Una joven de antifaz se encontraba acostada en una pequeña cama mirando fijamente al techo mientras el rostro de un joven uniformado de cabello negro y ojos azules vino a su mente al tiempo que de sus labios salió el nombre del joven.
—¡Sam¡ se llama Sam, así me dijo, tiene un lindo nombre además es muy lindo y amable— pronunció Liza suspirando mientras un recuerdo vino a su mente haciendo que sintiera una extraña electricidad recorrer su cuerpo.
-.Recuerdo.-
Una chica de antifaz de metal servía unos refrescos en la barra mientras una de las chicas que trabajaba con ella le decía— Es muy guapo el oficial, ¿no lo crees Gatica?
—¿Qué? — respondió la joven.
—Y sus ojos, sus ojos son tan llamativos como los tuyos, su color es un azul tan especial, que hace juego con ese cabello negro cual noche y ese porte tan varonil, yo a ese hombre le doy servicio de gratis— decía la joven sin ninguna vergüenza.
—Cielo, que cosas dices— respondió Liza en tono de reproche.
—Solo la verdad niña, solo la verdad, lástima que tú lo estés atendiendo, como no lo vi primero, pero, en fin, tal vez venga otro día para ofrecerle yo una buena copa y mis servicios para relájalo un poco de tanta tensión que debe tener en su trabajo. Sin duda tuve mala suerte hoy, como se me pudo pasar un chico así— decía lamentándose la joven.
—Es cierto, lo estoy atendiendo— pronunció alarmada Liza.
—¿Qué sucede Gatica? — dijo con preocupación la joven.
—Tengo que llevarles su pedido, disculpa Cielo— respondió Liza antes de tomar la fuente donde estaban las copas.
La joven camino a paso rápido hasta la mesa donde estaban los dos uniformados, uno de ellos al verla llegar se puso de pie para ayudarla con la fuente.
—¡Gracias¡ — dijo sorprendida Liza, mientras Sam tomaba la fuente de sus manos para colocarla en la mesa.
—No hay porque agradecer linda— respondió Sam, mientras tomaba una de las copas y se la entregaba al otro uniformado.
—¡Gracias¡ — dijo el hombre de lentes.
—Disfruten mucho su bebida— pronunció Liza, tomando la fuente para retirarse luego que Sam había tomado su copa.
—¡Gracias¡ de seguro la disfrutaremos, ¿pero ya te vas?— agrego Sam en tono nostálgico.
—Sí, tengo que atender otras mesas— respondió Liza.
—Entonces antes de que te vayas déjame felicitarte— dijo Sam mientras el otro uniformado lo miraba.
—¿Felicitarme?,¿por qué? — pregunto Liza confundida.
—Sí, felicitarte, eres muy buena cantando, el musical que presentaste junto a tus amigas estuvo estupendo, me gustó mucho, te felicito, no imagine que un bar se diera un espectáculo tan bueno, ojalá y en otra oportunidad pueda volver a verlo— dijo Sam.
—Si es cierto, fue espectacular,…— agregó el otro oficial mientras la chica de antifaz miraba con disimulo al joven de ojos azules.
—¡Gracias¡ todos los fines de semana se presenta un musical aquí, eso nos diferencia de los otros bares, ojala y en otra oportunidad puedan venir nuevamente a verlo— dijo Liza con calma.
—Por supuesto que vendré— respondió el hombre de lentes, mientras Sam sonreía.
-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-
—«Sus ojos, son hermosos, como dice Cielo además es educado, gentil, ¿pertenecerá a la comandancia de este pueblo porque escuche que habían enviado a otros oficiales de otros pueblos para apoyar durante esta semana?, además el no quedo en volver, dijo que le gustaría volver a ver el espectáculo, pero mas no lo aseguro como su amigo, también están Estrella y Celeste, parecen no conocerlo y ellas se conocen a todos los de la comandancia del pueblo claro tienen sus preferencias notorias, de ser así, si él no es de aquí, esta habrá sido la única vez que lo vi» — pensaba con nostalgia Gatica.
Pero ella no era la única que estaba pensando en alguien esa madrugada. En una pequeña habitación dentro de una comandancia policial un apuesto joven se encontraba pensando en la misteriosa, pero a la vez hermosa chica del antifaz.
—«¡Gatica¡ un nombre extraño y misterioso, tan misterioso como tu niña hermosa, tal vez antes de irme de este pueblo vaya a ver tu espectáculo una vez más» — pensaba Sam mientras cerraba sus ojos al tiempo que imágenes del musical que había visto hace algunas horas en donde la chica del antifaz era la figura vinieron a su mente haciendo que en su rostro se plasmara una sonrisa.
Luego de algunos minutos Sam cayó en un profundo sueño, tan profundo que al despertar al día siguiente su cuerpo se sintió tan relajado y con tantas energías que inmediatamente se puso de pie, se ducho, cambio y fue a recibir la orden de su comandante.
—Hoy necesitamos a todas las tropas en el centro de la ciudad, hoy habrá feria allá y necesitamos resguardar la seguridad del lugar— decía el comandante.
Editado: 24.07.2022