VEINTICUATRO

—¡Hasta que al fin regresan! —exclama Kyle, mostrándose un tanto irritado, pero mirándonos con curiosidad—. Muy bien, ya que los tortolitos han vuelto déjenme decirles lo que haremos.

Kyle nos comienza a explicar que iremos esa misma noche a explorar el bosque, tratando de buscar algún lugar donde podrían tener a Cole, o cualquier pista. Nos dividiremos en grupos de dos y él irá con otro camarada suyo que accedió a ayudarnos con la búsqueda —aunque seguramente sea para atrapar a los Petrov—; Harry y Nathan irán juntos, y Clarisse y yo por otro lado. Obviamente mi prima protestó porque la habían separado de su novia, pero Kyle dijo que no quería que nos distrajéramos con "nuestras cosas de enamorados", cosa que nos hizo reír a Clarisse a mí, más que todo por la cara de Harry y su épica respuesta:

—Solo porque no tienes con quien follar —murmuró, y por primera vez en la historia he visto a Kyle sonrojarse, de la misma manera en que lo haría un adolescente.

Luego de eso ese par se dedicó a discutir, Kyle diciéndole que no debe meterse en su vida privada y Harry recriminándole que la haya separado de su novia, pero ninguno da el brazo a torcer. Antes de que se enfrasquen aún más en su patética pelea decido interceder.

—¿Entonces debemos buscar cualquier pista o rastro que nos indique el paradero de Cole? —pregunto, volviendo a lo importante.

—Exacto, sí —responde Kyle inmediatamente, lanzándole una que otra mirada furtiva a Harry, quien solo se limita a sacarle el dedo medio, el cual está lleno de anillos, dejando ver también su tatuaje, uno de muchos—. Ahora que todo está organizado, vayan a prepararse. Busquen linternas, agua, ropa cómoda y baterías para las linternas, puede que tardemos bastante.

Todos asentimos —Harry de mala gana— y las tres salimos de la casa de los West. Caminamos hasta el auto de Harry y nos subimos a él, pero antes de que podamos arrancar sale de la casa un escandaloso Nathan, gritándonos que lo esperemos. Se sube en el asiento trasero junto a mí e indica que avancemos, no puedo evitar mirarlo extrañado, ¿no debería buscar él sus cosas también? Y por lo que veo no soy la única con esa duda.

—¿No debes buscar las cosas, West? —pregunta Harry, siendo la primera en hablar.

—De hecho tengo todo eso listo desde esta mañana, ya había pensado en ir a explorar en el bosque —responde, haciendo que lo mire totalmente sorprendida, ¿cuán rápido puede trabajar el cerebro de Nathan? Llegó a esa conclusión mucho antes que Kyle e incluso supo qué debía llevar para realizar su exploración, es... simplemente asombroso.

—Vaya, eres muy astuto, Nathan —dice Clarisse, dejando ver el asombro en su tono de voz.

—¿Qué te puedo decir? Pienso demasiado todo —dice encogiéndose de hombros. 

Siento su mano cálida posarse sobre la mía, tomándome un poco por sorpresa, pero inmediatamente le devuelvo el gesto entrelazando nuestros dedos, lo cual me roba una sonrisa. Deposita un suave y tierno beso en mi mejilla para luego comenzar a hablar de las cosas que debemos y no debemos hacer en la noche, como por ejemplo no separarnos jamás de nuestros compañeros, buscar la manera de estar siempre en contacto con el resto, especialmente Kyle y que si encontremos algo no ir solos, jamás.

—¿Por qué no? —pregunta Clarisse.

—Porque si haces eso pueden correr riesgo tanto tú como tu compañero -responde Nathan.

—Pero, ¿y si es una oportunidad única? —pregunta nuevamente mi mejor amiga.

—Dije que no, somos solo un grupo de cuatro adolescentes, es peligroso. Si encuentran algo deben llamar inmediatamente a Kyle, o a mí, no hagan nada por su cuenta, no sabemos qué tan peligrosos puedan ser.

—Pero...

—Clarisse, no me gusta repetir las cosas —dice Nathan, haciendo callar a mi mejor amiga, la cual no está muy contenta que digamos.

—¿Y tenemos algún punto de encuentro o algo así? —pregunto esta vez yo.

—Mmm... eso aún no lo sé, Kyle nos lo dirá en su momento.

—Ya decía yo que no podías tener todo fríamente calculado —digo en tono de burla, robándole una sonrisa divertida.

—¿Ah sí? Al menos yo ya había pensado en eso —se defiende, sus mejillas se tornan ligeramente rosadas, haciéndolo ver muy adorable

—Pero si eres tan listo, algo tan básico como un punto de encuentro debió ser en lo primero en qué pensarías, ¿no lo crees? —contraataco yo.

—Son cosas que pueden pasarle a...

—¡Sin peleas de parejas en mi auto, señores! —exclama Harry, cortando la discusión.

Nathan se queda en silencio, fulminando a Harry con la mirada, yo por mi parte lo miro divertida, sintiéndome victoriosa al ganarle. Su mirada se topa con la mía, y al notar mi expresión de victoria se ríe, tomándome por sorpresa. Me toma del brazo y de un jalón me sienta en su regazo, robándome un jadeo de sorpresa. Miro hacia adelante, esperando alguna burla de parte aquellas dos, pero están distraídas hablando acerca de algo que no logro escuchar, mis oídos no se ponen de acuerdo con mi cerebro justo ahora, estoy demasiado nerviosa para eso. ¿Y a Nathan qué le pasa? Justo cuando me giro para preguntarle estampa sus labios con los míos, evitando que diga nada.

Es un beso suave, sin prisas, dulce de hecho. Eso no dura mucho. Pronto el beso sube un poco de nivel, y, sorprendiéndome hasta a mí misma, tomo la mano de Nathan y la pongo en mi trasero. No mueve la mano en un rato, la deja en el mismo sitio donde la he dejado yo, pero luego de un rato comienza a acariciarme lentamente, apretando de vez en cuando. Su otra mano se aferra fuertemente a mi cintura, como si tratara que no me alejara, cosa que no pienso hacer, no ahora al menos.

Nos separamos por falta de aire, y justo en ese momento una voz nos saca de nuestra burbuja, recordándome en donde me encuentro.

—Vaya, que intenso —Clarisse nos mira sorprendida desde el asiento del copiloto. Mis mejillas se encienden como una luz de advertencia roja, nada más vergonzoso que tú mejor amiga te vea tener un beso en el que incluso dejaste que te tocaran. Mierda.