Ganar el perdón

Capítulo 10

Al despertar Kate sintió un lejano sonido de voces, aún se sentía extraña despertando en una casa que no era la suya, por suerte se sentía mucho mejor. Se levantó, se dio una ducha rápida y se puso un camisón que le había prestado la Sra. Bliss, claro que como la mujer era mucho más grande de cuerpo que ella, le sobraba por todos lados.

A nadie se le había ocurrido traerle su ropa y no se animaba a pedírselo a Nick. Además no pensaba quedarse mucho tiempo más, iba a volver a su departamento.

Finalmente se secó un poco el cabello y bajó.

Era muy temprano y las únicas voces provenían de la cocina, Kate siguió los sonidos y se encontró a Nicholas y Thery desayunando, mejor dicho, aprovechando que era sábado , él estaba preparando el desayuno para su hija.

-¡Mami! – gritó la niña al verla asomada y Kate sonrío, nunca se cansaría de escuchar que la llamaran así. Nick también se giró para verla.

-Buenos días. ¿te sientes mejor?

-Sí, gracias. Buenos días – respondió ella y se acercó a Thery para darle un beso en la frente.

-¿No hay nadie que cocine? – preguntó algo extrañada viendo como él preparaba tostadas.

-No, hoy tienen día libre y la Sra. Bliss me pidió el fin de semana para ir a ver a su sobrina, como estoy en casa , dije que sí. Así que sólo estamos nosotros.

-Ahhh...-respondió sin saber que decir.

-Listo – exclamó él y acercó un plato de tostadas. Luego le trajo una taza con chocolate caliente a Thery,

-Gracias – dijo la niña.

-Está caliente, no lo bebas aún- le advirtió y ella asintió, luego se dirigió a Kate - ¿Chocolate o café con leche? En un rato te toca el medicamento.

-Café con leche, gracias – respondió sin poder quitarse la incomodidad por aquella situación tan cotidiana y tan extraña al mismo tiempo.

Nick le alcanzo una taza grande de café con leche y luego se sirvió café negro. Finalmente trajo algunas galletas caseras y se sentó desayunar.

En forma automática empezó a preparar las tostadas con mermelada y manteca para Thery, y también le alcanzó a Kate unas galletas.

-Come, tienes que alimentarte si quieres mejorar- le dijo cuando ella lo miró extrañada.

- Tienes que comer mucho –dijo Thery pasándole una tostada. Kate la tomó pero Nick se la quitó.

-A tu mamá no le gusta la mermelada – le explicó a la niña y ella se sorprendió de que él aún lo recordara.

Iba a decirle que quería marcharse, pero de pronto aquella escena hogareña fue demasiado tentadora. Quería seguir escuchando los comentarios de su hija, quería compartir el fin de semana con ella y, aunque fuera contradictorio, quería ver un poco más a Nicholas.

-Eso es para ti – dijo él cuando acabaron el desayuno y Kate encontró bolsas con ropa de marca. Eras prendas casuales y sencillas, acordes a su gusto.

-Gracias.

-Lamento no haberlo pensado antes –se disculpó.

-Nicholas...

- Ahora sólo recupérate , Kate. Lo que sea déjalo para más adelante.- pidió serio y ella asintió, después de todo necesitaba recuperar sus fuerzas

Fueron dos días tranquilos, ella y Nick hicieron una tregua tácita y convivieron en paz, como si fuera un tiempo robado.

Katherine se permitió disfrutar y descansar, su cuerpo necesitaba recuperarse de la enfermedad así que depuso las armas.

Miró películas con su hija, dibujaron juntas, le ayudó con las tareas de la escuela, y Nick cocinó y las acompañó. También se encargó de que ella tomara el medicamento a tiempo.

El lunes temprano, la rueda del tiempo volvió a girar.

Cuando despertó Kate se encontró con que el personal de la casa y la Sra. Bliss ya habían regresado, la niña ya estaba lista para ir a la escuela y Nicholas caminaba de un lado al otro hablando por su celular mientras se preparaba para ir al trabajo.

-¿Ya te levantaste? – preguntó él al notar su presencia.

-Sí – respondió ella y en un gesto que ya era natural se acercó a abrazar a Thery y darle un beso.

-Debo irme a la empresa, desayuna y nos vemos luego en el almuerzo..-dijo él disponiéndose a salir y Kate lo frenó.

-Nick..

-Sí.

-Regreso hoy a mi departamento- dijo con seriedad y evitó mirar a su hija, estaba segura que la niña estaba desilusionada pero ella no podía continuar allí.

-Está bien. No puedo impedirlo, ¿verdad? – preguntó él y su voz resonó con un tono de amargura.

-No puedo quedarme.

-Lo sé.

-Quisiera ir a buscar a Thery a la escuela hoy, y almorzar juntas en casa.

-Está bien, así será más fácil para ella – asintió y luego de saludar a la niña se fue. Apenas quince minutos después la Sra. Bliss se llevó a la niña al colegio y Kate se quedó sola en la casa.

Desayunó en la cocina y sintió nostalgia de los momentos que habían pasado allí el fin de semana. Ahora parecía haber vuelto a la realidad, bebió un poco de café, luego fue a cambiarse y se marchó a su departamento.

Luego de poner sus cosas en orden, tras sus días de ausencia, al mediodía fue a buscar a Thery al colegio. Tuvo la extraña sensación de que la observaban, pero no descubrió nada extraño.

Al salir del colegio fueron a comprar los ingredientes para preparar el almuerzo, después volvieron al departamento, donde cocinaron, rieron y comieron hasta llenarse.

Después durmieron un rato juntas, jugaron y casi al acabar la tarde, Nicholas pasó a buscar a Thery.

-Creí que vendría la Sra. Bliss – expresó ella al abrir la puerta y encontrarlo a él.

-Quise venir yo para ver como seguías.

-Bien, gracias. Pasa, Thery está esperando – dijo ella cohibida. Pero la niña se adelantó y salió a recibir a su padre, así que él no entró.

-Está bien, Kate...

-¿Sí?

-Si necesitas algo, llámame. No te quedes sola...- dijo mirándola fijamente. Kate quería rebelarse, contestar que no se entrometiera, pero tampoco podía olvidar que era él quien la había sacado de allí en brazos mientras desfallecía por la fiebre.




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