Gatica

Capítulo 15: "Más cerca de descubrir la verdad"

Un par de jóvenes caminaban de la mano por unas pequeñas calles de un pueblo, mientras platicaban entre ellos.

 

—¿Entonces si aceptas mi invitación amor? — decía Sam con los ojos brillosos de alegría y una amplia sonrisa en su rostro.

—Sí, claro que sí, no creo que la señora Candela me niegue el permiso además me gusta la idea de conocer el mar, como te lo comenté la primera vez que me hablaste de tu sueño de la casita de playa, yo solo conozco el mar por la televisión— respondió Liza.

—Pues mañana lo conocerás linda, pasaremos un día inolvidable, ya lo verás amor, por suerte cerca de este pueblo hay una playa muy linda— agregó Sam mientras detenía sus pasos frente a la casa de Candela.

—¡Gracias¡ por tu compañía, siempre me hace sentir bien, me da tanta calma— dijo Liza con una dulce sonrisa.

—La tuya también me hace sentir bien linda, tu compañía me reconforta siempre, ni siquiera imaginas como cuento los días cuando estoy lejos de ti, cada día que termina los voy marcando en un almanaque, para así poder ver los días que restan para el fin de semana — respondió Sam.

—¿En verdad marcas en un almanaque cada día que va terminando? — dijo con una bella sonrisa en su rostro la joven.

—Si amor, así cada vez que miro el almanaque y veo que el día de verte se acerca me siento más motivado para empezar un nuevo día, pues sé que al terminar el mismo, disminuirá un día más y así el día de verte cada vez está más cerca— respondió Sam con una sonrisa en su rostro.

—Yo hago lo mismo— pronunció Liza.

—¿También cuentas los días? — dijo sonriendo Sam

—Sí, y también los marco en un almanaque, y cada vez que noto que el fin de semana se acerca, mi alegría se incrementa porque sé que tu vendrás— dijo Liza, al tiempo que el joven la abrazo.

—¡Te amo Gatica!, tú le disté sentido a mi vida, yo estaba lleno de rencor hasta que te conocí—dijo Sam mientras depositaba un calido beso en la cabeza de la joven que no llego a entender muy bien las palabras de su novio.

—Yo también ¡te amo! — respondió Liza.

 

 Luego de aquella plática la joven de cabellos castaños se despidió con un fugaz beso en los labios de su novio y entro a la casa de Candela mientras su novio la observaba partir.

 

—Gatica, mi niña hermosa, ¡Te amo! — pronunció en voz baja Sam, tras ver entrar a la joven de antifaz a la casa de su jefa.

 

El joven oficial, tras ver cerrarse la puerta de la casa de Candela giro sus pasos para caminar hacia el lugar donde pasaría la noche, durante su trayecto iba recordando el rostro de su amada mientras una sonrisa se plasmaba en su rostro al tiempo que pensaba: «Es hermosa, pero no solo externamente sino también internamente»

Mientras Sam se dirigía ensimismado en sus pensamientos hasta la habitación donde se quedaría, Liza caminaba dentro de la casa de Candela hacia su habitación cuando un par de jóvenes le cortaron el paso.

 

—Ya estás de regreso — escucho la joven enmascarada.

—Chicas— dijo Liza.

—Cuéntanos, ¿Qué hicieron esta vez? —  pronunciaba Estrella emocionada.

—Fuimos a caminar por las calles del pueblo— respondió con una amplia sonrisa y ojitos brillosos Liza.

—¿Solo eso? — dijo Celeste mirándola fijamente.

—Sí, solo eso, ¿por qué? — pregunto Liza con calma.

—Por nada, por nada Gatiquita— respondió la joven, haciendo una pausa para luego decir— Estoy muy cansada iré a descansar de una vez.

—Si yo también, tenemos que reponer energías para la siguiente noche, sino no podremos mover ni un solo dedito en el musical— añadió Estrella haciendo sonreír a la joven de antifaz.

 

Una vez que sus amigas se retiraron a sus habitaciones, Liza se dirigió a la suya, al llegar a la misma entro y cerró la puerta, luego camino hacia el lugar donde guardaba su ropa, tomo unas prendas. Mientras la joven se cambiaba de ropa pensaba: «Hice bien, fue lo mejor, él tenia que saber como soy además me dijo que era hermosa y sentí tan lindo al escucharlo»

La jovencita castaña tras cambiarse de ropa, tomo un pequeño despertador que tenia sobre una pequeña mesa, lo programo y se acostó a dormir con una amplia sonrisa en su rostro que se mantenía aun en sus sueños.

Luego de varias horas de descanso, el sonido de un despertador hizo que la jovencita castaña despertara alarmada.

 

—«Ya son las 7: 30 de la mañana, tengo que alistarme, Sam no demorara en pasar por mí, además no he hablado con la señora Candela» — pensaba Liza al sentarse sobre su cama de impulso y tomar el despertador en sus manos.

 

Liza bajo lo más rápido que pudo de la cama, se aseo, se cambio ropa limpia y fue a buscar a la señora Candela para que le de permiso para salir con su novio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.