Gatica

Capitulo 16: "Las últimas horas de felicidad: Un terrible descubrimiento"

Los días de descanso de Sam en el pueblo de “El Olvido” estaban por terminar. Esos días en el pueblo habían sido maravillosos no solo para él sino también para Liza quien cada minuto que pasaba no solo disfrutaba más de la compañía de su novio sino se enamoraba más y más de este al igual que él de ella.

Liza para ese último día de la visita de su novio había preparado una deliciosa cena en casa de Candela. El pequeño ambiente de la casa, donde se llevaría a cabo la misma había sido decorado por ella y sus amigas. Candela le había regalado incluso un bello vestido color rojo para la ocasión y ella junto a Celeste, Estrella y Cielo se estaban encargando de ayudar a la joven castaña a arreglarse para esa noche.

 

—El vestido te queda espectacular amiga— pronunció Estrella mientras miraba a la joven de antifaz que llevaba un hermoso vestido rojo puesto.

—Si Sam quedara hechizado— agregaba Cielo.

—Ya sabes que está noche es para los dos— dijo Celeste sonriendo.

—No comprendo, me vienes diciendo eso desde que les pedí que me apoyaran a decorar este lugar— respondió Liza sonriendo.

—Gatiquita, hoy será el último día— pronunció Celeste.

—Y la última noche que tu amorcito esta aquí ya que mañana vuelve al pueblo donde trabaja ¿no? — acotó Cielo con una sonrisa pícara.

—Sí — respondió Liza con nostalgia.

—Pero no te pongas triste Gatiquita, las semanas pasan rápido y cuando menos lo esperes lo tendrás nuevamente aquí junto a ti— pronunció Estrella, al ver el rostro entristecido de la castaña.

—Si amiga, por ello, esta noche es de los dos, disfrútenla, disfrútenla mucho— dijo Celeste sonriendo mientras miraba el reloj que estaba en la pared del lugar.

—Ya va hacer hora de que venga tú amado— pronunció Estrella sonriendo.

—Si, mejor vamos dejándote sola ya, no queremos incomodarlos— agregó Cielo mientras las otras jóvenes asentían.

 

Las chicas salieron del pequeño ambiente, a los pocos minutos el timbre de la puerta principal de la casa de Candela sonó y la joven castaña fue a abrir la puerta.

 

—¡Buenas noches linda! — dijo Sam, con una bella sonrisa en su rostro, antes de posar sus labios sobre los de su amada.

 

A los pocos minutos Sam y Liza rompieron el beso y tomados de la mano fueron al lugar donde se encontraba la mesa con la deliciosa cena que la joven había preparado.

 

—¿Todo esto lo hiciste tú? — dijo Sam, impresionado mirando el lugar y la deliciosa los deliciosos platillos que había sobre la mesa.

—La comida la hice yo y para la decoración me apoyaron las chicas— respondió Liza sonriendo.

—Pues está muy lindo todo y la cena se ve deliciosa— dijo Sam posando su mirada en la misma.

—Pues sentémonos a degustarla— agregó, la joven castaña al tiempo que se acercó al lugar donde había un pequeño equipo de música para encenderlo, luego de ello, camino hacia la mesa para tomar su lugar frente a su novio.

 

Sam y Liza disfrutaron de la exquisita cena, la cual la acompañaron de una deliciosa bebida a base de frutas y bailaron por un par de horas luego de ello él se despidió de su amada con un apasionado beso y salió de la casa de Candela mientras Liza lo veía partir desde el umbral de la puerta, mientras un pensamiento pasó por su cabeza.

 

 —«Cada día que pasa te amo más, te amo tanto que a veces siento temor de este amor que siento por ti pues no se que pasaría si un día tú dejas de amarme» — pensaba la joven castaña.

 

La joven de cabellos castaños cerro la puerta y camino hacia el lugar donde minutos antes había estado con su novio, recogió todo, lavo el servicio y dejo todo completamente ordenado, luego de ello fue a su habitación en donde después de un refrescante baño y ya habiéndose cambiado de prendas se acostó en su pequeña cama quedándose inmediatamente dormida.

Al amanecer del día siguiente Liza se levanto muy temprano para ir a despedir a su amado al paradero.

 

—Cuídate, mucho— decía Liza mientras abrazaba a Sam.

—Lo haré Gatica, lo haré, no estés triste solo serán dos semanas que no nos veamos, ya sabes que es mejor así, ya que al juntar mis dos fines de semana libre para la siguiente semana son 4 días que puedo estar a tú lado y no dos— respondió Sam mientras abrazaba a la joven de cabellos castaños al tiempo que un bus se aproximaba.

—Allí viene tú bus— pronunció Liza con nostalgia al ver un bus aproximarse.

—Nos vemos mi amor, regálame una sonrisa, no me gusta irme dejándote triste—respondió Sam, mientras depositaba un fugaz beso en los labios de la joven haciéndola sonreír.

—Nos vemos— dijo Liza con una bella sonrisa en su rostro.

—Nos vemos mi amor— agrego nuevamente Sam antes de subir al bus.




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