Game Over (starker fanfic)

Unica Parte

—Estas llorando, ¿no es cierto? —preguntó la silueta holográfica— Supongo que si estás aquí es porque... Porque el juego final llegó y yo gané… —dice con una inapropiada mezcla de arrogancia; como si el solo hecho de ganar hubiera valido la pena cualquier tipo de consecuencia. 

Peter apretó los ojos y sollozó desconsolado. No podía, no podía hacerlo.  Frenó la reproducción y se llevó las manos a al rostro. El dolor lo sacudió, lo sacudió como cada vez, lo teletransportó al piso donde de rodillas lo llamó, donde murmuró su nombre desesperado por obtener de él una respuesta, un algo; lo que sea aparte de su profunda mirada de adiós.   

—No puedo… no puedo hacerlo. —se quejó entre sollozos altos que lo sacaran de ese predio donde la muerte se lo arrancó, abrazando su propio cuerpo, necesitando como nada en la vida un poco de calor humano.  

Estaba solo. Completamente solo. May le dijo que ella lo podía acompañar, Happy hizo la misma oferta, aunque este añadió que Tony no lo hubiera apreciado, que Tony esperaría que Peter fuera fuerte y lo viera solo. 

Un arranque de malestar lo recorre y hace que el dolor se opaque a solo un sórdido agujero negro que tiembla en su pecho listo para extenderse y devorarlo al menos descuido. Por supuesto que ese malnacido no lo hubiera querido así. Eso habría significado que había alguien allí que podría contenerlo, alguien que le diera apoyo y afecto.  Y, visto que decidió morir frente a él, era obvio que a Tony él que este solo no le importaba. 

Peter suelta un sollozo apretado que le hace sentir infantil y tan poco digno de su traje que quiere esconderse y no solo por el dolor que aún lo abre a la mitad y le hace sentir que sus poderes ya no son tan fuertes, que sus saltos no son tan altos, es vergüenza. Es dura y fría verguenza de ser incapaz de hacer algo tan “sencillo” como ver su adiós. 

Habían pasado meses y aquella era la primera vez que llegaba tan lejos con la animación, pese a no que pasaron ni diez segundos. Siempre que el holograma aparecía, el corazón de Peter se derrumbaba y tenía que salir del taller sin poder contenerse. Y es que lucía exactamente igual a como lo recordaba, tan igual que verlo abría la herida que se esforzaba por sostener con sus manos cerrada. 

Peter jamás se resistió a su apariencia, Diablos, eso los condenó en primer lugar, verlo así impoluto, con esa sonrisa de diablo y esa mirada traviesa… se derrumbaba, se derrumbaba en un santiamén porque lo único que podía pensar era que nunca más lo vería, jamás, ya no. 

Ahora, mientras peleaba con dejar de derramar lágrimas inútiles tras sus manos, sentía que no podía volver a pasar por eso. Cada vez que entraba, se sentaba y encendía la reproducción, la herida se abría en carne viva con mayor fuerza, con mayor viveza. Es que al verla, al verla de nuevo, Peter descubría una pequeña e inperceptible marca en su rostro que se le estaba olvidando. 

El pequeño remolino de su barba, la forma exacta de sus ojos, la suaves arrugas que se formaban a los costados de estos, el tic en sus labios… Cosas imperceptibles, detalles que ni siquiera te dabas cuenta que se te iban olvidando, hasta que veías una foto o, como él, una filmación. 

Todos seguían intentando entenderlo, pero cada vez con mayor insistencia le decían que debía tratar de avanzar, de continuar con su vida. Peter tenía miedo de decirles que se le empezaba a olvidar cómo se sentía su voz cuando le gritaba algo metido dentro de la ducha o el tacto de sus manos en su mejilla cuando creía que dormía profundamente. No sabía si temía que lo juzgaran o sintieran si acaso más pena por él. 

Claro que Happy fue más cruel, siempre era el más duro, el más reacio dejar que su mierda lo consuma y le dijo que Tony estaría decepcionado de él. Pese a que desde ese día no le hablaba, pues entre el odio que le dieron esas palabras, entre el dolor atroz de saber que tenía razón, habitaba la vergüenza. No había forma, no podía solo lidiar con algo tan malditamente feo como el dolor, tambien luchaba con la pérdida y con la humillación de no ser nada de lo que de él se esperaba. 

Era solo una estúpida filmación, lo sabía. No tenía el poder de herirlo más, no si lo hacía ese día. Podía él terminar aquello, solo… solo hacerlo y dejar de darle el poder para que lo carcoma vivo llenándolo de dudas y de culpas. Aparte, racionalmente Peter sabía que nada, nada, jamás sería peor que verlo morir frente a sus ojos. 

—F.R.I.D.A.Y., deja que corra —susurró destapando su rostro. 

Llevaba una temporada sin verse, pero aun así sabía que lucía horrible. Sus dedos se enredaron entre los mechones de su cabello y notó al menos una docena de nudos que descuidarse le dejaba. La piel de su rostro se sintió fría y reseca. Curioso, ya que lloraba tanto por las noches, que creerías que se mantenía bien humectada.

Se vuelve a preparar y cuando aparece otra vez, Peter se sujeta a sí mismo suplicándose ser fuerte, porque de verdad ya no puede seguir pasando por aquello.  

—Estás aquí y eso es lo único que me importa. —le dijo Tony parándose frente a él. 

Peter alzó la vista y vio como el brazo de Tony temblaba queriendo estirarlo. Como si se lo pensará mejor, metió ambas manos en los bolsillos, y empezó a deambular por la zona. 

—Si te tomó un tiempo venir ¿No? Voy a suponer que sí —se dijo a sí mismo y una pequeña sonrisa se le escapó viendo como el holograma le sonría lleno de cariño— Sé que voy a ser irremplazable. —le dijo llevándose una mano al pecho— Lo sé. Pero… no hice todo esto para que sigas luciendo… así —lo reprendió estirando la mano, señalando con escalofriante exactitud el punto donde estaba parado. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.