A N A S T A S I A.
—¡Apresúrate, Clarisse! —grito desde la planta baja, esperando a que mi mejor amiga termine de arreglarse.
Ya es viernes, o sea que ya es el partido de Robert, no me entusiasma ir y verlo, pero es necesario para encontrar a Cole. Clarisse y Nathan me suplicaron que fuera, claramente no quería ir, no después de saber que solo fuí una palanca de los Petrov y que, el hombre que yo alguna vez amé, me haya usado para su beneficio. Siempre creí que lo que tuve con Robert era como la típica historia de Wattpad, que éramos la excepción a la regla... pero eso nunca fue real. Si me arregle para ir es única y exclusivamente por Cole, no por nadie más, no por él, ni siquiera por Nathan.
Clarisse baja usando una falda rosa y una blusa blanca, incluso ligeramente maquillada. Supongo que el hecho de que sea su primera cita con Harry hace que se esfuerce más aún. Su relación me sorprendió, pero no me disgusta, después de todo quiero verlas a ambas felices, y sé que juntas pueden hacer eso.
—¿Qué tal me veo? —me pregunta, sacándome de mis pensamientos.
—Te ves fenomenal —digo acercándome a ella. La tomo por la mano y la hago girar, a la vez que suelto un silbido—. Ahora entiendo que vió Harry en ti, necesitabas ese bibibidi babidi bu, ¿no?
—Jódete, Clark —dice sacándome el dedo medio.
Le regalo una sonrisa a la vez que ella suelta una risa.
—¿Nos vamos? —le pregunto ofreciéndole mi brazo para que lo tome.
—Con gusto, my lady —dice enganchándose a mi brazo.
Salimos juntas y justo en ese momento Nathan se baja del auto para observarnos llegar hasta él, nos mira a ambas y luego suelta un largo silbido.
—Están hermosas, chicas —dice girándonos a ambas—. Qué orgullo llevarlas al partido.
—No te emociones mucho, West —dice Harry bajándose del asiento de atrás, luciendo una camisa a cuadros verde y unos pantalones negros rasgados que le hacen ver realmente atractiva—. La señorita, Willson, va conmigo.
Veo a mi mejor amiga, quién ahora tiene las mejillas tan rojas como su labial. La imagen me da risa, así que la suelto y le doy un suave empujón para que camine hasta Harry, en cuanto llega a ella, mi prima la toma de la cintura y le estampa un beso apasionado. Miro a Nathan, totalmente incómoda, a lo que él me regala una sonrisa. Se acerca a mí y me toma de la cintura igual que hizo Harry con Clarisse.
—¿Ahora copiamos a mi prima? —pregunto, tratando de molestarlo un poco.
—Digamos que ella es mejor coqueteando que yo, después de todo te insulté en lugar de decir lo hermosa que eres —dice, haciendo que me colore.
—¿Así que te guste desde el primer momento? —digo, tratando de hacerlo confesar.
—Mmm... quizá, eso jamás lo sabrás —plan frustrado por el señor malvado.
—Que cruel eres, ¿me dejarás con la intriga?
—Sí.
Antes de que pueda responderle nada él me besa, tomándome por sorpresa. El beso es dulce, suave y cargado de sentimientos. Me siento como si fuera mantequilla derritiéndose sobre una tostada recién sacada del tostador, no sé si me explico bien, pero con esto que siento mi cerebro ha decidido desconectarse o apagarse momentáneamente. Nos separamos por falta de aire, con nuestras respiraciones totalmente agitadas, mirándonos a los ojos. Esos ojos verdad tan hermosos, me hacían pensar en esmeraldas, un verde realmente hermoso.
Nathan me sonrió, dejando ver una hilera de dientes blancos y perfectos.
Nathan West, eres todo un adonis.
—Ana, creí que nadie debía saber lo tuyo con el enano —dijo Harry, sacándonos de nuestra burbuja.
—¡Hey! Que no soy enano, tú eres muy alta —dice Nathan con las mejillas ligeramente sonrojadas.
—Sí, sí, como sea. Respóndeme, señorita —dice Harry.
—El padre de Clarisse lo sabe —digo e inmediatamente veo a Nathan ponerse muy pálido—, pero no le dirá a mis padres porque sabe lo que es tener padres excesivamente protectores —continuo para tratar de calmarlo un poco.
—Mmm... bueno, andando, que debemos distraer a unos delincuentes —dice Harry para luego abrir la puerta para Clarisse y luego subirse ella.
Nathan me abre la puerta del copiloto, me subo y el cierra la puerta, para luego rodear el auto y subirse al asiento del piloto. Enciende el auto y comenzamos el camino a la escuela.
—Bien, repasemos el plan —dice Nathan llamando la atención de todas—. Veremos el juego de Robert, como otro grupo de adolescentes. En cuanto termine lo vamos a interceptar, y con él al resto de su familia, quienes siempre lo acompañan luego de un juego, gane o pierda. Seguramente la señora Petrov nos quiera invitar a comer algo con ellos, como hacen siempre luego de un juego.
—¿Por qué estás tan seguro que nos invitarán? —pregunga Clarisse.
—Porque Robert, a pesar de ser muy popular entre las chicas, no ha tenido un amigo desde los ocho años —continua Nathan—, y esa señora es la típica madre, a pesar del esposo que tiene. Y nos aseguraremos de ganarnos su simpatía, una vez que eso pase los retendremos hasta que Kyle me llame, indicando que ya han terminado la revisión. En el mejor de los casos será con la ubicación de Cole.
—¿Y en el peor? —pregunta nuevamente mi mejor amiga.
—Con el cuerpo sin vida de Cole —dice Nathan luego de meditarlo por un rato.
El auto se queda en silencio, le simple idea de Cole muerto me revuelve el estómago. No me imagino lo que debe estar sintiendo Clarisse, esto es algo de otro nivel, jamás nos imaginamos que estaríamos en esta situación, menos a estas cortas alturas de nuestras vidas. No quiero asistir a otro funeral, menos si es el de mi mejor amigo. Miro a Clarisse a través del espejo retrovisor, encontrándome una escena que me apachurró el corazón: Clarisse llorando silenciosamente en el pecho de Harry.