Ganar el perdón

Capítulo 9

Katherine había tenido una pesadilla, pero ahora se sentía mucho más tranquila, escuchaba la voz de Nick, podía sentir sus leves caricias. Si él estaba a su lado, todo estaba bien, se sentía muy cansada, así que no quería abrir los ojos.

Quería seguir durmiendo, sentirse segura y amada.

Quería volver a soñar con la bella niña, con la hija que tendría con Nicholas, así que se acurrucó y se dejó vencer por la somnolencia.

Cuando se despertó, sintió el cuerpo dolorido y los párpados pesados, abrió los ojos y se dio cuenta que no estaba en su cama, ni siquiera estaba en su departamento.

Se incorporó un poco y trató de recordar cómo había llegado allí.

Lo último que recordaba era sentirse engripada, finalmente se había acostado en el sillón de la sala porque las fuerzas no le daban ni para llegar a su cama, suponía que se había dormido allí. Luego todo era confuso, recordaba algunas imágenes como de un sueño.

Alguien llamándola, médicos y Nicholas. Kate se sobresaltó, estaba en la casa de Nicholas.

Como si lo hubiera invocado, sintió unos pasos y al mirar hacia la puerta, ésta se abrió y vio a Nick parado en la entrada cargando a Thery en brazos.

-Hola mamá – dijo la niña y agitó su manito desde la distancia.

-Hola nena – intentó decir Kate pero la voz apenas le salió, era un sonido rasposo, le dolía mucho la garganta.

- Tranquila, no hables- dijo Nick con autoridad.

- Que no se acerque...-musitó Katherine, no quería contagiar a su niña.

-No te preocupes, ya la viste cariño, mamá estará bien pronto. Ahora ve con la Sra. Bliss para que te prepare para la escuela – le dijo y la puso en el suelo. Desde allí Thery saludo a su madre con la mano y le envió unos besos. Después salió corriendo.

-No te preocupes por ella, está tranquila sabiendo que estás aquí y además está acostumbrada a mantenerse lejos cuando yo me enfermo. Siempre me asusta contagiarla aunque sea un simple resfrío- dijo él y se acercó.

-¿Cómo...? – intentó preguntar ella y Nick llegó a su lado, se sentó en la cama y le tocó la frente con naturalidad.

-Estás mejor, la fiebre ha bajado. ¿Quieres saber como llegaste aquí?- preguntó y ella asintió con un gesto. Se sentía incomoda teniéndolo tan cerca, sobre todo porque con la enfermedad sus defensas estaban totalmente bajas.

-Mi casa...- susurró.

-Estabas allí cuando te encontré, tienes anginas pero te agarró muy fuerte, unos días con antibióticos y estarás bien. Por el momento, te quedarás aquí.

-No...

-No hables, tienes la garganta muy inflamada. Y tampoco te molestes en discutir, Thery estaba muy preocupada porque no viniste, así que quédate aquí hasta que mejores, así no se asustará. Además no hay nadie que cuide de ti, y por lo visto sola no puedes hacerlo. Descansa, la Sra, Bliss estará pendiente de ti, en un par de horas te toca el remedio. Debo irme a trabajar, luego vendré a ver como sigues – dijo como si aquello fuera lo más normal del mundo y se marchó.

Kate estaba demasiado débil para pelear así que siguió el consejo. Debía recuperarse pronto si quería estar lejos de él.

Debió quedarse dormida porque la señora Bliss la despertó.

-Vamos querida, es hora de su remedio – le dijo llamándola y Katherine abrió los ojos. La niñera la ayudó a levantarse un poco y le alcanzó un té para tomar las píldoras.

-Gracias – dijo Katherine algo avergonzada, le preocupaba molestar a aquella mujer.

-No se preocupe, no es nada. Estoy acostumbrada a cuidar gente, así que no es molestia. Usted, por otro lado parece no estar acostumbrada a que la cuiden – observó muy astutamente y Katherine esbozó una media sonrisa.

-No...-musitó y era verdad, hacía mucho tiempo que estaba sola y también que nadie la cuidaba. De hecho la última persona que había cuidado de ella había sido Nicholas, mucho tiempo atrás, cuando ambos eran personas totalmente distintas.

La Sra, Bliss interrumpió sus pensamientos.

-Bueno, será mejor que se cuide un poco más, porque hemos muerto de preocupación por usted y ha sido muy difícil mantener calmados a los niños – mencionó y Katherine la miró extrañada- ¡Oh sí, los niños! Porque el Sr. Laurent ha sido mucho más molesto que Thery, ambos estaban inquietos y preocupados por usted .De hecho, él pasó la mayor parte de la noche aquí, cuidándola.- le dijo sorprendiéndola.

La última persona de la que Katherine esperaba ayuda o cuidados era de Nicholas Laurent, sin embargo, los sueños que había tenido mientras estaba con el delirio febril aún la inquietaban. Nicholas había estado en ellos, el Nicholas que una vez había amado.

Al mediodía, Kate se sentía mucho mejor, al menos la fiebre había bajado y la garganta ya no le dolía tanto, aunque se sentía totalmente débil.

La Sra. Bliss le llevó un caldo.

-Coma un poco, debe recuperar fuerzas.- le aconsejó y ella aceptó la comida.

-¿Thery?- preguntó

-Está en el colegio aún, en un rato iré por ella. ¿Quiere que le traiga unas revistas o algo para entretenerse?

-No , gracias.

-Bueno, coma tranquila, luego vengo a buscar el tazón y le traigo el remedio- dijo la mujer pero quien apareció un rato más tarde a buscar las cosas, fue Nicholas.

-¿Cómo te sientes? – preguntó mientras retiraba el tazón Y ella trató de controlar su reacción.

-Mejor – respondió intimidada, no podía acostumbrarse a aquella amabilidad. La remontaba al pasado.

-Me alegra. Debes tomar esto, es la hora – dijo y le extendió la medicina. Ella la tomó en silencio.

-¿La Sra. Bliss?

-Fue a buscar a Thery al colegio.

-Ahh.

-Bueno, descansa.

-Sí.- respondió pero fueron interrumpidos por Thery que entró corriendo y de un salto trepó a la cama.

-¡Mamá!- exclamó y le echó los brazos al cuello para besarle la mejilla- ¿Te duele?

-No cariño, pero mantente lejos, no quiero enfermarte – dijo preocupada y luego miró a Nick – Por favor...- le pidió a él. De verdad estaba preocupada por contagiar a la niña.




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