. 

¡Hijos de perra! Al menos no le hicieron daño y está más que sano. Eso era lo más importante.

—¿Y como les fue en su salida por la ciudad? —curiosea.

—¡Fue genial! —exclame emocionado—. Le gané un oso de peluche gigante a Lilith —comenté.

—¿En serio? —preguntó incrédulo.

Solo asentí.

—¿Por qué esa reacción tan extraña? —quiero saber y le miro confundido por su reacción.

—Jamás en tu vida habías hecho eso por una chica —se sincera.

—¿Y? —mi ceño se frunce.

—Te gusta —afirma y mis ojos se abren ante la sorpresa de aquellas palabras.

¿Qué me gusta? ¿Qué locura se le acaba de ocurrir?

—¿Qué? ¡Por supuesto que no! —negué con frenesí.

—¡Gabriel es un demonio y tú un jodido ángel! —me recordó—. ¡Lo vuestro es imposible! 

—¡¿Te has vuelto loco?! ¡No me gusta! —espeto, es un idiota.

—¿Ha pasado algo entre ustedes, cierto? ¿Hay algo que deba saber? —pregunta y eleva una de sus cejas de manera interrogante.

Debo admitirlo, me conoce mejor que nadie. No he dicho nada y ya se ha dado cuenta de que algo paso. ¡Joder! ¿Qué hago? ¿Finjo no saber de que hablá? ¿O lo admitó de una buena vez? 

—Solo nos besamos... —murmuré lo más bajo que pude, estaba lo bastante avergonzado por tener que contarlo.

—¿Qué has dicho? ¿Puedes repetirlo? —pide.

—¡Nos besamos, joder! —chillé.

—¡Demonios tío! ¿En serio? ¿Alguien más lo sabe? —quiere saber, negué con la cabeza.

—Eres al único que se lo he contado —jugueteé con mis dedos algo nervioso.

Se acerca a mí y me da un golpe en la nuca. ¡Joder! ¡¿Pero que jodidos hace?! ¡Capullo!

—¡¿Qué te pasa?! —inquiero molesto.

—Eso es por no habérmelo dicho antes —dice y me propina otro golpe—. Y eso por besarte con un demonio —suelta y se cruza de brazos.

—¡Eres un capullo! ¡Te he dicho que lo siento! —me quejé sobando la zona golpeada. 

Puedo ver un atisbó de diversión en su rostro. ¡Lo está disfrutando! ¡Hijo de perra! ¿Acaso le gusta golpearme ahora? 

—¿Pero te gusta Lilith, cierto? —eleva sus cejas con una expresión pícara. Hace unos momentos lo había afirmado y ahora lo pregunta.

—¡He dicho que no! —me exalté—. ¡Solo fueron dos jodidos besos! —antes de que pueda procesarlo las palabras salen de mi boca. ¡La he cagado!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.