Ganar el perdón

Capítulo 6

Katherine llegó en las primeras horas de la tarde, cargada con un bolso que contenía de todo un poco y cargando un pastel de chocolate para la merienda.

Luego de merendar junto a Thery, empezó a sacar cosas del bolso como si se tratara de un arcón mágico.

Libros de cuentos, juegos infantiles, cuadernos para dibujar, algunas fotos , accesorios para el cabello, y unos frascos para hacer burbujas de jabón, entre otros objetos. Había tanto que quería hacer con Thery, tantas cosas que quería enseñarle, tantos juegos, tanto que compartir, que Kate no sabía por donde empezar.

Hablaron, rieron, jugaron, se peinaron una a la otra y rodaron sobre los lujosos pisos haciéndose cosquillas.

La Sra. Bliss las miró desde lejos, sabiendo que necesitaban estar solas.

Horas más tardes Nick las encontró en el jardín, ambas corrían mientras hacían burbujas, se sentían sus risas mientras las etéreas esferas las rodeaban.

Las observó desde lejos y, por un momento, el tiempo pareció volver atrás, la mujer rubia emitía un aura cálida y feliz, como cuando la había amado.

Tuvo la sensación de que entre madre e hija los años pasados no importaban.

La niñera se acercó a él y en voz baja hizo un comentario como si adivinara su pensamiento.

-Es muy llamativo, Thery no le hace preguntas, no cuestiona dónde estuvo o cuánto tiempo se quedará, tampoco menciona el hecho de que su madre y usted vivan separados, es como si entre ellas hubiera un lazo más fuerte que cualquier otra cosa, como si estar juntas fuera lo único importante – dijo la mujer y Nick sintió que era verdad, tenían un mundo propio y cuando se dieron cuenta de su presencia fue claro que él no pertenecía a ese lugar .

Al verlo, la mirada de Kate cambió, se enfrió, fue como si las burbujas que creaban con Thery en el aire acabaran de estallar y, de golpe, se encontraran en la realidad. Una realidad en la que él era un intruso no deseado.

Nick no podía concentrarse en su trabajo, los últimos días había tenido que cruzarse muchas veces con Kate y además ya no sabía qué pensar al respecto.

La relación de Katherine con la niña parecía ser sincera, había algo indescriptible cuando estaban juntas, y eso lo alteraba. ¿Era posible que Katherine se hubiera arrepentido de vender a su hija? Y si ese fuera el caso, ¿qué iba a hacer? ¿Iba a darle otra oportunidad para que fuera la madre de Thery?

No lo sabía y eso lo ponía de muy mal humor, de hecho había probado distintas acciones, desde mantenerse alejado para que tuvieran tiempo a solas y no tener que ver a la mujer que más despreciaba hasta llevarse el trabajo a casa para mantenerla vigilada, pero el dilema siempre era el mismo.

Su deber era desenmascararla, debía saber la verdad que escondía Katherine Holly. Y esa noche era la ocasión perfecta, era la exposición que le había comentado el detective. Iba a ir, necesitaba verla en otro ambiente, saber quién era ella cuando no luchaba contra él y cuando no estaba cerca de Thery.

Para su sorpresa la exposición era en una de las galerías más lujosas y exclusivas de la ciudad, incluso se debía contar con una invitación pero él era Nicholas Laurent, así que no tuvo problema para entrar.

Había mucha gente, pero quedó atrapado por las pinturas que colgaban de las paredes.

Katherine tenía talento, además había algo en los cuadros que lograba conmover.

Se reproducían imágenes de miradas, algunos paisajes que parecían salir del confuso territorio de los sueños, y retratos de mujeres, de niños.

Nick se paró frente a uno donde una mujer anciana tenía sus brazos como si acunara un niño, pero estaban vacíos y ella miraba a la distancia hacia un camino desierto.

El título de la obra era "Mirando el pasado" y los ojos de la anciana eran azules, era una mirada que él reconocía, sin embargo la expresión era desgarradora.

Se sintió incomodo, como si estuviera contemplando algo muy intimo, algo que él no debía observar, así que se apartó de los cuadros y buscó a Kate con la mirada.

No demoró mucho en encontrarla, la gente se acercaba a felicitarla y había un grupo de hombres rodeándola. Ella llevaba un vestido corto negro, el cabello recogido y tenía una copa en la mano, se la veía bella, seductora y al mismo tiempo inaccesible.

Uno de los hombres se inclinó a decirle algo cerca del oído y Nick se sintió muy molesto, se dijo a sí mismo que era la actitud de ella lo que le molestaba pero en realidad le molestaba que la mujer recibiera tanta atención.

Su memoria le jugó un truco y la recordó sonriendo con calidez, en sus brazos, recordó la pasión y la dulzura. Sacudió la cabeza para borrar aquellas imágenes y tomó una copa que le ofrecía un mozo.

Se apoyó una columna y siguió observando a Kate, uno de los hombres, un famoso y joven banquero le extendió una tarjeta, él enfureció. No quería explicarse porque, bebió de un trago el champán, y vio como ella se alejaba a saludar a otro grupo de gente.

Los asistentes se habían marchado, la exposición había sido un gran éxito, había recibido el reconocimiento y elogio de los críticos presentes además de muchos encargos.

Katherine estaba feliz, fue a buscar su abrigo y luego de saludar a la curadora, se dispuso a marcharse. Antes de salir, se paró un instante frente a una de sus obras, recordó el sentimiento de dolor que había tenido al pintarla y agradeció que ya no existiera, el dolor pasado era una huella pero su hija lo estaba desvaneciendo.

De pronto percibió una presencia junto a ella y lo confirmó cuando escuchó su voz.

-Así que siempre te han interesado los hombres ricos, ¿por eso te interesé yo? – preguntó Nick y ella se giró hacia él.

-¿Qué haces aquí, Nicholas?

-Quería ver tus cuadros y quería ver quien eres en realidad...

-Ha sido un día feliz para mí, no tengo ganas de pelear contigo – le contestó y se dispuso a marcharse pero él la sujetó de un brazo.




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