Gaelania

Capítulo 6

Trate de aparentar que todo mi cuerpo no sentía el pánico correr en las venas por las palabras antes mencionadas

Trate de aparentar que todo mi cuerpo no sentía el pánico correr en las venas por las palabras antes mencionadas. Mi corazón martilleaba por la angustia de no saber en qué me había metido. Quise hacerme un lado cuando se acerco en silencio, con sus ojos evaluando cada gesto que hacía aunque ni me moví cuando lo tuve a centímetros de mi rostro y en un tris estaba sujetando mis muñecas con una tirante de tela que el mismo extrajo de su vestuario. Me le quede viendo como si estuviera loco.

¿Por qué me estaba amarrando?

— ¿Qué estas...

Calle mis labios abruptamente cuando el me lanzo una mirada de desprecio. Oprimí mis labios con fiereza, dos emociones embargaban mi sistema. Temor y coraje, temor porque sabia que me afrontaba a alguien superior y coraje por no poder enfrentarle, pero algo tenia en mente, yo no iba morir en Gaelania. No lo permitiría. Cuando menos lo espere estábamos dando grandes zancadas por una vía llena de escombros. Me queje varias veces pero ni aun así el hombre sin nombre no demostraba querer hablar. Por un corto tiempo mis pensamientos se fueron hacia Baltazar ¿estará buscándome? ¿quién es el en Gaelania? Quería creer que si me buscaba de verdad me encontraría, sin embargo no debería de fiarme de él. No conocía más que su nombre. Me encontraba exhausta de caminar y no llegar a ninguna meta, las piernas las sentía desfallecer me dolían un montón, quizás teníamos más de cuatro horas de caminar. Inhalaba torpemente y trataba de mantener mi respiración normal. Oculte una vaga sonrisa cuando los detuvimos alrededor de una fracción rocosa. Escrute con detenimiento que el color azul del cielo se iba tapando por una capa entre amarilla y roja, estuve a punto de preguntar porque sucedía tal cosa, pero note que el individuo que estaba sentado en una piedra no veía el espectáculo.

El extraño poseía erguida su espalda con un semblante hosco. Sus pupilas no miraban nada fijo con los brazos en torno a sus piernas, por curiosidad me descubrí examinando con atención su perfil. No entendía como es que se asemejaba tanto a un humano pero en realidad se advertía que no lo era, su complexión desafiante haría correr a cualquiera. Encamine mis ojos a la herida que horas antes le produjo, Samael. Localizando que no había ningún hematoma. No le di importancia paso lo mismo con Baltazar. Los Gaelanos no son gente ordinaria por algún motivo se curan sin remedios.

— ¿Y no piensas quitarme esto? — Replique indicándole mis manos. Me ardía y el no hacía ademán por quitármelo.

Silencio.

— ¡Hey! Te estoy hablando — Espete enojada —. No soy una delincuente para que me trates de esta manera, ni siquiera he hecho algo malo en Gaelania, animal. — Grite casi lo último, el forastero no cambio su postura —. ¡¿Me estas oyendo?! —Bramé con los dientes apretados.

¡Soy invisible o estoy pintada en la puta pared!

A como pude me senté en la roca mas cercana con la furia en cada poro de mi organismo. Exhale con irritación la brisa fresca que barrio la estancia, balanceando mi cabello. Bufe cuando varios pelos cubrieron mi cara privándome de ver el panorama. Sople muchas veces hasta que quite los rulos rubios, apartándolos. ¡Maldigo la hora en que no hice nada para que este demente no me amarrara! Sentí mis mejillas arder de cólera cuando reparé que el idiota loco permanecía con sus iris en mi aspecto principalmente en mi cabellera. Sostuve mis pupilas en él hasta que capté su mirada, por un intervalo los quedamos inspeccionando cada parte de nuestros rostros hasta que yo desvié la vista.

Que hombre tan magnético.

—¿Qué? — Dije con mal humor, sus ojos aún no se apartaban de mi físico.

No se si fue mi imaginación pero pude ver una fugaz sonrisa, no obstante, dudaba que fuese real. Y además ¿por qué mierda se reiría? ¿acaso se estaba...burlando de mí? Fruncí los labios molesta de solo meditarlo.

Deje atrás mis deducciones viendo que el chiflado se ponía de pie. No mostré ningún interés por levantarme. Dio unas cuantas pisadas, alejándose, cuando observó que no le seguía. Con los brazos cruzados se aproximó a mí. No le mire, en un dos por tres me jalo de mi chaqueta posicionándome a dos dedos de tocar su pecho. Retrocedí rápidamente no quería que invadiera mi espacio personal. Cuando miro con detenimiento que ya estaba ubicada para reanudar el recorrido prosiguió a trotar y por muy estúpido que sonara le seguí, no quería tantear mi suerte, no en esta ocasión y menos con mis manos amarradas. A lo largo de nuestra marcha avanzamos hasta pasar por un río con el agua estupendamente celeste. El canto de los pájaros acaparó mis oídos al igual que la corriente de agua por la cual estábamos pasando, no había puente, solo unas cuantas rocas que simulaban ser uno. Solté una bocanada de aire en el momento que termine de brincar sobre las piedras.

Por unos minutos seguimos caminando hasta que divisamos una cabaña. Los orientamos en esa ruta que estaba la cabaña hasta que logramos ascender. Consistía en una pequeña casita de madera con una ventana al lado y una entrada. El loco toco el material de madera y una anciana con trenzas a sus lados y orbitas azules nos recibió con una amable sonrisa pero velozmente la borro cuando reparo en la figura de mi secuestrador, para luego hacer una reverencia.

—Alteza — Susurro con la cabeza agachada.

— Necesito que me preste su hogar para descansar — Pidió el loco adentrándose a la casa, ignorando a la anciana postrada en el suelo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.