Gamaliel

PRÓLOGO Gamaliel. Sábado, 25 de marzo de 2017.

Hay algo que solía decir mi padre, “las mujeres bonitas, siempre traen problemas”. (Mi padre, como lo extraño, aun  siento el vacío de su muerte) él lo decía todo el tiempo, pero una vez me contó el porqué. Solo a mí, tal vez, por la novia que tenía entones, me dijo: —“una vez, cuando era pequeño, conocí a la que probablemente sea la mujer más hermosa que he visto  «después de tu madre claro está»  y es que lo era… hermosa… todo el mundo tenía que ver con su belleza, yo me quedaba viéndola cada vez que pasaba por su casa, estaba más que maravillado, con todo lo que tenía que ver con ella, siempre estaba trabajando, ya sea limpiando, lavando o haciendo cualquier otro trabajo del hogar y, aunque trabajaba mucho estaba limpia todo el tiempo, inmaculada, pulcra, no necesitaba muchos adornos para impresionar, es una de esas mujeres con un don otorgado por dios, vivía en una pequeña vivienda improvisada con láminas de techo viejo y, una cerca de palos que rodeaba la casa con alambres. Siempre pensaba que ella podía estar en el lugar que quisiera, ya fuera un palacio o una mansión llena de todos los lujos, pues cualquier hombre en su sano juicio la recibiría en sus aposentos sin dudar, pero no, estaba allí viviendo una vida difícil rodeada de pobreza y trabajos duros. Las casas estaban distantes las unas de las otras, y casi siempre estaba ella sola, pero con una sonrisa que cambiaba el ánimo de cualquiera con un mal día. Lo entendí cuando yo mismo se lo pregunte, ella me saludaba cuando pasaba y un día me pidió que le hiciera un mandado, para comprar unas cosas en la bodega , desde esa vez fui el chico de los recados para ella y ella me recompensaba con comida y platicas más que agradables, sabia de todo un poco, entonces cuando sentí la curiosidad saliendo de mí, la interrogue, ¿Por qué estaba allí? ¿Quién era y porque no buscaba un sitio más apropiado para sí? Lo entendí de inmediato cuando llego su marido y vi la emoción recorriendo todo su cuerpo, los ojos le brillaban y su sonrisa era más cálida de lo usual, entonces lo entendí, antes de que me explicara, lo entendí, amor… ella estaba allí por amor, lo amaba a él y estaba dispuesta a atravesar lo que fuera para estar con él, su esposo era alto y fornido, lo primero que pensé cuando lo vi fue, “esta persona es poderosa”, después que termino su comida, la abrazo, beso y salió al trabajo nuevamente, se veía claramente que él también la amaba y no querían separarse ni un instante, pero tenían que hacerlo, me puso la mano en la cabeza y me ofreció una sonrisa, —cuídamela por favor, me dijo— luego salió para ir al trabajo, ella lo miro hasta que desapareció de su vista. Comenzó a contarme de su pasado, que tenía un título de maestra, que hablaba inglés fluido y que su familia tenía mucho dinero y posición, pero ella lo dejo todo para irse con su amor y que no se arrepentía ni un instante por su decisión, «es mejor un plato de arroz puro donde hay amor, que uno lleno de carne y cosas deliciosas con odio, argumentó» yo comencé a ir todos los días, podría decir que ese fue mi primer amor, no conocí a mi madre y mi padre nunca se interesó por mí, así que no importaba donde estuviera, ella me recibía y me enseñaba algo nuevo todos los días, me enseño que a una dama nunca se le levanta la mano ni la voz y también que el café es mejor si estas con los que amas, que la vida es muy corta para vivir con remordimientos y que buenos días en ingles se pronunciaba de otra forma, también que cada idioma tenía su manera de ser y las diferencias de los humanos nos hacen más interesantes que cualquier otro ser en el planeta, tolerancia y respeto es lo único que nos diferencia de los animales. Me acostumbre a ellos, a su presencia, a su cariño, a su calor y sobre todo al amor que manifestaban, me gustaba pensar que hacia el papel del hijo que no tenían y ellos de los padres que nunca tuve—.
Así pasaron los días y los meses yo haciendo recados y colaborando con los quehaceres, viendo las miradas lascivas de los hombres que pasaban y las llenas de envidia de las mujeres, notaba que también pasaba una patrulla de lo que se conocía como la seguridad nacional, y aflojaban el paso cuando pasaban por el frente de la casa, en ese momento no vi el peligro, quizá ella si lo viera pero no podía hacer mucho.
Un día me proponía ir a su casa, estaba lloviendo y los caminos estaban más solos y tenebrosos de lo habitual, eso no me importo, Salí a bañarme con la lluvia y me dirigí allá, lo primero que vi fue la camioneta parada al frente, la de la seguridad nacional, (la seguridad nacional era un cuerpo policial de la época) me dio miedo y me desvié por la parte de atrás de la casa escondiéndome en unos matorrales. Entonces… vi la cosa más espantosa de mi vida… tenían al señor arrodillado mientras observaba como se disponían a violar a su mujer, me horrorice, quería hacer algo, quería ayudarla, pero mis piernas no respondían, además a quien le podría pedir ayuda, ellos eran la máxima autoridad, fueron cinco hombre armados, uno de ellos probablemente su superior se estaba quitando el cinturón mientras se reía desdeñosamente, el señor estaba moreteado y la desesperación la sudaba por los poros, cuando iban a realizar el asqueroso y repudiable acto, él uso lo que restaba de su fuerza y se zafó de los tres hombres que