Gatica

Capítulo 20: "Este es mi destino"

Un apuesto joven de cabello negro y ojos azules, de mirada entristecida, estaba parado en un pequeño parque mirando hacia el bar de Candela mientras pensaba— «¿Cómo hago para poder ir haya sin que nadie se de cuenta?, tengo que decirle a Gatica que ese hombre esta aquí antes de que empiece la atención»

—Oficial Wood— dijo un hombre de barba sacando de sus pensamientos al apuesto joven.

—Sí, dígame— respondió Sam con lo más calmado que pudo.

—El jefe ordeno retirada— dijo el hombre.

—¿Retirada? — respondió Sam, intrigado.

—Sí, solo quedaran unos cuantos oficiales vestidos de civiles fuera para que estén alerta, no podemos levantar sospechas, los demás nos infiltraremos en el bar como si fuéramos clientes, pero tenemos que ir donde el jefe para que nos explique el plan de captura— dijo el hombre.

—Claro— pronunció Sam mientras pensaba— Creo que no podré alertarte en este momento, tendré que esperar hasta la noche.

 

Mientras Sam se retiraba junto al otro oficial a la comandancia de “El Escollo”, en una habitación un viejo de lentes oscuros, barba y sombrero se alistaba para asistir al lugar donde el estaba seguro encontraría a la persona que buscaba, en tanto, en una pequeña habitación una hermosa jovencita castaña de mirada entristecida se encontraba alistándose para la presentación que tendía en la noche.

 

—«Siento una extraña sensación dentro de mí, debe ser por esta profunda tristeza que siento en mi corazón,…..Sam, Sam, ¡te  extraño¡ ¡te extraño mucho¡ nunca podré volver a sentir amor por nadie más, nunca podré hacerlo,……, ¿por qué?, ¿por qué mi padre tuvo que asesinar al tuyo?, ¿por qué?, ¿por qué tengo que sufrir tanto?, ¿será cierto lo que mi padre alguna vez me dijo?: El destino viene con uno y por más que se trate de evadirlo este siempre prevalece, ¿será cierto ello?, ¿será cierto?» — pensaba la hermosa joven mientras de sus ojos salían gruesas lágrimas de dolor al tiempo que ella cepillaba su cabello.

 

Luego de varias horas, ya con la noche empezando a caer, el bar de Candela abrió sus puertas, varias personas empezaron a entrar dentro del lugar incluyendo los oficiales de otras comandancias que estaban vestidos de civiles y que brindaban apoyo a la comandancia de la capital.

Sam que había ingresado al bar junto a otros oficiales buscaba con la mirada a la joven de antifaz.

 

—El comandante dijo que el viejo ese lleva lentes oscuros, sombrero y se dejo crecer mucho la barba para evitar ser reconocido— pronunció uno de los oficiales que estaba junto Sam, mientras tomaba asiento con sus demás compañeros en una de las mesas del bar.

—Pues parece que aún no llega— dijo otro de los oficiales, mientras Sam seguía buscando con la mirada a la joven de antifaz.

—Lo noto inquieto oficial Wood— pronunció uno de los oficiales que estaban en la mesa.

—Pues si, es la primera vez que soy parte de una misión tan importante— respondió Sam lo más calmado que pudo cuando su vista se pozo en la persona que andaba buscando. «Allí está»—pensó Sam al ver a la joven de antifaz salir al escenario a platicar con una de las personas que se encargaban del sonido.

—Está llegando más gente— dijo uno de los oficiales.

—Sí, es que ya va ha empezar el musical, ya son más de las 7 de la noche y pues nadie quiere perdérselo— respondió otro de los hombres.

—¡Disculpen¡ voy a los servicios higiénicos antes de que inicie el musical— dijo Sam, mientras se ponía de pie al tiempo que la jovencita de antifaz entraba a una pequeña habitación que daba al escenario.

—Claro vaya, vaya— respondió el oficial encargado del grupo, mientras Sam empezaba a alejarse de la mesa.

—Debe estar nervioso, es su primera misión riesgosa además escuche que él es el hijo del ex comandante del pueblo de “El Escollo”, el comandante Wood, que en paz descanse, ya deben de imaginar la importancia de este caso para él— dijo uno de los oficiales mientras los demás asentían.

 

Mientras los hombres platicaban entre ellos, el viejo Kralf y sus hombres habían entrado al lugar sin que nadie se percatara de ellos.

 

—¿Esta mesa está bien? — dijo uno de los hombres que acompañaba a Kralf, al tiempo que detenía sus pasos.

—Sí, es perfecta, ya saben lo que tienen que hacer en cuanto acabe la presentación— pronunció Kralf con firmeza mientras pensaba—«Solo es cuestión de minutos para tenerte nuevamente conmigo Liza»

 

En tanto el viejo Kralf pensaba en sus futuros planes junto a Liza, esta y sus amigas tomaban sus ubicaciones dentro de una pequeña habitación para empezar con la función.

 

—Llego el momento— dijo Celeste, mientras las luces del lugar se apagaron y solo quedo alumbrado el pequeño escenario.

—«No, no puede ser, ya va a empezar el musical, tengo que sacar a Gatica de aquí, tengo que sacarla» — pensaba Sam mientras caminaba en medio de la oscuridad hacia la habitación en donde se encontraban las jóvenes que eran parte del musical.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.