Capítulo 21:
La batalla comienza. Adiós para siempre Lucifer.
En estos momentos en el infierno...
[Lucifer]
—¡Ha llegado la hora mis pequeños! ¡La batalla debe ser nuestra! —vocífere con suma alegría.
Mi frío corazón siente mi alegría, mis pequeños demonios comienzan a gritar.
—¡Silencio! —exigí y todos posaron su atención en mí—, Debemos ganarles a esos emplumados y reclamar lo que es nuestro —dije caminando de un lado a otro—. ¡Deben traer ante mí a Gabriel! ¡Deben traerme la espada! ¡Y deben traerme a la traidora de Lilith ante mí! ¡Ahora lárgaos! —pedí.
Todos obedecieron mis órdenes y desaparecieron de mi vista, excepto Rafael.
—¿Qué esperas? —gruñí.
Se cruza de brazos y me observa divertido —Yo no soy uno de tus repugnantes demonios, no acató tus órdenes y lo sabes —me regala una sonrisa ganadora.
—¿Volverás con tus hermanos emplumados? —pregunté haciendo un puchero—, Siento decepcionarte, no creo que te acepten de vuelta —solté con veneno—. Ahora has lo que he dicho y trae ante mí a Gabriel —sonreí.
Rafael me regaló una mirada cargada de furia, pero aún así se fue.
Ha llegado el momento. He esperado tanto por él, no puedo dejarle ganar. Está es mi gran oportunidad, tomo mi gabardina negra y salgó fuera de mi habitación.
[Gabriel]
Tengo mi armadura puesta, se siente raro tenerla. No es que me incómode o algo, es que aún no me acostumbro a ella.
Me observo en el espejo. ¿Realmente este soy yo? ¿Siempre he sido así? Hay cosas que aún quedan por recordar y no entiendo porque aún no han regresado. ¿Serán recuerdos malos y por eso no puedo recordarlos?
¿Si estoy nervioso? Debo admitir que si, la salvación de la humanidad y del cielo dependen de mí. Demasiada responsabilidad para alguien como yo.
Sé que mi padre ha dejado en claro que soy especial, que tengo el poder de cambiarlo todo. ¿Realmente eso será posible?¿Tengo tal poder?¿O sólo lo ha dicho para que dejé de dudar?
—No he mentido, cuando he dicho que tienes el poder de cambiarlo todo —su voz hace que salga de mi ensimismamiento.
—¿Otra vez escuchando los pensamientos de los demás? —pregunté divertido.
—Ya te lo he dicho, eres mi hijo y no puedo evitar hacerlo —me recuerda y apoya su mano en mi hombro.
—¿Crees que podré lograrlo? —había duda en mi voz.
—¿Tú que crees? —me mira con una expresión muy dulce.
—¿Qué puedo lograrlo? —inquiero.
—¿Aún dudas de tí, hijo mío? —quiere saber—' Deja de dudar, tú fuiste elegido y es porque puedes lograrlo y lo sabes —afirma y sonríe de lado.
—Es lo que necesitaba escuchar —respondo y gire para irme, pero su voz me detiene.
—Necesitarás tus alas —hace un gesto para que me acerqué.
¿Ha dicho alas? Me acerqué dudoso, apenas estuve cerca de él, poso su manos sobre mis hombros.
Apenas lo hizo, sentí un gran dolor en mi espalda. ¿Qué demonios sucede?
El dolor logro que me arrodillará, sentía que algo salía de dentro de mí. ¿Qué es esto?
Sentía algo pesado a cada lado de mi espalda, mi padre quitó sus manos de mí y dejé de sentir aquel dolor. ¿Qué acaba de pasar?
—Ahora estás más que listo —sonríe.
Miro hacia mi espalda y veo dos alas gigantes. ¡Joder! ¿Dondé estuvieron todo este tiempo?
—Tuvimos que ocultarla, pero solo yo podía regresarlas —explica.
Ha escuchado mis pensamientos otra vez, ya me he acostumbrado.
—Es hora —musité saliendo de la habitación.
(...)
—Hay que proteger a los humanos —ordena Metatrón.
—Cassiel, Raciel, Zadquiel y Sealtiel id al sur de la ciudad y proteger a todos los que se encuentren allí —les dice Uriel, los susodichos asienten y se van.
Aún nos encontramos en la iglesia, estamos preparando todo para la batalla. Hace unos momentos atrás, Cassiel apareció con Morgana a su lado. La mujer no parecía muy encantada de ayudarnos, pero por razones que desconozco había aceptado.
Metatrón y Uriel están armando grupos de ángeles para que se encarguen de ciertas partes de la ciudad.
Por lo que sé; Lucifer se encuentra en el centro de la misma, allí deberé ir. Miguel y Metatrón vendrán conmigo, mi padre también irá. Y ni que hablar de Morgana, ella era la única que podía usar el símbolo.