Gea: por siempre el deseo del alfa Eros.

Capitulo 21.


 

Alec Benjamín —Let me down slowly  
 



 

La voz de Isa salía sin freno. Había empezado a decir muchas cosas que para algunos sonaban incoherentes.

—Silencio —La voz de su hermana salió de sus labios. La miraba con atención queriendo en ese momento desaparecer y no ser parte de su familia.

—Eres mi familia. Debes creerme.

—Porque soy tu familia es que te pido que te calles. Pareces loca. —La voz de Analí salió cansada. Se acercó hacia ella tomando su brazo, pero Xel azotó este apartandola.

—Si la consideras loca no deberías tocarla —Sus miradas se encontraron, retadoras. Solo en ese momento la hermana de Isa se sintió lo suficientemente fuerte como para atacarlo.

—Es suficiente —Gray intervino poniéndose al lado de su mate. Gea por su parte estaba aún de pie, mirando la escena sintiéndose mucho más excluida.

—Creo que será mejor irme —La voz de ella se escuchó bajita. Su cuerpo se volteó dándole la espalda, por un momento sintió en su pecho que Xel iría tras ella, pero no fué así.

¿Por qué sigues esperando esto, Gea Luna?

—Detente ahí cazadora —Su cuerpo se detuvo abruptamente al escuchar como fue llamó. El cuerpo dió retroceso caminando hasta la chica, mirándola fijamente.

—¿Cómo fué que me llamaste? —Las pupilas de Gea se dilataron.

—¿Ahora sí me crees? —Isa la miraba con una sonrisa en sus labios. ¿Le creía acaso?

—No, no te creo. Solo te estoy preguntando cómo le llamaste—Gea se sentía desesperada, algo dentro de ella se había agitado al ser llamada por aquel apodo.

—Gea, ¿Podríamos hablar? —Gray preguntó cortando la tensión, pero lo que creó fué mucho más fuerte que eso. Analí lo miró fijamente, preguntándose porque hablaba con ella con tan facilidad, fluidez y confianza.

La mencionada miró a su mejor amigo y luego a Xel. También miró a las demás humanas en el lugar, ¿Por qué se sentía así? Tan perdida y distraída. Se sentía inclusive perdida sabiendo dónde estaba.

—No me estoy sintiendo bien Xel —El hecho de mencionar al vampiro la sorprendió a ella misma, las demás personas no pensaron lo que ella. Pero había algo que sentía, ¿Que es este sentimiento?

—¿Gea?

La mirada de ella se hacía nublada conforme  pasaban los segundos. Isa estando a poca distancia de ella, pero no se acercó, tampoco dejó que Xel lo hiciera. Gea había visto el pequeño intento de su amigo acercarse a ella, pero su alma lo sostuve fuerte.

—Gray —Había susurrado como apoyo.

Pero fue tarde, sentía su cuerpo caer al piso y no sentía la cercanía de nadie a ella. Cayó al suelo no sin antes sentir el fuerte golpe de una piedra en la cabeza, a la lejanía pudo escuchar como era gritado su nombre, pero ¿De qué valían?

La había dejado caer y no fué hasta ella cuando pidió socorro.

Los ojos de Xel se abrieron impresionados, se zafó del agarre de Isa corriendo hasta el cuerpo de Gea tendido en el suelo. Gray hizo lo mismo, mirándola atentamente mientras que las dos humanas miraban la escena.

—Pequeña, reacciona —Las palabras del vampiro salían atropelladas, deseaba que aquello que pedía se le fuera concedido en aquel momento. Era su único deseo en el instante.

—Llevemosla a la casa del alfa —Sugirió Gray. Xel lo analizó unos segundos, ella ¿En su cama o en la cama del hombre que amaba?

—Yo... —Sus ojos fueron hasta el hombre lobo pidiendo socorro.

Se había formado una relación entre ambos, eran amigos. Ella había hecho que no fuese tan difícil, las diferencias quedaban de lado cuando se trataba de ambos.

—Yo la llevaré —La voz de Gray salió decisiva. Sus manos alejaron a Xel del cuerpo de la chica, la tomó en sus brazos como si fuese una bebé. Ella parecía dormida y se veía tan hermosa e inocente.

—Vamos —El vampiro se había dirigido a las humanas en ese momento, ellas no refutaron sino que caminaron sin siquiera mirarse.

—Cuando despierte debemos hablar —Isa sugirió o más bien confirmó. Aquella conversación ocurriría porque ocurriría.

Era extraño el cambio repentino que había hecho aquella chica, su hermana se sentía extraña ¿Acaso había olvidado a su madre? ¿Acaso los años de crianza fueron tan insignificantes que si quiera la menciona? ¿Amaba a su madre?

Los cuatro caminaban hasta la casa del alfa, este por su parte no estaba ahí. Era un rey ahora y estar en casa no era su tarea. Sería muy difícil, pero lo lograrían.

—¿Acaso no te duele la muerte de mamá? —Analí habló rompiendo el cómodo silencio. Isa la miró.

—He pasado por esto mucho, ser sensible teniendo mis recuerdos es... Imposible. —Expresó, Gray y Xel mantuvieron el silencio apresurando su paso.

—¿Disculpa? Hablas como si tuvieses las siete vidas de un gato.

—Estoy en mi vida diez. —Analí la miró fustrada. Tiró un grito fuerte el cual sorprendió a todos.

—¡Odio este mierda! ¡Que mama...—La mano izquierda de Isa tapó la boca de su hermana con una sonrisa nerviosa.

—Cierra esa boca.

Los cuatro se miraron. Sin ninguna palabra en sus bocas. Siguieron su camino hasta el territorio del alfa sin articular palabras.

~

—Por la luna, ¿Que le pasó? —Quinn jadeó en sorpresa. Gray la miró mal.

—No seas una hipócrita.

—¿Disculpa? —Ella lo miró seria y con sorpresa a la vez.

—Sabes bien a lo que me refiero. No trates de quedar bien.

Ella lo fulminó con la mirada encogiéndose de hombros.

—No estoy siendo hipócrita. Me interesa la vida de la mujer de mi alfa. —Gray se carcajeó.

—¿Ah sí? —Él pegó un poco más su cuerpo al de Gea.

—Subamos.

—No, tú no vas a ningún lado —Soltó Isa, parecía haber contenido aquellas palabras por mucho tiempo.

—¿Que te sucede? —Su hermana la miró rara.

—En todas las malditas vidas que vivo ella se mete con los hombres equivocados.

Las cejas de Quinn se elevaron en sorpresa, Gray y Xel estaban igual mientras que Analí miraba los diseños del suelo.



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En el texto hay: hombres lobo, amor, vampiro

Editado: 30.06.2021

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