Nicholas se sorprendió cuando la mujer entró a su oficina, no esperaba verla. Ella caminó hasta su escritorio y lo encaró.
-¿Es verdad? Acabo de regresar de mi viaje y lo primero que escucho es que la madre de tu hija apareció, dime Nick, ¿es verdad que dejaste que esa mujer volviera a tu vida? – preguntó enfadada.
-Hola, Victoria, bienvenida – le contestó con calma a la mujer de cabello oscuro que lo interrogaba.
-¿No vas a contestarme? – insistió la mujer.
-No me gusta que intentes imponerte, Victoria, lo sabes. Tampoco me gustan este tipo de escándalos.
-Eres cruel Nicholas Laurent, sabes lo que siento por ti, lo que siempre sentí.
-Yo te considero una amiga, siempre ha sido así.
-Pero para mí eres mucho más, y si vine en este estado es porque estoy preocupada por ti. Esa mujer te hizo daño, te dejó, vendió a la niña y se fue. Nunca te amó, Nick, sólo te usó y sin embargo permites que vuelva. ¿Qué te dijo? ¿Qué aún te quiere, te pidió perdón?
Yo siempre he estado a tu lado, pero eso no tiene valor para ti.
-Victoria, no me gusta dar explicaciones, pero tienes razón, eres mi amiga. Vamos a almorzar y hablamos.
-¿Y Thery?- preguntó la mujer.
-Está con su madre – respondió él.
-¡No puedo creerlo!
-Vamos, Vic, vamos comer.
Nicholas llegó tarde a su casa y agotado, Victoria había expresado muy bien su disgusto y le había dado todos los argumentos para alejar a Kate que él mismo se repetía día a día. Pero no era lo mismo escucharlo en boca de otra persona, además no podía ignorar lo que ella decía porque era una mujer que había estado a su lado incondicionalmente. La conocía desde siempre porque era la hija de unos amigos de su familia, era una rica heredera muy hábil para los negocios , además de ser una mujer muy bella. Victoria siempre le había dejado en claro lo que sentía por él, pero nunca la había visto más que como una amiga, era una pena, sus padres la adoraban y siempre habían pensado en ella como en la nuera perfecta, pero no la amaba. Su vida hubiera sido mucho más fácil si se hubiera enamorado de Vic, pero la mujer que había amado era otra.
-¿Thery ya se acostó? – le preguntó a la Sra. Bliss tan pronto entró a la casa.
-En realidad...-dijo la mujer algo titubeante.
-¿No me diga que Katherine no la trajo de regreso? Nunca dijimos que podía pasar la noche con ella.
-No, Señor , no es eso...es que ...
-¿Dónde está mi hija?
-En su cuarto, pero ...mejor véalo usted mismo.- dijo y lo preocupó. Nick salió corriendo y subió las escaleras de a dos escalones. Al llegar a la habitación de su hija se detuvo de golpe en el umbral.
En la cama dormía Thery junto a Kate, las dos abrazadas, con el rostro relajado.
-La Sra. le estaba leyendo un cuento y ambas se durmieron, me dio pena despertarlas – aclaró la Sra. Bliss a sus espaldas.
-Déjelas dormir – sentenció él y la mujer se retiró con una sonrisa. Él se las quedó observando.
El destino tenía un sentido del humor muy perverso, aquello que contemplaba, alguna vez había sido su más preciado sueño. Había deseado construir una familia con Katherine, había imaginado lo que sería tener hijos y vivir juntos. Muchos años atrás, mientras la amaba, había soñado contemplar algún día una imagen como esa, la mujer que amaba y un hijo de ambos en una escena completamente cotidiana y por ello maravillosa.
Y allí estaba el momento anhelado, su hija y la madre juntas durmiendo felices, aquella era la única mujer que había amado alguna vez, sólo que el sueño estaba totalmente vuelto al revés.
Era como si le ofrecieran lo que más deseaba en el mundo y al mismo tiempo supiera, con total certeza, que nunca podría tenerlo.
¿Cómo había sucedido? ¿Por qué aún dolía tanto?
Kate despertó relajada, había dormido tranquila como si finalmente hubiese logrado la paz que se le había negado tantos años, al abrir los ojos descubrió que no estaba en su cama. Estaba en la habitación de Thery, por lo visto se había dormido mientras le leía un cuento, la niña aún estaba en sus brazos. Sonrió, le dio un leve beso en la frente y se levantó despacio para no despertarla.
No entendía como había dormido así, la mañana la había sorprendido allí, era extraño que se relajara tanto. Usualmente tenía muchos problemas para dormir.
Al llegar al salón se encontró de frente con Nick que bebía una taza de café.
-Yo...- intentó explicarse ella mientras se alisaba el cabello con una mano
-¿Te despertaste? – preguntó él a pesar de que la respuesta era obvia.
-Lamento haberme quedado dormida aquí.
-¿Quieres un café? – ofreció sin saber que decirle. Era el segundo café que él bebía porque apenas había podido dormir en la noche pensando en que Katherine estaba allí, tan cerca. Lo que pudo haber sido y no fue lo había torturado impidiéndole el sueño.
- No , gracias. Me voy a casa – respondió ella y se dirigió hacia la puerta.
-¡Kate! – la llamó y la mujer se volvió a mirarlo.
-¿Sí?
-No, nada – dijo y le dio la espalda.
Unos días después, Kate llevaba a Thery de regreso a la casa de Nick y al cruzar el umbral, sintió que la sangre se le congelaba en el cuerpo. El pasado la golpeaba con la fuerza de los recuerdos, apretó con fuerza la mano de su hija como si así pudiese volver atrás el tiempo, allí en la sala junto a Nicholas estaba la prometida, la mujer que la había echado el día que había ido a buscarlo.
-Papi...-dijo la niña y eso la despertó de su trance.
-Hola cariño, Victoria vino a visitarnos, ¿no vas a saludar? – dijo él pero la pequeña se desprendió de su mamá y salió corriendo hacia su habitación.
-¡Thery! – la llamó él pero lo ignoró
-Lo siento Victoria, no sé que le pasa – se excusó con la mujer.
-No te preocupes, querido – respondió ella con una sonrisa y se acercó a él poniéndole la mano sobre el brazo.
Editado: 04.05.2020