lo retenían, «recuerdo ver uno que salió volando como si fuera un muñeco» lleno de rabia y adrenalina agarro al malvado hombre por la nuca y lo levanto, le dio un puñetazo en la cara y lo lanzo al suelo sangrando por la nariz, «por un momento pensé que había una oportunidad… pero… me equivoque» se había olvidado del último hombre, quien saco su armas y le disparo en una pierna, mi corazón se sobresaltó, y el cayó al suelo, se levantó a pesar del dolor que mostraba en su rostro, la rabia era más grande, y el deseo de proteger a su amada el doble que eso. Ella sujeto el brazo de quien disparo y lo freno por un momento, cuando él iba tras el último, cual toro va por su objetivo, sonó otro y otro y otro disparo, todos le dieron en el pecho, a pesar del dolor que debió suponer esto, no cayó al suelo, no inmediatamente, dio alrededor de seis pasos hasta su amada, burbujeando su corazón por la boca y cedió en sus brazos, le dijo unas últimas palabras y cerró los ojos, con una expresión de tranquilidad, como el que gasta todas sus fuerzas y su energía de vida por proteger aquello que es valioso para él. Ella sollozaba con la expresión de un animal salvaje en su rostro, y los miraba con ganas de aniquilarlos a todos.
El cerdo que estaba comandando a los demás comenzó a reír, mientras escurría sangre por la nariz, escupió el cadáver del señor y se disponía a tomarla por el brazo, cuando ella de un salto y una maniobra, le quito el revolver a uno de los hombre, y se apuntó a sí misma, pero otro la sujeto y le impidió hacer lo que quería «ni siquiera le permitieron cumplir con aquel voto de “en la vida y la muerte”», la sujetaron bien mientras ella los maldecía y escupía, la golpeo… muchas veces, pero ella no desistía de sus insultos, el último golpe fue tan duro que perdió el conocimiento. La montaron en la patrulla y se la llevaron, quien sabe a dónde, a lo lejos se oyó otro disparo, no sé en qué contexto.
Cuando me pude mover y mis manos pararon de temblar un poco, me acerque al cadáver del señor, la lluvia lavaba la sangre, y empantano todo en derredor, caí sobre mis rodillas, impotente, un dolor en mi pecho se hacía tan grande que era insoportable, llore… llore mucho, el sentimiento de pérdida era tan grande que no lo soportaba, paso un buen tiempo, para que las pesadillas paran. Los vecinos se reunieron y lo sepultaron, no se les conocía familia y nadie fue a reclamar nada, «tampoco es como si hubiera mucho que reclamar». De ella, no se supo nada más, no se encontró su cuerpo, nadie vio nada al respecto y nadie reclamo nada, ese es el mayor misterio con el que me he topado y unos de los dolores más grandes que he atravesado, también la experiencia más traumática, que he experimentado.
Entendí varias cosas ese día, que esas personas me amaban y yo las amaba a ellas, sin siquiera llevar su sangre, que el mundo es injusto… muy injusto… y que ¡las mujeres bonitas siempre traen problemas! Me pregunto ¿qué hubiera pasado si ella no fuese sido tan hermosa?, tal vez hubiera vivido mucho más. Me maldije yo mismo por mucho tiempo, por no hacer nada, por ser tan débil, por ser un cobarde y aun a mi edad y con el tiempo que ha pasado todavía pienso en ellos constantemente, de esa manera los mantengo con vida. Entonces no digo que sea malo enamorarse se de una mujer bonita, solo digo que hay que prepararse para las consecuencias y el desenlace, por eso siempre digo, “las mujeres bonitas siempre traen problemas”.
Termino de contarme esto mientras yo terminaba con mi café, inmediatamente añadió a modo de resumen, —se cometen injusticias como estas en todo el mundo y a todo tipo de personas, pero los más propensos somos los pobres—, así que no hay que sorprenderse si le toca a uno atravesar por cosas así, lo que hay que tener claro es que mientras tengas algo que proteger, el amor te dará la fuerza necesaria para afrontar la realidad y, no importa si no puedes ganar, lo que importa es darlo todo por preservar lo que es preciado para nosotros, la felicidad de quienes nos rodean. 
Esa fue la única vez que mi papá hablo del significado de lo que usualmente decía, no lo volvió a mencionar, vi lo duro que fue para el rememorar todo aquello y como una lagrima que rodo por su mejilla, demostró cuanto le dolía ese suceso, no lo conto a nadie más. Esa es la mejor conversación que tuve con él. Valoro mucho esas palabras, me han dado la chispa para seguir siempre que la situación sofoca. Hace ya  más de veinte años de aquello.
Tal vez,  me conto todo eso anticipando un suceso futuro que por deducción y sabiduría, o por experiencia previó, creo que si se le olvidó mencionar algo es que no solo las mujeres bonitas traían problemas, sino que las feas también los traen, multiplicados por la cantidad de su maldad, y eso sería lo que me causaría mi propia experiencia traumática y desesperante, probablemente para tener algo que contarles a mis hijos y nietos, o para aprender a la fuerza una lección tatuada en mi ser.
Pero, para entender bien  a lo que me refiero tenemos que retroceder en el tiempo, en el momento que por fuerza, se me arrebato una de las pocas cosas que tenía y no percibía, aquello que infravalore y nunca supe apreciar, “mi libertad”.



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En el texto hay: romance, amor, carceles

Editado: 13.12.2018

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