Gea: por siempre el deseo del alfa Eros.

Capitulo 9.


 


 

Say something —A Great Big World ft. Christina Aguilera.


 


—Tú no te puedes ir con ella Xel, tú debes...—La voz de Clarisse salió desesperada y se acercó mucho mas a ellos. Gea aún seguía en el suelo tendida, se había aferrado al abrigo que su hermano tenía. Su cabeza la estaba matando y la sangre no paraba.

—Yo no te debo nada a ti Clarisse, no sigo las órdenes de nadie —La voz de él salió enojada, tenía suficiente con el hecho de tener que contenerse a aferrarse a su amiga y beberle hasta la última gota de sangre.

—¿Estás contenta verdad? —La pregunta fué dirigida a la chica que estaba tendida en el suelo, esta negó de inmediato forzando su cuerpo a sentarse, lo hizo a pesares quedando recostada en el pecho de Jake, se sentía cálido y a duras penas sentía como latía su corazón —Te puedes llevar a tu hermano detrás pero, ¿Por qué a Xel y a Gray?

—Yo no los estoy obligando a nada —Dijo esta, había sido la primera vez en esos minutos en los que había dicho algo lo cual era cierto y no debía porqué culparse.

—¿Que hiciste, hum? ¿Te acostaste con ellos?—Las palabras de Clarisse hacían que cada segundo que pasara le diera más dolor a Gea en su corazón. Se sentía traicionada.

—No tengo porqué acostarme con un hombre para atarlo, Risse, ellos están a mi lado porque les di algo mejor. Tú y yo no somos iguales—-Sus palabras habían salido con veneno, no las media, solo las dejaba salir —Vámonos de aquí -—Soltó bajito, Jake la había escuchado y la ayudó a levantarse.

—Tus garras empezaron a salir —Dijo Eros a lo lejos y la mirada de ella se dirigió hasta él.

—¿No era ella tu deseo? —Dijo Clarisse con veneno. Jodida perra.

—Yo no tengo nada que ocultar alfa Eros, todo lo que tenga que decir lo diré -—Una carcajada salió de los labios de la hermana del alfa.

—¿En serio no ocultas nada? —Preguntó incrédula.

—Cierra la boca Clarisse —Reprendió Xel enojado.

—Tú no eres nadie para darle órdenes a ella. Estás en peligro vampiro, es mejor que cierres la boca —Xel miró al gemelo de Gray con burla y luego de eso miró a Risse.

—¿No soy nadie? ¿Cómo lo sabes? —Preguntó con burla mirando a Ri. Esta por su parte se congeló y su sangre dejó de circular —Eso creí.

—Es hora de irnos —Dijo Gray, habló por segunda vez y Darwin caminó hasta él tratando de hacerlo estar a su lado.

-—Tú no puedes irte Gray, nosotros somos tu familia. -—Su voz había salido dura y sí, tenía razón. Aquella era su familia, había crecido con ellos y sus mejores momento había sido en aquella manada.

-—Encontré una mejor.

–-Soy tu hermano, somos iguales Gray, debes estar siempre conmigo. No puedes dejarnos, tú no puedes dejarme a mi, eres mi hermano mayor. —Dijo Darwin desesperado.

Gray sonrió con tristeza dirigiéndose hacia su hermano pequeño, le dió un cálido abrazo y le regaló una sonrisa diciendo: –-No, tu hermano mayor es Eros. Cuídate mucho, yo no lo haré más por ti.

La mirada de él se apagó y su cuerpo se transformó rápidamente en un lobo corriendo al bosque, le dolía mucho pero era la verdad. Darwin siempre había sido más apegado al alfa mientras que Gray no, también era su beta, mejor amigo y todo lo compartían, ser delta era importante pero su cargo no tenía relevancia.

Aquel cuarteto debía salir adelante solo. Gea tenía suerte de que su madre le había entregado un departamento, vivirían juntos. Cómo la familia que se había formado, después de eso, no tenían más planes. Ella no tenía nada más que hacer que estudiar, había terminado la preparatoria pero no había tenido graduación. No le importaba eso en ese momento, solo salir de aquella tensión y escapar de todos esos ojos.

🐾   
            🐾      
                     
 


 

—Lo siento tanto —Dijo Gea por quinta vez estando dentro del auto de Gray. Jake estaba de copiloto mientras que el dueño manejaba. Xel no estaba dentro, estaba corriendo vigilando si había algún peligro. Típico de él.
 


 

—Deja ya eso, Gea —La voz gruesa de Gray había salido. Esta miró los ojos de él por el espejo que había enfrente asintiendo. Su cabeza se recostó de la ventana y sus ojitos se empezaban a cerrar lentamente.
 


 

—¿De dónde conoces a ese vampiro, Gea? —Su hermano formuló aquella pregunta y sus ojos se abrieron. No respondió si no qué miró los árboles pasar. —¿No responderás? —Esta hizo un sonido extraño con la boca en señal de negación.
 


 

Existía una leyenda de vampiros. Muy antigua y extraña a la vez, los vampiros podían alimentarse de los humanos y también podían vivir siendo sus esclavos, solo por una razón. El salvarle su vida. Gea encontró a Xel moribundo, con una estaca de plata clavada e su pecho, casi al morir.
 


 

Aquella vez fué valiente y siguiendo las indicaciones del mismo Xel a punto de colgar los tenis quitó la estaca y con ella misma se cortó, dejando caer de su sangre en la herida. Ambos tenían un pacto sin siquiera saberlo, estarían atados por siempre. Eso era su deseo, eran amigos y lo querían ser por toda la eternidad.
 


 

—Joder —Escuchó decir a Jake. Habían frenado abruptamente y rápidamente ella supo la razón ya que al instante se bajó del todo terreno.
 


 

—¡Xel! —Un grito desgarrador salió por los labios de Gea, no le importó que él estuviese ahí, corrió hasta su cuerpo y lo abrazó entre sus brazos. Él estaba inmóvil.
 


 

—Pequeña mía —La voz de él salió débil, desgarrada. Ella lo supo de inmediato y suspiró un poco de alivio. Este le guiñó un ojo de inmediato.
 


 

—¿Solo necesitas sangre? —Este asintió de inmediato haciendo fuerza para que se pusiera de pie. Eros no hizo nada, solo se quedó mirando la escena enojado.
 



#472 en Fantasía
#65 en Magia
#325 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: hombres lobo, amor, vampiro

Editado: 30.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.