22. Ya no me lo digas.

YiFan

—No sé qué voy hacer contigo, Fan Fan —se quejó Tao mientras abría la puerta de nuestro departamento y me ayudaba a entrar.

—Ya te dije que no me llames de ese de modo —solté cuando estuvimos dentro y pude botarme sobre el sofá.

Mi cabeza punzaba un poco y estaba más que excitado, todo se lo atribuía al alcohol y a la falta de sexo. Hacía aproximadamente tres meses que no follaba y no porque no existieran las oportunidades sino porque el trabajo y la universidad me tenían ocupado todo el día, por esa razón había decido irme a emborrachar a un bar cerca del departamento que compartía con mi mejor amigo Tao.

—Llegué de la universidad y tú no estabas, creí que llegarías temprano ¿y qué crees Wu Yi Fan? no lo hiciste. No tienes idea de lo preocupado que estaba por ti, creí que te había pasado algo, no puedes...

A partir de ahí, dejé de escucharlo porque la entrepierna comenzaba a dolerme, sino encontraba una puta a la cual follarme, iba a explotar, tenía que salir de ahí. Me levanté del sillón como pude, tambaleándome un poco porque en mi mente el piso se movía de un lado para otro, llegué a la puerta y antes de poder tomar el pomo de esta, Tao me sujetó por la muñeca para detenerme.

—¿A dónde crees que vas? Son las tres de la mañana.

—Suéltame —dije sin siquiera mirarlo, comenzaba a joderme.

—No puedes. ¿Y si te pasa algo? No estás en condiciones de andar solo por ahí.

Esto no estaba ocurriendo.

—No va pasarme nada, iré con Lin.

De repente no habló, sólo se escuchaba mi respiración agitada y el agarré en mi mueca se intensificó.

—¿Por qué vas con ella sabiendo que me tienes a mí? Sabiendo que te amo.

Mierda ¿Cuándo iba a entender que nosotros dos éramos una mala combinación?

—¿Estás dispuesto a que te parta el culo con tal de que no me vaya con ella?

Si lo decía de esta manera probablemente no aceptaría además me estaba cansando de esto.

—Por supuesto que sí.

—Estúpido, no sabes lo que dices. —Me giré para encararlo— eres sólo un estudiante asustado, no serías capaz de satisfacerme como yo quiero— mi dedo índice dio contra su pecho— Te crees muy valiente diciéndome que me amas incluso cuando ambos somos hombres, yo quisiera ver si tienes la valentía para soportar mi pene en tu culo.

Sus ojos se abrieron como platos, abrió y cerró su boca un par de veces.

—Dices esas estupideces porque sabes que me he enamorado de ti, me subestimas demasiado, si me dieras la oportunidad, yo podría amarte y satisfacerte, yo podría hacerte sentir bien si tan sólo...

—¡No! Ya no me jodas más con eso, lo siguiente que haré será ir a la casa de Lin y me la voy a follar tan duro que no podrá caminar en una semana así que déjame tranquilo.

Con esto salí del departamento furioso conmigo mismo. Es que Tao era un chico bastante especial, si me preguntaban no me importaba el hecho de que ambos fuéramos hombres, tal vez me parecía un poco incómodo pero estaba dispuesto a soportarlo por él, lo que realmente me jodía era que yo era una completa basura comparado con él, un chico como Tao no merecía una basura como yo, era tan inocente, tan amable, tan puro yo jamás hubiera podido meterlo en mi mundo de mierda, jamás hubiera podido corromper a un chico de su altura porque ni siquiera estaba del todo seguro de que hubiera alguien digno de él. Debía conformarme con ser su amigo, podía vivir con eso.

De repente ya no eran los ojos de Lin, eran los de Tao, eran sus labios, su sonrisa, su piel, su cuerpo, todo él, de repente ya no me estaba follando a Lin sino que le hacía el amor a "él".

—Tao... —gemí y es que mi loca cabeza me jugaba una mala pasada y el maldito alcohol me hacía alucinar.

—¿Acabas de llamarme "Tao"?

El corazón casi se me detiene, era cierto, en mi fantasía yo estaba con él.

—N—No, olvídalo.

Y por más que intentaba no pensar en él no podía, no podía evitar querer sentirme amado porque si algo sabía con certeza, era que a pesar de la basura que era, Tao me amaba.

Ese chico amable y tierno, me amaba y podía ser un torpe, ingenuo y confianzudo muchacho pero sus sentimientos siempre eran sinceros.

Tao

Ese era el problema, que yo era feo y demasiado llorón, por eso YiFan no se fijaba en mí, por eso no me quería pero, si era sincero ¿qué esperaba? chicos como él no salían con chicos como yo, incluso era un milagro que fuéramos amigos y me invitara a vivir con él en su departamento para hacerle compañía, en todo caso la culpa la tenía yo por haberme enamorado, era mi culpa haber visto a YiFan como algo más que mi mejor amigo.