Un nuevo fin de semana estaba por llegar, pero este era un fin de semana distinto a los anteriores para Liza, y no solo porque el pueblo se encontrará de aniversario, sino porque ese fin de semana ella iba a presentar un número que había venido preparando desde hace algún tiempo con las chicas. Desde que el bar se convirtió en un bar cabaret, las chicas venían presentando musicales muy lindos creados por ellas, hace exactamente un año Liza, se unió al elenco del musical gracias a la oportunidad que le dio la señora Candela, ella cantaba para los musicales y pues parecía que lo que hacía les gustaba mucho a las personas que asistían a ver el espectáculo mientras tomaban alguna bebida.
Para esta ocasión la señora Candela había mandado confeccionar unos trajes muy lindos, que, con los antifaces de color negro y lentejuelas, que todas usaban en el bar desde hace algún tiempo les daba cierto glamour como decía Estrella, Liza era la única de todas que no usaba el mismo antifaz, ella decidió seguir usando su antifaz de metal de color plateado, y Candela respeto su decisión, como siempre lo hacía desde que empezó a trabajar junto a ella. El antifaz de Liza, era muy especial para ella pues era el único recuerdo que tenía de su madre, pero, además, este era especial ante los ojos de los demás por su curioso diseño, el antifaz tenía una especie de corona de rosas y un par orejas de gato, ello le daba su propio estilo a Liza, además que curiosamente el antifaz hacia juego perfecto como el nombre que ella usaba para encubrir su verdadero nombre. Ya nadie en el pueblo se sorprendía al ver a Liza con el antifaz incluso fuera de su centro de trabajo, para las personas que la conocían en el pueblo, era su estilo y lo respetaban, y para quienes la veían por primera vez, simplemente la tomaban como una chica que quería tal vez imponer su propio estilo en ese pequeño pueblo.
Era viernes y las chicas y Liza estaban en un pequeño ambiente recibiendo de manos de Candela los vestidos que usarían ese fin de semana.
—Es hermoso y sexy— decía Celeste al recibir su vestido color negro con algunas aplicaciones plateadas.
—Sí, es muy sexy, me gusta mucho— pronunció Estrella viendo el suyo que era del mismo color que el vestido de Estrella.
—Este es para ti Gatica— dijo Candela mirando a la joven de cabellos castaños y antifaz.
—¡Gracias, está muy lindo¡ — respondió Liza mirando su vestido largo color plateado que hacia juego perfecto con el antifaz que llevaba siempre puesto.
—Chicas ya saben quiero que estos vestidos los luzcan hoy en el espectáculo que presentaran—decía Candela mientras sus chicas la escuchaban con atención.
Mientras Candela hablaba con sus chicas en el pueblo “El Escollo”, en una comandancia policial, un grupo de hombres platicaban.
—Ir a brindar protección al pueblo “El Olvido”— decía Sam.
—Si Sam, ese pueblo está de aniversario esta semana y pues habrán una serie de eventos desde hoy, por ello un grupo de oficiales de nuestro pueblo irán a brindar apoyo a ese lugar a partir de hoy día y pues quiero que tu asumas la responsabilidad del grupo, como jefe de tropa— respondió un hombre de bigote.
—Está bien, no hay problema— pronunció Sam.
—Entonces iras con la tropa 6, la comandancia de ese pueblo los recibirá y allá les dirán cual será las funciones que ustedes cumplirán ese pueblo— agregó el hombre de bigote.
—Como diga mi comandante— respondió Sam.
—Entonces ve por la tropa y partan ahora mismo a ese pueblo, no te preocupes por cómo llegar, los chicos de la tropa saben dónde queda el pueblo— dijo el hombre de bigote.
—Bien— respondió Sam antes de salir del lugar.
Sam fue al lugar donde estaba la tropa, les comento sobre la misión y juntos partieron en unos patrulleros hacia el pueblo “El Olvido”.
Luego de algunas horas de viaje Sam y su tropa llegaron a la comisaría del pueblo “El Olvido”.
—¡Bienvenido¡ — decía un hombre de barba mientras estrechaba la mano del joven.
—Sam Wood, oficial a cargo de la tropa número 6 de la comisaría del pueblo de “El Escollo”, estoy aquí junto a mi tropa para ponernos a sus órdenes— decía el joven mientras estrechaba la mano del hombre de barba.
—Pues gracias oficial Wood, como sabrá el pueblo está de aniversario y pues por esta fecha recibimos la visita de muchos turistas y pues nuestro deber es brindarles seguridad, por ello, como no somos muchos en la comisaría nos vemos en la necesidad de pedir apoyo a otras comandancias para que nos envíen personal— respondía el hombre de barba mientras Sam lo escuchaba con atención.
Luego de una plática de más de 20 minutos el jefe de la comandancia policial del pueblo “El Olvido” le asigno su misión a Sam.
—No se preocupe mis hombres y yo estaremos vigilando la seguridad de todos los locales que me esta asignando— dijo Sam con firmeza.
Una vez que San recibió su misión fue a comunicársela a su tropa al tiempo que en un bar un grupo chicas se maquillaban y arreglaban sus vestidos unas a otras mientras otras ensayaban sus movimientos de baile.
Editado: 24.07.2022