Gaelania

Capítulo 9

Retrocedí. La respiración se me corta. Si acostado es impresionante de pie es temible. Sus brazos se levantan con el fuego brillándole por toda su consistencia, la ferocidad con la que las llamas se balancean me atemoriza. Como si el las manejara a su antojo. Sus orificios están encendidos del mismo color del fuego. Resolla, destilando furia. Sus músculos se contraen. Y sin más, se traslada frente a mí. Las retinas se le prenden con coraje. Como si he cometido la peor de las bajezas.

Quiero ordenarles a mis pies que corran, pero no hay movimiento por parte de mis piernas. Estoy paralizada. Solo bastan unos segundos de silencio y lo siento apretar mi cuello con fuerza, con ánimos de hacerme daño. Mis pies se sacuden en el aire cuando me alza con su muñeca. Su mandíbula se oprime con aversión en cada poro de su rostro.

—Su-élt-eme. —Digo a duras penas. Le pego con mis puños, dejo de hacerlo cuando su fuego me quema. Jadeo. Aun con pocas fuerzas trato de tomar aire como sea. ¿Por qué me quiere matar? Tueso. ¿Papá, Mamá acaso ha llegado mi hora? No...pued...o re..sp..irar. Voy...a mo...ri...r. Los párpados se me cierran con cansancio. Mis manos caen al costado.

Solo soy consciente de que me ha soltado al sentir caer de bruces. Inhalo, llenando al fin mis pulmones de aire. Gateo, alejándome de ese monstruo. Choco con un mástil. Recuesto mi columna en el mientras trato de recuperarme. Mi cabeza aun da vueltas. Subo mis pupilas buscando su ubicación, su musculatura se encuentra varada en la punta del ataúd. Pone sus dedos en su cuello masajeando la zona rosada que sin razón se le ha marcado. Pestañea y sus retinas se extienden con enojo al verme. Una capa de sudor cubre su masa corporal. Desde aquí puedo notar el vello que perdura en la mitad de su pecho. Es tan fuerte y varonil que me cuesta dejar de mirarle. Pero me obligo a dejar pensamientos que no van con la situación. Me levanto de un tirón. En el proceso golpeo mi brazo en el paredón. Amordazo mi lengua para no gritar. Inicio dando un paso atrás sin apartar mis luceros de la bestia. Por un minuto troto de retroceso y pienso que he logrado escapar. No obstante, el monstruo nota mis intenciones.

No lo dudo.

Mis piernas se aligeran en correr lo más veloz que pueda. No alcanzo a llegar ni a la puerta. Unos brazos fuertes me toman con brutalidad de la cintura y me aprisiona con su complexión. Mi espalda choca con su pecho y su humedad se pega a la tela de mi chaqueta. Grito y le golpeo lo más duro que puedo. El hombre no me suelta y me lleva de vuelta a lado del ataúd. No, no, no...no me va encerrar ahí y moriré asfixiada, pienso. No lo hace. Me tira al suelo sin tapujos y cierra la puerta, dejándome sin vía de escape.

Mierda. ¿Qué voy hacer? Me he quedado sin recursos de huida. No debí venir a Gaelania.

— Realizaste el vínculo, humana. — Brama con un gruñido. Su figura se acerca con la tensión en su cara. Se acuclilla y con uno de sus dedos coge mi barbilla. — No pienses en desaparecer. Tu vida me pertenece. — Las ventanillas de su nariz se ensanchan y con una mirada de aborrecimiento se incorpora.

¿Pero que le sucede?

—Yo creo que dormir tanto en ese cajón te dejo mal de tu cabecita. No te preocupes encontraras a alguien que te cure, pero yo no te pertenezco. — dije con una media sonrisa que decayó en cuanto sus pupilas se ensombrecieron— Me llamo Aisha, por cierto, no humana. Pero esa platica la tendremos otro día...bueno es que tengo que irme sabes alguien me esta esper....

—¡No iras a ninguna parte! — grita. Salto sobresaltada. — Tú y yo ahora somos uno solo. Tu mueres, yo muero. — Afirmo con mucha seguridad.

—Esto yo no...

—He bebido de tu sangre por lo cual hay un vínculo entre nosotros. Si te hieres la misma herida pasara en mí. Eres mi debilidad. — Suelta sin emoción. Sus luceros naranjas se vuelven fuego al mirarme.

—No...

Me interrumpo a si misma al recordar lo que sucedió hace unas horas. El gaelano y la jovencita que murieron en mitad de la plaza. Ellos bebieron de su sangre...pero yo no he bebido de su sangre. Esto no me puede estar pasando a mí. Es una tontería.

—Los marcharemos al amanecer. — Le escucho decir.

¿Qué?

—¿A dónde? — Pregunto con desesperación. No hay respuesta. Lo veo acostarse en el piso con los brazos alzados y los parpados medios cerrados.

Me siento en el piso con mis pies abrazados. No quito mi mirada de él. Siento que si me distraigo un segundo él me atacará. Aunque mencionó que soy su debilidad. Pero no entiendo el porqué, ¿solo por beber de mi sangre? Suena tan irreal, tan extraordinario. No puedo creerle. Además en el libro no decía nada de eso. Primero debo averiguar cómo irme de este castillo. Si dejo que me lleve a donde sea que quiera, me retendrá por esa idea absurda de que tenemos un vínculo. Ya afuera me esforzaré en encontrar a Baltazar. El es él único que puede ayudarme y esconderme. Cabeceó y abro mis ojos varias veces para quitarme el cansancio. No puedo dormirme. Bostezo y mis pupilas se me cierran incapaz de aguantar más. Lo último que veo es al hombre de orificios de fuego viéndome intensamente.

(...)

Un cosquilleo me agita en toda la piel y una fuerte brisa me esta acariciando el rostro. Sin demora extiendo mis ojos con una leve mueca, la irritación por despertarme aun exhausta y querer mas horas de reposo es difícil espabilar. Contraigo mi cara con confusión al ver muy de cerca el cielo y pasar sobre una nube blanca ¿aun estoy dormida? estoy segura que estaba en ese castillo, entonces porque estoy en la espalda del hombre de llamas. Limpio mis pestañas con presión, debo de estar soñando. No obstante al desplegar mis luceros, nuevamente el mismo entorno me devuelve a mi realidad.

Muerdo mis labios y la respiración se me acelera. Estamos volando por lo aires.

―¿Tu-tu pued-es volar? ― La voz me vibra con pavor. Pero a el debe darle igual mi perturbación porque no hay reacción. Sitúo mi agarre mas solido, si caigo de esta altura solo seré un puré de papa comestible para animales.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.