“galletas, Nieve… y Mi Crush”

Antes de que llegara el caos.

La casa parecía haber explotado en Navidad… y me encantaba.

Luces enredadas por todas partes, cajas abiertas, bolas rojas y doradas rodando por el piso como si tuvieran vida propia, y nuestro perro, Toby, persiguiendo a mi hermano menor, que corría envuelto en un desastre de luces y bolsas de regalos como si fuera un árbol navideño huyendo por su vida.

La abuela daba órdenes desde la cocina con su voz de sargento festivo.
Mi mamá cantaba villancicos desafinados pero felices.
Y por la ventana, los copos de nieve caían despacio, como si quisieran unirse a nuestro caos familiar.

Era, sin exagerar, mi época favorita del año.

La temporada donde todo es un desastre… pero un desastre hermoso.
Donde mis primos vienen a casa, hacemos ángeles de nieve en el jardín, nos lanzamos bolas heladas mientras nuestros padres gritan que “tengamos cuidado” y después se ríen con nosotros igual.

La Navidad era ruido, risas, galletas de jengibre y recuerdos que brillaban más que las luces del árbol.

Y pensé (ilusa de mí) que este año sería igual que siempre.

Hasta que mi mamá soltó la frase que lo cambió todo:

“Tu tía Estela llega temprano esta vez.”

Eso ya era una alerta roja, considerando que la tía Estela llegaba tarde a absolutamente todo.
Pero lo peor no fue eso.

Lo peor fue cuando agregó:

“Y viene con alguien más. Matías… ¿te acuerdas de él?”

Claro que me acordaba.
Cómo no hacerlo.

Mi primer crush.
Mi secreto eterno.
El chico que siempre me gustó y que se mudó hace dos años sin que yo tuviera el valor de decirle nada.

Y ahora venía a mi casa.
A mi Navidad.
A mi caos.

Ese fue el momento exacto en el que supe que esta Navidad no sería como ninguna otra.
Que entre el olor a galletas recién horneadas y los gritos de mi abuela, algo nuevo estaba por estallar.

Un desastre adorable.
Un caos inevitable.
Un diciembre que jamás iba a olvidar.

Y todo empezó… cuando Matías cruzó nuestra puerta.

¿Quieres acompañarme a ver cómo comenzó todo…
y cómo posiblemente termine en una mezcla explosiva de drama, azúcar y caos?
Porque, siendo sincera, no hay absolutamente NADA que indique
que mi Navidad será tranquila.
Ni un milagro navideño podría salvarme de lo que se viene.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.