Gea: por siempre el deseo del alfa Eros.

Capitulo 18.

 

 

It's you- Ali Gatie.
 

 

 

El cuerpo de Gea estaba tenso, no sabía cómo responder ante aquel afecto de la chica, era la primera vez que sentía afecto de alguien de la misma raza que ella.

La mirada de los hombres en la habitación estaba sobre ellas, con dudas, expectantes ante ello.

—Oye, deja de mirar a mi alma— Hablo Xel chocando los hombros con Gray.

—Ella se me hace conocida—Expreso el hombre lobo, si, era obvio que le parecería conocida. Ella era Anali pequeña.

—Oye, ¿nos conocemos? —La pregunta de Gea hizo que la chica se alejara de su cuerpo, Isa hacia repaso de todo de ella, haciendo que la humana se sintiese pequeña en su lugar.

—Dios... eres igual que antes —Había duda en sus miradas, no sabían a qué se refería ella. Isa era una chica que ocultaba muchas cosas, era oyente de una anciana que era dueña de una biblioteca, escuchaba de todo y sabían de todo...

Aquella humana sabia más cosas de las que quería, sabía quién era su hermana y Gea en su vida pasada, sabia cada mínima cosa y eso lo cargaría para siempre tras su espalda, no importa en qué siglo, año o mes naciera Isa era una mensajera. Nacía en las familias correctas siempre y aquella vez no era una excepción.

—Lo siento, no te conozco. —Dijo Gea caminando hasta Gray, sabía que era de mala educación hacer ello, pero tenía miedo y estar cerca de Gray la hacía sentir protegida.

—Cariño —Susurró Xel en dirección a la chica, esta le sonrió negando con la cabeza.

—No soy tu cariño. —El cuerpo del vampiro se tensó enojado, Gea se percató de ello e intentó tocar a Xel, pero este alejo su cuerpo de ella. La sorpresa en el rostro de ella era evidente y el enojo se hizo participe en ella.

En primer lugar, había sido el que la sacó de la cama, no ella; y segundo, no tenía la culpa de que su alma se alejase así de él.

—¿Tienes hermanas? —Preguntó Gray nuevamente. Isa lo miro fijamente, sus labios dibujaron una sonrisa coqueta.

—Nuestros hijos si tendrán. —La voz de Isa salió empalagosa mientras que su cuerpo se acercaba al chico, la sorpresa en Gea fue notoria.

—Sabes que somos, ¿no? —Gea hablo dirigiéndose a ella. Esta asintió. —Pues debes saber que eres la pareja destinada de Xel y Gray tiene mate. —La mirada de Xel fue hasta ella sorprendido.

—¿Yo que? —Un silencio se formó en la habitación y el corazón de Gea se aceleró nervioso, había metido la pata. Sus manos empezaron a sudar y su mirada pedía perdón.

—N‑o sabias... yo lo siento—Balbuceo. Sus ojos se llenaron de lágrimas, sus pupilas se dilataron nerviosa. Joder. —Xel, lo siento. —Dijo esta.

Isa aún estaba en trance, no le importaba, la alegraba mas bien. Nunca había tenido una pareja sobrenatural y el simple hecho le agradaba, Gray estaba ido aun y pensaba en el parecido de la chica con su mate, Xel miraba a Gea y ella a él.

—¿Estas contentas? —Pregunto Xel con sus ojos rojos, enojado. Muy furioso.

—No, Xel, sabes que no era mi intensión solo quería defenderte. —Soltó esta nerviosa.

—¿Defenderte? Por Dios Gea, la humana aquí eres tú. —Auch. Le había dado justo en el clavo, donde dolía, en su punto débil. Su raza.

—Deberías cerrar la boca, Xel. No te metas con ella, ha hecho mucho por ti. —La voz de Gray salió enojada, sabía que no se metía mucho en las cosas de ella, pero si la seguía, en ese momento era había algo que hacía que la defendiera. Tal vez era el apego y todo lo que le agradecía.

—¿Agradecerle? —Se carcajeo —Debes estar jugando conmigo. —Tal vez Gea no sabía, pero Gray si, era el enojo quien hablaba, la bestia que había dentro de él. —Ella es un estorbo. —Gea jadeo sorprendida.

—Yo te acepto como mi alma. —Susurro Isa dándose la atención de todos, no fue hasta ese momento que Xel entro en razón, mirando a Gea con arrepentimiento.

—Me iré...—La voz de ella sonó bajito, para ese momento algunas lágrimas rebeldes habían salido de sus ojos haciéndola ver frágil, lo que era.

—Hablemos Gea, por favor —La chica le dio la espalda. Xel ni siquiera pensaba en las palabras que habían salido de los labios de su alma, su atención estaba centrada en Gea, en pedir perdón. Sus pies se movieron tocando su brazo, pero la reacción de ella impactó a todos allí.

—¡No me toques! —Se zafo de su agarre mirándolo mal. —Esto, tu y yo, se acabó. —Dijo señalando el cuerpo de ella y de él.

—No, tú no puedes hacer eso... yo te pertenezco a ti Gea. Eres mi familia. —Las pupilas de él se dilataron en esa ocasión.

—Terminamos. —Gray e Isa miraban todo atentamente, ninguno hablaba, ambos sabían que no debían meterse en aquel problema, simplemente no se debían meter.

La mirada de Xel se oscureció, sentía un gran dolor en su pecho al igual que ella, el lazo entre salvador y salvado se estaba rompiendo, pero no del todo. Gea salió de la casa sin siquiera mirar atrás, sus palabras la habían herido. Si esas palabras habían salido cuando estaba enojado no se imaginaba las cosas que tenía para decirles.

...
 


Estaba sobre la cama sentada, sus piernas estaban dobladas y su mentón estaba apoyada en ellas, ya era tarde y esperaba por Eros. Era un rey ahora o algo parecido, ya que no debía mudarse, pero si tomar decisiones. Sus ojos estaban abordados por lágrimas y sentía no poder tener a nadie en ese momento, extrañaba tanto a su hermano, extrañaba a su familia, extrañaba a lo que era antes. Deseaba poder borrar el querer irse y hacerlo.

Sus pies se movieron a la puerta abriendo esta, vio a Clarisse a punto de tocarla. Hubo sorpresa ante aquello y por ello seco sus lágrimas rápidamente.

—¿Está todo bien? —pregunto Risse en tono bajo, Gea la miro negando. —¿Estas completamente segura? —Los ojos de la humana fueron a su antigua amiga fijamente, sus miradas conectaron y Risse supo en ese momento que había algo mal, muy mal. —Te conozco, Gea Luna.



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En el texto hay: hombres lobo, amor, vampiro

Editado: 30.06.2021

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